Una huerta orgánica alimenta la cocina del hospital de Cipolletti

Un proyecto de nutricionistas, cocineros y técnicos del INTA permite proveer de verduras al centro de salud.

 

Una huerta orgánica alimenta la cocina del hospital de Cipolletti

Nutricionistas, cocineros y referentes de Pro Huerta INTA Alto Valle cuidan a diario una huerta orgánica que está afincada en el corazón del hospital Pedro Moguillansky.

El proyecto que surgió este año tiene como objetivo mejorar la calidad de las hortalizas que se utilizan a diario para la elaboración de alimentos de los pacientes internados en el establecimiento de Salud Pública.

El trabajo encabezado por la nutricionista Soledad Sosa forma parte del proyecto “Agricultura Urbana” que inició el INTA este año en Cipolletti a raíz de una demanda del hospital.

En el Centro de Salud del barrio Anai Mapu no solo se da la posibilidad de contar con una producción propia sino también sirve de ejemplo multiplicador para aquellos que quieran aprender a cultivar en sus propios hogares. Los plantines que se producen en ese sector de la ciudad son entregados a unas de 70 familias que habitan en barrios y asentamientos de la zona norte de Cipolletti. La mayoría de los pacientes presentan patologías como diabetes, hipertensión y sobrepeso.

La técnica de Pro Huerta INTA Alto Valle, Liliana Aliaga, explicó que ese trabajo, al igual que el del hospital, se inició a mediados de año a través de la demanda de una nutricionista del Pedro Moguillansky.

La experiencia también se trasladó al hospital. Allí el trabajo está focalizado en aportar verduras frescas al comedor que atiende la alimentación de todas las personas que están en el sector de internación, que son alrededor de 1.200 personas por mes.

Pero para poner en marcha esa huerta fue necesario un trabajo comunitario y a pulmón. Tuvieron que trasladar tierra, ya que la existente en el predio de Salud Pública no era favorable para el cultivo. Los tanques al igual que el cerco que resguarda las hortalizas fueron donados. Sosa explicó que una gran cantidad de personas colaboraron para poner en marcha el proyecto. Actualmente, son los profesionales de la salud y el personal de cocina quienes cuidan y mantienen ese espacio.

 

El 17% del dinero era para estos alimentos

Las nutricionistas Soledad Sosa y Alexandra Gurtubay promovieron la creación de la huerta hospitalaria teniendo en cuenta que el 17% (34.640 pesos) del dinero destinado a la compra de insumos estaba relacionado a las frutas y verduras, que a veces “no es de buena calidad”, remarcó Sosa

El proyecto que inició a mediados de este año pretende continuar hasta el 2019.

 


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