UNC, la fragua del nuevo modelo de universidad

Por Norberto Serventi (*)

Tengo 59 años y 32 de ejercicio de mi profesión en la región como ingeniero agrónomo. Como padre de un alumno de la Facultad de Ciencias Agrarias de UNC no puedo dejar de repudiar las actitudes y el posicionamiento asumidos por su decano, Ing. Agr. Jorge L. Girardin, a raíz del conflicto que promovió con su gestión de oposición de someter la facultad a la acreditación por Coneau, siendo la única unidad académica de las 28 facultades de Agronomía del país que asume esta postura a pesar de que la mayoría del claustro docente y alumnos tienen una posición contraria. Esta conflictiva resolución emanada de la FCA fue declarada ilegal por la Justicia Federal a partir de los amparos a los que debieron recurrir un alumno y por separado 19 docentes de la propia facultad y fue el origen de la toma de la UNC durante 30 días, con el consiguiente perjuicio intelectual y económico a la comunidad educativa y al pueblo, que con nuestro aporte tributario sostiene el sistema. Como decano la reciente votación del Consejo Superior de la UNC le ha dado la razón al posicionamiento del Ing. Girardin de extender la no acreditación por Coneau al resto de las unidades académicas de la UNC, en una clara transgresión a lo dispuesto por la Justicia Federal y amparándose solamente en la «soberanía universitaria», como lo expresó el decano de la Facultad de Ingeniería, Ing. Boccanera, quien además manifestó que «algunas autoridades asumen la irresponsable postura de incitar al desconocimiento de las leyes sobre la base del no me gusta», los universitarios no estamos por encima de las leyes, «si no nos satisfacen ciertas normas legales tendremos que elaborar nuevas alternativas».

En contraposición el Ing. Girardin, en sus declaraciones realizadas a este diario el 28/11/04, argumenta la justificación del hecho con una serie de términos entre los que rescato: «se van modelando cambios que apuntan a la universidad del futuro», «nuevo modelo de universidad», «preocupada por su desarrollo académico y científico», «que busca ser reconocida por la calidad de sus actividades académicas, científicas, derechos humanos, la presencia de organizaciones sociales que se apropian informalmente de la universidad».

Alguien mencionó que la realidad es una sola. Ahora me remito a relatar que fui uno de los padres testigos en la que denomino la noche negra de la agronomía, del 10/11/04, cuando fue tomada la facultad. En ese momento el grupo mayoritario de alumnos que estaba a favor de la acreditación quería recuperar la facultad. Debimos recurrir a la intervención policial y después de calmar los ánimos -vi lágrimas de impotencia en muchos de ellos por sentirse avasallados en sus derechos de estudiar- logramos que cinco alumnos, junto con la policía, fueran a dialogar con los alumnos de la toma. Tranquera de por medio y ante mi asombro, desde el interior de la facultad apareció el Ing. Girardin, quien nos vino a saludar y ante mi requisitoria, dado la tensión vivida, ya que había entre 80 y 90 alumnos que querían recuperar la facultad, una de sus respuestas fue que esta situación era inevitable porque era la única que faltaba tomar, que la policía no podía ingresar, sólo la rectora y un juez federal, y después comenzó a comentar problemas del país que nada tenían que ver con el tenso momento que se estaba viviendo. De más está decir que además de los alumnos que tomaron la facultad, había personas desconocidas. En el debate del Consejo Superior que culminó con la votación por la no acreditación, el Ing. Girardin resaltó el accionar de los alumnos que tomaron la facultad. La reflexión de lo relatado la dejo para los que lean esta nota.

Pero mi reflexión y preguntas son: ¿éste es el nuevo modelo de universidad? ¿La UNC del futuro? ¿Así hay que preocuparse por el desarrollo académico y científico y la calidad de las actividades? ¿Cuáles son los derechos humanos y sociales de los docentes y alumnos que piensan distinto? ¿Qué explicaciones y justificaciones les va a dar a los futuros egresados de la FCA cuando no puedan matricularse y ejercer libremente su profesión? Si la Justicia Federal establece la inconstitucionalidad de lo resuelto y ordena al Consejo Superior de la UNC que acredite sus planes de estudio ante la Coneau, ¿seguirá la UNC amparándose en la soberanía universitaria? Por último le quiero expresar al Ing. Girardin como colega que revea su postura académica y que oriente la misma hacia la excelencia del conocimiento de la ciencia agronómica en la región, en un momento en que el país comienza a través de la producción agropecuaria a resurgir de las cenizas y necesita más que nunca nuestro aporte. Además le recuerdo que tal vez los dos únicos premios Nobel de la Paz que fueron indiscutidos en el mundo fueron los otorgados a la Madre Teresa de Calcuta y al Dr. Norman Borlang (ingeniero agrónomo), a quien le otorgaron tal distinción porque a través de la genética logró variedades de trigo de producción en zonas desérticas para paliar el hambre en países pobres. Estos resultados se logran con esfuerzo, trabajo, rigor científico y excelencia, no haciendo política.

Mi solidaridad con la situación que vive la familia López Plantey, que ha sufrido el hostigamiento en su domicilio por los intolerantes del «Nuevo Modelo de Universidad» por el simple hecho de ejercer el derecho constitucional de acción de amparo en defensa de su hijo y que ha posibilitado el amparo para el resto de los alumnos de la UNC. Mi comprensión a los padres que han venido a vernos manifestando su negativa a involucrarse por temor a represalias hacia sus hijos. También mi solidaridad a los cerca de 40 alumnos y sus familias que han decidido «emigrar» hacia otras facultades de Agronomía, con lo que significan el «exilio» y el esfuerzo económico que deberán afrontar. Mi reflexión final está dirigida a los principales perjudicados de esta situación, que son los alumnos de la FCA, quienes en estos días están viviendo situaciones muy tristes porque compañeros y amigos ya no lo son. Piensen que en el futuro, sean profesionales o no, pueden llegar a compartir actividades y trabajos. La violencia no es la forma de resolver estos problemas. Nosotros como generación ya vivimos esta situación. El estado de derecho y democrático a pesar de todo sigue siendo el único camino para resolver este conflicto. La participación activa en la defensa del derecho a estudiar es la única alternativa para modificar este tipo de situación y la Justicia tarde o temprano siempre llega.

Formo parte de un grupo de 40 padres autoconvocados de la FCA que a solicitud de nuestros hijos y a raíz de la situación comentada estamos defendiendo el derecho que tienen de estudiar en una universidad pública y gratuita como lo establece nuestra Constitución. Es mi obligación alertar al resto de la comunidad con hijos estudiando en la UNC que esta situación conflictiva que vive la FCA a raíz de la reciente resolución del Consejo Superior puede extenderse a otras unidades académicas.

 

(*) Ingeniero agrónomo


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