Una historia de terror
Los violentos del Rojo amenazan. ¿Qué pasará?
fútbol de afa
El tiempo dirá si Javier Cantero, el presidente de Independiente, se transforma en el motor de la lucha contra la violencia en el fútbol argentino o si pasa al olvido como un dirigente más. Pero por ahora sus palabras y sus acciones han calado hondo.
Después del miércoles por la noche, cuando un grupo de barras irrumpió en su despacho para enrostrarle la falta de ‘privilegios’, Cantero volvió a la carga. Y ayer pidió ayuda. Ayuda de sus pares y al poder. Además, impondrá el derecho de admisión. ¿Qué puede pasar en el partido que hoy jugará Independiente contra Arsenal? (ver página 36). Habrá que esperar y rezar en el estadio del Viaducto, el club justamente del presidente Julio Grondona.
“Me presenté este mediodía (de ayer) con la nómina para que se aplique el derecho de admisión. Esta es otra medida para contener el embate de los barras. Esta historia no se terminó”, enfatizó Cantero. Y añadió: “Este tema se tocará el martes en la reunión del Comité Ejecutivo de la AFA, donde seguramente se tomarán medidas que las mantendré en reserva para que no se pierda el factor sorpresa”.
Inmediatamente después pidió que los directivos de los demás clubes tomen medidas ejemplificadoras. “Cada club es un mundo distinto, con una barra distinta, pero tenemos que tener los mismos principios para minimizar y si es posible erradicar esta situación”, dijo Cantero.
El titular Rojo reconoció que le “tiene miedo” a los barras, pero más le teme al “castigo social y moral de los socios” si no cumple con lo que prometió. “Vamos a pedir el derecho de admisión para que no puedan entrar no sólo al estadio, sino a ninguna otra sede del club”, señaló, y deslizó que en la asamblea de socios del mes próximo tratarán la posibilidad de expulsarlos del club (todos los barras son socios).
Pablo Bebote Alvarez, el jefe de la barra de Independiente que encerró a Cantero en su oficina y con llaves, lo amenazó y le pidió entradas y facilidades para viajar, ayer insultó e intentó desacreditar al dirigente desde las redes sociales: “Sigan comprando las boludeces y mentiras de macetero (sic). Hablamos cordialmente con este mentiroso en su despacho para decirle que cambie su postura de entregarle a la policía 280.000 pesos en banderas y bombos”, escribió en Facebook. Y disparó: “Agresiones físicas no hubo. Verbales, sí. Le dije al líder que es un cagador hijo de puta y él me contestó que me va a poner el club de sombrero”. Una historia por demás escalofriante.
La barra de Independiente apretó al presidente y quedó en el ojo de la tormenta. La idea es expulsar a los violentos del club.
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