Una nueva invasión extraterrestre sobrecargada y en alta definición
Claudio Andrade
candrade@rionegro.com.ar
Por regla, son los extraterrestres quienes abren fuego y así la cosa se complica hasta que ya no quedan sino edificios en llamas y carreteras maltrechas. En los guiones más recientes no hay diálogos posibles o propuestas de ningún tipo. Apenas una acción funesta seguida de una reacción aún peor. Si ellos nos atacan con rayos láser y otras luces extrañas, nosotros detonamos la bomba atómica en Los Ángeles, Nueva York o donde sea y a ver cómo se las arreglan en un mundo contaminado y deplorable. Palabras más, palabras menos, la estructura es la misma. Al final, no de la historia pero sí de la película, la humanidad prevalece o todo indica que lo hará. Los “ETranjeros” son expulsados del paraíso al cual nunca debieron arribar.
Una rara excepción entre este temporal de producciones –“Skyline”, “Invasión: Batalla Los Ángeles”, la remake de la serie televisiva “V”, “Súper 8” (del nuevo gurú del cine J. J. Abrams que estrenó en los Estados Unidos la semana pasada)– bajo el signo extraterrestre es “Monsters”, de Gareth Edwards. Tampoco es casualidad que se trate de una película independiente. El filme de Gareth, muy pero muy bien actuado por Scoot McNairy y Whitney Able, parte de una hipótesis bastante distinta a las que nos tiene habituados Hollywood. En “Monsters” los extraterrestres son seres tan inmensos como incomprendidos por los seres humanos. Esta incomprensión es la base de los actos de violencia que se comete contra ellos. Sin embargo, el filme es mucho más una historia de amor que una de extraterrestres. Que, aunque gigantescos, casi no atraviesan por la pantalla.
“Invasión: Batalla Los Ángeles”, de Jonathan Liebesman, y “Skyline”, de los hermanos Strause, recorren caminos conocidos aunque provistos de una parafernalia y una producción nunca vista antes. Ambos filmes funcionan por saturación de estructuras y efectos. Los extraterrestres representan una colisión pasmosa que sin mediar un verbo comienza a deshacerse o tomar control de cuanto humano se les cruza.
Los recursos son los mismos viejos trucos que se les vienen adjudicando a los extraterrestres en los últimos cien años. Salvo porque hoy los directores de cine tienen entre sus manos poderosas, veloces e impecables computadoras. De modo que en la pantalla el planeta se convierte en un infierno en alta definición.
De un filme como “Skyline” uno puede agotarse justamente de la bendita luz azul que penetra tus ojos. E “Invasión: Batalla Los Ángeles” es capaz de atiborrar tu cerebro con explosiones que van desde el simple disparo de pistola hasta la detonación nuclear, pasando por el uso de metralletas capaces de tirar al suelo incluso a un ET protegido con una moderna armadura.
Lo más fuerte del año acaba de estrenarse en los Estados Unidos y está por llegar al resto del mundo. La suma de los nombres es una promesa de cine total. J. J. Abrams y Steven Spielberg han coincidido en “Súper 8”. Esta película tiene su historia a parte: Abrams podría ser considerado el heredero de Spielberg. Uno, el rey indiscutido de la industria y el gestor de algunos de los filmes fantásticos más emblemáticos de Hollywood; el otro, un nuevo mago, un creativo hombre de negocios (algo que también es Spielberg), el creador de “Lost”. “Súper 8” tiene todos y cada uno de los elementos que hacen matar de gusto a gente como Spielberg y Abrams: una historia espectacular, una troupe de jóvenes y talentosos actores y muchos efectos especiales que te dejarán castañeteando en la butaca.
Puntualmente, como debe ser y cada cierta cantidad de años, se ciernen sobre los cielos del mundo las nuevas invasiones extraterrestres.
Hollywood también refleja la temperatura de la sociedad norteamericana. Los conflictos internacionales adquieren la forma de una metáfora una vez que son procesados por la maquinaria de los estudios de cine.
Los extraterrestres siempre son en este sentido un recurso “poético” a mano para sustentar una película y decir algo acerca de la realidad. El volumen de producciones resulta llamativo pero no es casual.
En los últimos dos años ha pasado por la pantalla grande un buen número de películas que básicamente tratan acerca de cómo una civilización alienígena llega a la Tierra y no precisamente con la idea de hacer amigos.
Claudio Andrade
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios