«Una de cal y una de solidaridad»

El pasado 26 de marzo nuestra hija Daira (14 años) iba en bicicleta por calle Mitre cuando fue encerrada por el acoplado de un camión Scania, lo cual le provocó politraumatismo, una brazo quebrado, un gran shock y muchas consecuencias para ella (dolores, angustia, miedos, frustración, interrupción de sus actividades cotidianas) y para sus familiares. Pero no es esto precisamente lo que quiero comunicar sino el telón de fondo de este hecho traumático.

Al momento del accidente mucha gente se acercó a auxiliarla, muchos a quienes reconocimos y muchos otros desconocidos; se acercaron para contenerla, decirle que no se moviera, le prestaron un celular para avisarnos a nosotros (los padres), etc. Cuando llegamos, al instante llegó la ambulancia del hospital con la Dra. Andrea Nievas, que la atendió meritoriamente; mucha gente que vio el accidente se ofreció a salir de testigo (algo inusual). Ya en la clínica Juan XXIII la recibió el Dr. Pochat, quien puso todo su empeño, igual que el Dr. Mut y muchos otros que participaron, también los técnicos de radiología; el radiólogo Dr. Sebastián Sfeir estuvo muy buen dispuesto. Y mientras Daira esperaba dolorida que le sacaran las radiografías, dos jóvenes médicas estuvieron con ella demostrando una calidad humana excepcional, hicieron algo que muchos profesionales de la medicina olvidan: la contuvieron emocionalmente, dialogando con ella, preguntándole cosas de su vida que le hacían olvidar el dolor y la tragedia por la que había (y estaba) pasando. Destacamos la atención de las enfermeras de la sala pediátrica. Agradecemos al Dr. Baldomero Bassi, como también al kinesiólogo Sergio García y su equipo.

Gustavo Andrés Marín

DNI 18.218.340 – Roca


Exit mobile version