Una cuestión de Estado

Aumento en las partidas, mayor infraestructura y medallas. Morresi y el crecimiento del deporte.

sebastián busader

El ex jugador de River y Huracán maneja el área de Deportes desde 2003. Y seguirá a partir de diciembre.

Gentileza

Las 75 medallas (21 oros) que obtuvo la delegación argentina en los Panamericanos no le quitan el sueño a Claudio Morresi. Tampoco la inminencia de Londres 2012. El deporte nacional atraviesa un momento de profundo crecimiento. Lo que está a la vista: el nivel y los triunfos de Guadalajara 2011, la actuación de Braian Toledo, las conquistas en pelota, tiro y los deportes acuáticos, la hazaña del handbol. Y mucho más. Lo que pasa quizá desapercibido: la construcción de unos 1.000 playones deportivos en todo el país, pistas de atletismo y piletas, el resurgimiento del Cenard, un presupuesto incrementado un 1.200 por ciento. Los deportistas, al menos la mayoría, hablan de que por primera vez en décadas existen verdaderas políticas de desarrollo deportivo. Lo dicen ellos, los protagonistas. También Morresi, un buen ‘10’ de River en la década de los 80 que se transformó hace siete años en “soldado K”. Es de los funcionarios que se mantendrán en el cargo después de un “ciclo” de Néstor y dos de Cristina. Maneja una secretaría de Deportes con presupuesto de ministerio. Cuando tomó las riendas, las partidas eran de 26 millones de pesos. Hoy superan los 300, contando lo que reúne el Enard (vía el impuesto a la telefonía celular) y destina a los atletas de elite. En los últimos tiempos esos deportistas dejaron de preocuparse por los atrasos en el pago de becas, la falta de dinero para realizar giras preparatorias y se abocaron a mejorar. Joaquín Iwan, el remero barilochense que obtuvo oro y plata en México, analizó el momento: “Cuando asumió Alicia Kirchner en Desarrollo Social (de quien depende Deportes) pensamos que nada se solucionaría, que los funcionarios de turno seguirían midiendo con varas diferentes las necesidades. Antes sucedía que cuando pedíamos una embarcación, ese pedido se comparaba con los que realizaban desde Tartagal por una inundación. Y no hay comparación entre las necesidades de un deportista y la de gente que está en una situación como esa. Pero la historia cambió, las políticas se ejecutan”. Morresi se siente halagado por los dichos de Iwan, palabras similares a las que en general se escucharon desde Guadalajara. “Igual, como funcionario público hoy lo que menos me interesa son las medallas. Hay que tratar de darle a la población facilidades para acceder al deporte. Ese es nuestro objetivo. Que la base de la pirámide se amplíe”, señaló. -¿Y cuál es su balance? -A partir de las políticas que implementó a nivel global Néstor Kirchner se consiguió que el deporte tuviese este presente. Porque es muy común que los políticos de nuestro país tengan un discurso similar, pero son muy pocos los que generan las herramientas para que el deporte sea una variable que modifique realidades. Los gobiernos de Néstor y de Cristina no se quedaron en la declamación: por eso se incrementó la partida de la cartera en un 1200 por ciento de 2003 hacia acá, se crearon las leyes de los Juegos Evita, de Clubes, la del Enard, y medidas importantísimas como el Fútbol para Todos y el Deporte para Todos. -Los Juegos Evita son una vuelta al pasado pensando en el futuro. -En los ‘50, su creación fue (mediante el doctor Ramón Carrillo, primer Ministro de Salud Pública) para tener datos de enfermedades y niveles de vacunación en los menores, pero la influencia de Evita fue determinante para su explosión. Ahora los números hablan por sí solos: 10.000 chicos (convencionales y discapacitados) jugando las finales en Mar del Plata y más de un millón participando en todo el país. Desde ahí son detectados talentos a los que comenzamos a desarrollar. Braian Toledo es uno de ellos. Surgido de un barrio pobre, el garrochista fue visto por primera vez en los Evita, becado dos veces, llevado al Cenard para su crecimiento y convertido en realidad y abanderado en Guadalajara, donde clavó su garrocha en los 79,53 metros. Medalla de bronce, marca histórica para Argentina y clasificado a Londres. Es el deportista del kirchnerismo. Parido y criado por el modelo. Algo similar a Delfo Cabrera, Gatica y otros tantos en los años del peronismo de Perón. “No me gusta el personalismo. Prefiero decir que Braian es símbolo no de una gestión, si no de la presencia del Estado. Él fue detectado en un barrio carenciado, dentro de un programa estatal, becado dos veces, llegó al Cenard y ahí se desarrolló. Se lo trabajó en áreas de coordinación de ciencias médicas, todo lo invisible que hay atrás de los deportistas de alto rendimiento que empieza a corregir errores. Es un emblema. Pero muchos no llegan a lograrlo”, aclara Morresi. -¿Por qué cuesta que se multipliquen los Braian Toledo? -Con nuestros programas construimos más de mil playones, hicimos convenios de colaboración con 5 mil clubes, construimos pistas de atletismo (a Río Negro mandamos el dinero, no la hicieron y tampoco nos devolvieron los fondos) y piletas. Pero hay que llegar con mayor fuerza a la población, creando más chances en espacios públicos. Hicimos una encuesta, muy reciente, que nos dio un dato duro: sobre 30 mil casos, más del 50% de los encuestados no hacen ningún tipo de actividad física. Entonces, hemos incrementado mucho la infraestructura, pero aún es insuficiente. -Suena a que siempre va a ser insuficiente… -Nosotros vamos a seguir corrigiendo las asimetrías existentes. Se avanzó muchísimo, porque no hay que olvidar que en el 2003 veníamos de tener 30 muertos, un país arrasado y una enorme tasa de desocupados. El deporte era lo último por esos años. Creo que lo recuperamos como un concepto de estado, de ayuda para desarrollar al actor social. Hay un largo camino en materia de inclusión y democratización. -Usted llamó a democratizar las federaciones, a que los presidentes no estén más de dos períodos seguidos. -Sí, algo que intentamos llevar adelante pero no se pudo porque existe un vacío legal al respecto. Pero sigo pensando en que eso es lo más saludable, porque si no el dirigente se contamina. -Y como hombre del deporte y el fútbol, ¿qué lectura hace de la última reelección de Grondona? -Fue una situación bizarra, con (Daniel) Vila también proclamándose presidente cuando en realidad los estatutos de la AFA son lo que son, pero son claros. -Claro, aunque la gestión de Grondona debería terminar alguna vez. -Creo que Julio ha sido muy importante desde la visión estratégica de la geopolítica del fútbol, pero sí, muchas veces hablé con él y le dije que entendía que debía haber una renovación. Al parecer será su último mandato, y así debería ser. -Usted es uno de los defensores del Fútbol para Todos (FpT). -Sí, porque es una conquista que cualquier argentino, viva donde viva, pueda ser parte de esta fiesta popular. Es más, cada vez tienen que haber más disciplinas dentro de Deporte para Todos. -El proyecto original del FpT decía que el excedente en la comercialización iba a inyectarse en el deporte amateur. Nunca ocurrió. -Es cierto que el proyecto no se cumplió en ese plano, que no hubo excedente, pero es un área que no me compete. Sí puedo decir que priorizo la conquista a la que me referí. Morresi se ilusiona con que en Londres habrá momentos de gloria para los argentinos. No cree que se llegue a la conquista del ’48 en la capital inglesas (3 oros, 3 platas y un bronce), algo que quizá avizora para Río 2016. Pero también sabe que existen cuentas pendientes que se arrastran desde décadas: espacios públicos para practicar deporte, apertura social de clubes cerrados en este sentido, igualdad de condiciones para acceder a diferentes disciplinas, gratuidad, un nuevo plan que verdaderamente incorpore el deportes en las escuelas y colegios, control de los dineros públicos. “Estamos en el camino indicado. Pero vuelvo a insistir que ya no me preocupan las medallas. Estaré más conforme si conseguimos bajar aquel 50% el que te hablé”.


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