Una verdadera odisea

Gentileza

Una verdadera odisea vivió el reginense Edgardo Vega en la segunda etapa del Desafío Litoral, que terminó trasladado hasta el vivac por la organización junto a otros motociclistas por razones de seguridad. “La organización suspendió la prueba en el kilómetro 195, pero caía tanta agua que a algunos nos sacaron antes”, comentó Vega. El reginense destacó que “estuvimos varias horas en una estación de servicio esperando al camión que nos transportó hasta el parque de asistencia. Era imposible hacer el tramo de enlace, no se veía de la lluvia”. “Pata”, trigésimo en la general de motos, señaló que “mantenerse arriba de la moto fue una misión casi imposible. Por momentos las gomas se llenaban de barro y no podías andar. Si no, en otros tramos, te caías. Me pegué tres o cuatro revolcones, si bien venía andando muy despacio porque el único objetivo era llegar al final”.


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