Una multitud acompañó la apertura de la calle

Más de 2.000 personas en la inauguración

NEUQUEN (AN).- El intendente de Neuquén se sacó las ganas: en el día de la Patria cortó las cintas e inauguró una calle que atraviesa el Parque Central y hermana al norte y al sur de esta ciudad.

Es la segunda obra de estas características que habilita Horacio Quiroga desde que es intendente. Durante el acto, el mandatario no disimuló su alegría: rugió ante una multitud cuando llegó la hora de avanzar sobre la calle que, además, significa una nueva atracción del clásico paseo de los neuquinos.

«Neuquén va a ser la mejor ciudad de la Argentina; no sé si antes que me vaya de la intendencia o después pero vamos a ser la mejor ciudad de la Argentina», exageró Quiroga, haciendo temblar los parlantes.

Más de 2.000 personas inundaron el sector oeste del Parque Central de la ciudad y participaron de la ceremonia en la que hubo chocolate, payasos, malabaristas y música fiestera a cargo de una banda del Ejército Argentino.

Quienes brillaron por su ausencia fueron los funcionarios del gobierno provincial: no se vio a ninguno

Lo más parecido a una representación del oficialismo fue el diputado menemista Horacio Rachid, parado muy cerca de un concejal del Movimiento Popular Neuquino.

Cuando este diario le hizo notar las ausencias a Quiroga, el intendente minimizó el hecho: «deben haber tenido cosas que hacer», dijo con gesto de fina ironía.

La calle de doble mano no tiene nombre aunque para el intendente la balanza se inclina a Pasaje del Centenario, en honor, claro, a los cien años que la capital provincial cumplirá en septiembre. Las otras posibilidades son Vecinalistas Neuquinos o Pasaje Integración.

Con todo, la decisión final la tienen los concejales, quienes debatirán qué

nombre le pondrán a calle.

Quiroga recordó todas las trabas que debió sortear para concretar este proyecto; lo mismo que el de la prolongación de calle Córdoba. «Tuvimos que ir a la justicia para hacerlo realidad», recordó el hombre que en su campaña en pos de su primera intendencia había prometido tres obras fundamentales: el asfalto de la ciudad, el Paseo de la Costa y la apertura de las calles del Parque Central. Para redondear su proyecto, el intendente necesitó de una nueva gestión, iniciada a fines del año pasado

 

Millón y medio de pesos

La obra que une a las calles Rioja y Misiones demandó una inversión inicial de más de un millón y medio de pesos, a lo que agregaron otros miles de pesos por trabajos complementarios. Se trata de una arteria adoquinada de dos vías, con un bulevar en el medio.

En el centro, entre manchones verdes y un piso de piedra laja, hay bancos de plaza y protecciones por si acaso algún rodado le pifia a la calle. El paseo tiene un moderno sistema de iluminación, barreras para los automóviles y para las bicicletas, y una gran rotonda sobre la calle San Martín. Con esta inauguración -que en principio estaba prevista para febrero- Quiroga inició lo que será un agitado tránsito hacia el festejo del centenario, en cuyas vísperas hay varios cortes de cinta. Se vienen la habilitación de la sede del museo Nacional de Bellas Artes, la del complejo de la terminal y el de la rambla del Paseo de la Costa, en la Isla 132.

Ausencia de funcionarios de la provincia

NEUQUEN (AN).- «Hubo invitaciones para todos, en una de esas por ahí hay algún funcionario de la provincia», afirmó Horacio Quiroga cuando se preguntó por el faltazo de los representantes del gobierno provincial. Ni siquiera diputados del MPN asomaron por el multitudinario acto de apertura de la calle que no tiene nombre. El jefe comunal miró como pidiendo auxilio cuando se le hizo la consulta.

«No hay ninguno», le dijeron. Entonces respondió: «De todas maneras, por ahí, han tenido otras actividades. Esta es una obra que podría lograr la confluencia de todos los que pensamos parecido, igual o distinto», completó.

Quien dijo presente y ayudó con el corte de cintas fue la abuela Dolores Della Negra, que vive en la calle Sarmiento desde hace 61 años. La anciana (tiene 87 años) llegó temprano acompañada de varias amigas. De los viejos tiempos dijo que recuerda los guardapolvos con almidón y los vientos que eran vientos. «Me gusta todo de Neuquén y esta obra me parece muy buena, tenemos que estar unidos, sin banderías políticas», fue elocuente doña Dolores. La abuela mostró su buena condición física luego del corte de cintas al que le siguió una avalancha. Es que todos querían seguir al intendente cuando empezó a andar sobre la flamante arteria.


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