«Una sobredosis de hierro no provoca la muerte»

El hematólogo Luis Nievas plantea dudas.

A 17 días del deceso de la joven Verónica Díaz, el hematólogo de Viedma, Luis Nievas, en coincidencia con otros especialistas, sostuvo que una sobredosis de hierro «no provoca la muerte».

El profesional explicó que el hierro está indicado en las anemias ferropénicas, síndrome que acompaña a varias enfermedades provocadas por deficiencias de ácido fólico y complejo B, porque la médula ósea -por alguna razón- no lo produce. El hierro puede faltar por su ausencia en la ingesta, la pérdida por hemorragias microscópicas o porque el organismo no lo sabe utilizar. En estos casos se indica la terapia con hierro.

En este sentido, el hematólogo agregó que la médula produce los glóbulos rojos y necesita del hierro, del ácido fólico y del complejo B para generarlos. El hierro forma parte del componente de la hemoglobina que es aquel elemento que está dentro del glóbulo rojo y que cuando llega al pulmón capta el oxígeno y libera el dióxido de carbono. Sin hemoglobina no se capta el oxígeno y para la hemoglobina es necesario el hierro, que cuando falta aparecen las anemias, falta e aire, la gente se cansa y empalidece, entre otros síntomas.

La indicación de hierro es muy común en mujeres embarazadas vía oral o a través de inyecciones cuando es muy bajo el nivel. También suele ser indicado en forma intravenosa.

– ¿Que provoca una sobredosis de hierro?

– Este tipo de sobredosis, por lo general, atacan el hígado y los riñones. Son varias las enfermedades que se caracterizan por acúmulo de hierro y lo que hay que cuidar son esos órganos. De cualquier manera tienen que ser dosis altas y permanentes. En el caso de la mujer embarazada de Entre Ríos -que conozco a partir de comunicaciones con colegas de esa provincia- llama mucho la atención que por una sola inyección haya desencadenado un cuadro de insuficiencia hepática de coagulación intravascular y muerte posterior. Algo más tenía que tener esa ampolla.

– ¿Qué más?

– Es muy raro que sólo haya sido una dosis triple de hierro. Habría que ver si en esa falsificación no sólo existía el hierro sino alguna otra sustancia tóxica que generó esa coagulación intramuscular. Ese cuadro es muy raro y llama la atención que a partir de algunas dosis de hierro que no son 20 veces más de lo normal provoque una insuficiencia hepática, pero todo eso se está investi

gando y en su momento se sabrá. En el caso de la joven viedmense Verónica Díaz no conozco cuántas dosis recibió.

– ¿En su trayectoria tuvo conocimiento de la muerte de alguna persona por recibir una mayor cantidad de hierro?

– No. Sí se han registrado hepatitis tóxicas que se han controlado y resuelto pero no muertes por intoxicación de hierro. Creo que ese hierro falsificado también debe tener algún componente que hace que su toxicidad sea potenciada por algo que no conozco pero que da la sensación que podría producir. Da la impresión que hubiese otro mecanismo porque el hierro que habitualmente usamos no tiene una absorción inmediata por eso se lo indica cada 24 horas. Desconozco qué puede haber tenido para que haya desencadenado esa toxicidad hepática severa pero todo indicaría que frente a estas consecuencias hay algo más que una sobredosis de hierro.

– ¿Qué tipo de producto puede provocar a través de una inyección una reacción tan severa e inmediata como en estos casos?

– Una coagulación intravascular diseminada, como en el caso de Entre Ríos, la podemos comparar con lo que producen los venenos de víboras o infecciones bacterianas, especialmente meningococos. Un veneno o una bacteria introducida en el organismo desarrolla el meca

nismo de coagulación en la microcirculación: riñón, hígado, cerebro, inclusive glándulas suprarrenales, lo que consume todos los factores y genera un posterior sangrado.

– ¿Le quedan dudas sobre la escasa información que se dio sobre el contenido de estas ampollas de Yectafer falsificadas?

– Si las pacientes que murieron no tenía una enfermedad agregada que se desconozca es obvio que el hierro por sí mismo no puede desencadenar semejante cuadro. Seguramente en el mecanismo de falsificación existió algún componente tóxico independiente de las tres dosis de hierro por encima de lo normal. Tenemos muchos claros oscuros en todo esto porque hay personas que tuvieron nauseas luego de la aplicación del hierro, situación normal que luego desencadenó en la muerte, lo cual no lo explica el hierro por sí mismo. Mientras, en otros casos hubo una sintomatología mínima que no terminó en nada grave. Saber realmente lo que tenían esas ampollas es el nudo de la cuestión.

 

Estela Jorquera

Notas asociadas: Denuncia penal de la familia Díaz Un criterio compartido en todo el país  

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