¿Una nueva forma de hacer política o apenas maquillaje?

¿El cerebro detrás del músculo?

Las elecciones en California dejaron en claro dos cosas: la gente estaba harta del gris gobernador Gray Davis, pese a que apenas un año antes lo había votado masivamente, y desea una renovación en el liderazgo político de su estado, presa de la crisis económica más graves de su historia.

Arnold Schwarzenegger fue el elegido, aunque nunca reveló los detalles de su estrategia para sacar de la crisis al Estado más rico pero también más endeudado de la Unión. Se presentó exitosamente ante los votantes como un «outsider», un » hombre del pueblo» y la contracara de los políticos tradicionales, propensos al exceso, alejados de los problemas de la gente y concentrados sólo en sus carreras personales Schwarzenegger «golpeó sobre el enojo (el gobernador Davis) y se convirtió en el centro de ese enojo», dijo la profesora Elizabeth Garret de la Universidad de Carolina del Sur.

«La gente simplemente expresó su cólera y eligió un gobernador con el que compartían esa cólera», opinó también Michael Martínez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Florida. También, muchos votantes parecieron deslumbrados por el aura de estrella de Hollywood de «Terminator», algo que éste utilizó a menudo durante la campaña, repitiendo frases pegadizas de sus películas más conocidas. Con frases cortas y gestos cuidadosamente estudiados llenó al auditorio de promesas para «barrer» al desprestigiado gobierno demócrata del poder, pero dio pocas pistas sobre su plan «Para que gane el pueblo, los políticos de siempre deben perder», dijo ayer.

Sin embargo, el cerebro de la campaña de Schwarzenegger fue el polémico ex gobernador republicano Pete Wilson (famoso por sus posturas antiinmigratorias, ultraliberal y partidario de la mano dura ) y su equipo fuerte de asesores incluyó al multimillonario Warren Buffett y el ex secretario de Estado, George Schultz. ¿Pasará lo mismo con su gabinete?

Wilson y Schultz son «políticos tradicionales», con todos sus pro y contras, y su apoyo no será gratis.

Las claves del mandato de «Terminator» serán las políticas que ponga en marcha para reducir el déficit fiscal de 38.000 millones de dólares, el creciente desempleo, los impuestos altos y la alta inmigración ilegal. Schwarzenegger prometió terminar con los gastos estatales masivos e «irresponsables» que crecieron un 40% en la gestión de cinco años de Davis. También dijo que congelará el gasto y auditará el presupuesto de 99.000 millones de dólares.

Prometió incentivar el retorno de empresas y trabajos al Estado. Pero para cumplir cualquiera de estos planes, necesitará negociar el apoyo de la legislatura , que sigue en manos de los demócratas En un año en donde los partidos estarán con la mira puesta en las elecciones presidenciales, el actor devenido político tendrá una dura tarea: seducir a la mayoría opositora sin enojar a sus amigos republicanos.

Sólo el accionar futuro de Schwarzenegger dirá si sus abundantes y enfáticas promesas de cambio fueron reales o sólo representaron una exitosa estrategia de marketing electoral. (AFP/ Redacción Central)


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