Una cura para Robbie

El cantante se internó en una clínica de desintoxicación para intentar rearmar su carrera y abandonar los antidepresivos y las drogas

LONDRES, (DPA).- Preferiría estar con él ahora, pero la madre de Robbie Williams, Jan Williams, esperará. «Lo más importante en una cura de desintoxicación es primero que el paciente se encuentre a sí mismo», dijo a la prensa en Londres. Prácticamente nadie mejor que ella, de 56 años, sabe lo que la estrella de pop debe estar pasando en la clínica estadounidense. No sólo porque sea su madre, sino porque como consejera de drogadependientes conoce el círculo vicioso del que está intentando salir su hijo.

Tras el primer impacto por la noticia, amigos y familiares del cantante, de 33 años, afirman estar más bien aliviados. Muchos de ellos estaban preocupados por él, pues en los últimos tiempos la estrella pop hizo comentarios sobre pensamientos suicidas, según han señalado.

El diario sensacionalista «The Sun» relató que Williams se comparaba cada vez más con Keith Moon, el que fuera baterista del grupo The Who y que murió de sobredosis.

En su canción «Good Doctor», que aparece en su último disco «Rudebox» publicado en 2006, menciona al baterista así como a «todos esos demonios a los que no puedo parar».

Ahora piensa combatirlos con gran probabilidad en la exclusiva clínica Meadows, en Wickenberg (estado de Arizona), según la prensa británica.

Los medios exponían días atrás el largo y difícil camino que le queda por recorrer:

Además del antidepresivo Seroxat, Williams tomaba al día más de 30 espressos dobles, fumaba más de 60 cigarrillos y bebía unos 20 «Red Bull», una bebida energética. Al parecer, por las noches no podía conciliar el sueño hasta que sobre las 4 o las 5 de la mañana caía rendido de cansancio.

Amigos del cantante sostienen que durante el día estaba continuamente como ausente bajo la influencia de las psicofármacos y analgésicos. En cierta ocasión tardaron tres horas hasta que consiguieron que escuchara el timbre en su casa de Los Angeles señaló el «Daily Mirror».

Aparte de la preocupación por la salud, muchos fans se preguntan si Williams podrá a

volver a encauzar su carrera. La falta de nuevos éxitos estos últimos meses habría tenido un efecto tan devastador para el músico como el que le producían las pastillas que engullía.

Su álbum «Rudebox», publicado hace unos meses, fue tal decepción que dos responsables de la producción en la discográfica fueron despedidos.

Mucho peor aún debió ser para la estrella acostumbrada al éxito el grandioso regreso que vivió su antigua banda Take That, que abandonó en 1995 tras disputas por excesos de drogas y fiestas. El año pasado rechazó una invitación de Take That para volver a salir de gira.

Pero también sin él sus antiguos colegas del grupo (Gary Barlow, Mark Owen, Jason Orange y Howard Donald) han demostrado que siguen en forma y han coronado su regreso con un número uno. Se titula «Beautiful World», que a Williams le debe sonar a mofa en sus momentos más bajos.

El «Sun» titulaba «Take That… And That… And That» («Toma eso… y eso… y eso) y pronosticaba que la carrera de Williams podría haber terminado. Pero quizás todo eso es demasiado prematuro.

En la clínica Meadows ya han ayudado a más de un famoso a encauzar su vida. En noviembre de 2005 ingresó allí una bella británica llamada Kate Moss que había sido fotografiada con unas rayas de cocaína. Unos meses más tarde vivió un renacer de su carrera como modelo y con los nuevos contratos gana mucho más dinero que antes. Ahora es el turno de Williams.

 

THOMAS BURMEISTER


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios