Una lista estremecedora que parece no tener fin

SAN CARLOS DE BARILOCHE – Sólo en los últimos años, las vidas que se cobraron los ríos y lagos de la zona cordillerana supera la decena.

Tanto para los residentes de la zona como para los visitantes, las aguas cordilleranas son temerarias, aunque no lo parecen.

Por un lado, su temperatura es muy baja (7 grados en esta época), lo que además de sorprender al bañista puede paralizarlo.

Tampoco parecen tan bravos los ríos, que como en el caso de ayer suelen tener épocas de gran turbulencia.

En los últimos tiempos, varios episodios sacudieron a la comunidad. Algunos de ellos fueron los siguientes.

El 9 de enero del año pasado, un turista de La Plata, de 22 años, murió en el lago Roca, camino a Cascada de los Alerces. Al parecer quiso nadar en el lago y se ahogó repentinamente.

El 12 de abril siguiente Prefectura rescató el cuerpo sin vida de Julián Yamunao, de 23 años, del lago Nahuel Huapi. No pudieron establecer la causa de su muerte.

El 21 de julio del mismo año, la porteña Grazia Pullía, de 55 años, perdió el equilibrio y cayó en la cascada del arroyo Grande de Quila Quina, cerca de San Martín de los Andes. En instantes murió ahogada.

El 27 de diciembre del 98, Ricardo Toledo, de 30 años, murió amarrado al bote en el que había naufragado junto a Juan Manuel Alvarado, de 21 (que se salvó nadando hasta la costa), su tío Diego Alvarado y el joven Agustín Zumelzu. Los dos últimos desaparecieron.

Este año, la enumeración ganó un nuevo hecho el 27 de enero. Francisco Collantes, un pescador mendocino de 26 años, fue arrastrado por las aguas del río Limay, y murió en la zona de Villa Llanquín.

El 5 de junio, el fotógrafo y guía de turismo Leonardo Rigottti, su cuñado Fernando Erroz y Nicolás Rossi, desaparecieron en el lago Gutiérrez. Salieron a navegar en una canoa y no aparecieron más. Se presume que murieron ahogados.

El 23 del mismo mes, Eustaquio Huentelaf, de 28, y su hermano Angel, de 30, desaparecieron en el Limay, en la zona de Confluencia. El cuerpo de Eustaquio apareció dos meses después.

Apenas días atrás, un par de kayakistas encontraron a un hombre ahogado en el lago Lácar, de San Martín de los Andes. Hasta hoy no pudieron identificarlo, y son misteriosas las causas de su muerte.

Años antes también hubo que lamentar muertes horribles.

Una de las más recordadas se produjo el 24 de junio de 1995. Ese día invernal cuatro jóvenes murieron al hundirse un bote en el Gutiérrez. Hacía viento, frío y caía agua-nieve. Otro grave episodio fue la muerte de otras cuatro personas el 27 de diciembre de 1997, que se ahogaron en el brazo Machete del Nahuel Huapi.


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