Uno de los evadidos tenía en su poder un objeto que pertenecía a Acuña

Lo descubrieron los investigadores al revisar las pertenencias de Carlos Sosa. Esperan los resultados de varias pericias para confirmar si fue uno de los autores.

Cercado por las pruebas

Sosa fue detenido el sábado en Cutral Co. Creen que regresó a la ciudad después de cometer el crimen para tener una coartada.
NEUQUEN (AN)- Carlos Héctor Damián Sosa, el joven de 18 años bautizado «carita de ángel» o «el ángel de la muerte», quedó seriamente comprometido ayer en el asesinato de Noema Acuña. Los investigadores encontraron en su poder un objeto que pertenecía a la mujer que fue secuestrada el viernes pasado en Cutral Co y asesinada en la meseta que rodea Neuquén capital.

Según fuentes relacionadas con la causa, ese objeto, cuyas características no fueron precisadas, demostraría que Sosa estuvo junto a Acuña por lo menos en el momento en que la mataron a golpes de pala.

Y cuando suman otros elementos, como los rasguños que presenta en el cuerpo y los mechones de pelo que le faltan, se convencen de que pudo ser el autor material del crimen de la mujer. (ver infografía).

Las fuentes dijeron a «Río Negro» que cada vez es mayor la presunción de que Sosa, apenas se fugó de la comisaría 14 de Cutral Co con varios cómplices, abordó a Noema Acuña (47 años), la obligó a subir a su automóvil Corsa rojo y con ella llegó hasta la meseta detrás del basural de Neuquén capital. Allí la mató, la enterró y siguió viaje a Cipolletti, donde fue visto por un policía.

Al saberse descubierto, emprendió el regreso a su ciudad donde lo atraparon el sábado. «Pretendió construir una coartada, haciéndonos creer que nunca salió de Cutral Co», dijo otra de las fuentes.

Con acompañantes

En su raid de fuga y muerte, habría estado acompañado por uno o dos cómplices. Se cree que Jorge Javier Sampoñia, quien todavía no fue recapturado, es uno de ellos.

Los investigadores recogieron en las últimas horas otro testimonio importante: se trata de un vecino de Cutral Co que el viernes a la mañana vio a Noema Acuña en dos oportunidades, primero sola y luego con dos sujetos.

En la primera ocasión fue temprano, pasadas las 9. La encontró en inmediaciones de la gestoría Chatelain, en la que trabajaba la víctima, e intercambiaron algunas palabras. El testigo estaba interesado en realizar un trámite, pero Acuña le explicó que no atendían al público porque se habían plegado al asueto por los festejos del aniversario de Cutral Co.

En la vereda de la gestoría estaba estacionado el Chevrolet Corsa rojo, patente DWA 193 de la víctima.

Simultáneamente, a menos de tres cuadras de allí, se producía la fuga de la comisaría 14 protagonizada por Sosa, Sampoñia, Wálter Troncoso, Esteban Navarrete y Roberto Valdebenito.

Al parecer Sosa y Sampoñia escaparon primero, y los otros tres un poco más tarde. Cuando ganaron la calle se confundieron con el gentío que se acercaba al palco instalado en las inmediaciones, para los actos centrales del festejo.

Un poco más tarde, el mismo testigo que había conversado con Acuña vio pasar su Corsa rojo a toda velocidad.

Esta vez observó que en el interior había tres personas, pero no alcanzó a distinguir los rostros

Los investigadores creen que eran Acuña, Sosa y otro de los evadidos, o tres delincuentes que llevaban a la mujer oculta entre los asientos.

Una vez que llegaron a la ruta 22, los evadidos aceleraron rumbo a Neuquén capital. Pero se habrían desviado pocos kilómetros antes de Senillosa, donde se puede tomar una picada que desemboca justo detrás del basural.

Allí, por motivos que no están claros, decidieron asesinar a su rehén.

Le aplicaron golpes con una pala que la mujer llevaba en el baúl del auto hasta destrozarle el cráneo, y con esa misma herramienta cavaron una fosa de 40 centímetros de profundidad para ocultar el cadáver.

Era apenas pasado el mediodía del viernes.

Luego siguieron viaje hasta Cipolletti (presuntamente cruzaron a Río Negro por el puente Centenario-Cinco Saltos) y una vez en el barrio Labraña se dedicaron a lavar el automóvil para borrarle los rastros de sangre.

Para entonces el cadáver ya había sido descubierto, toda la policía estaba en alerta y se comenzaba a asociar la procedencia de la víctima, Cutral Co, con la fuga de presidiarios.

Esa tarde un policía rionegrino observó claramente a Sosa caminando por Labraña, cerca de donde apareció el Corsa rojo. El «ángel de la muerte» ya estaba sobre aviso: habían encontrado el cadáver de Acuña y tarde o temprano las sospechas apuntarían en su contra.

Entonces, creen los investigadores, se las arregló para regresar a Cutral Co donde fue detenido el sábado cuando circulaba en un Fiat Duna. En el interior de ese auto había un objeto, que las fuentes no describieron, que pertenecía a la víctima.

Es una de las pruebas de peso contra el joven de 18 años al que se le atribuyen otros dos homicidios.

Además de reunir estos elementos, los investigadores esperan los resultados de pericias dactiloscópicas (en el Corsa había muchas huellas digitales) y la prueba de ADN en los cabellos que la víctima tenía entre sus dedos.

Un testimonio clave revela los movimientos de la víctima

CUTRAL CO (ACC y AN)- Un vecino de esta ciudad conversó con Noema Acuña el viernes a la mañana, y luego vio su automóvil con tres ocupantes cuando circulaba a toda velocidad por la ruta 22.

Su declaración es importante para la causa porque confirma algunos horarios y movimientos de la víctima.

El testigo, cuya identidad se mantiene en reserva, habría concurrido a la inmobiliaria y gestoría Chatelain, donde trabajaba Acuña, alrededor de las 9, y se encontró con que el local estaba cerrado. En la vereda estaba estacionado el Corsa rojo de la mujer.

Fuentes de la causa explicaron a «Río Negro» que en su propio vehículo, el testigo se dirigió a la vuelta del negocio, y advirtió que la empleada venía caminando. Sin descender del auto, aprovechó para preguntarle por qué estaba cerrada la oficina, y ella le respondió que era feriado debido a los actos por el aniversario de la localidad.

Un poco más tarde, esta misma persona viajó a Neuquén. Antes de hacerlo, cargó combustible en la estación de servicio de Plaza Huincul -a las 10.10 de la mañana- y partió hacia la capital de la provincia.

Cuando habían transcurrido unos diez o quince minutos desde la salida de Huincul, observó por el espejo retrovisor cómo un Corsa rojo que circulaba en su misma dirección a muy alta velocidad intentaba sobrepasarlo.

El testigo conducía una camioneta; delante circulaba un camión cisterna y por la mano contraria venía otro camión. Una vez que el hombre logró pasar al rodado mayor, fue a su vez sobrepasado por el Corsa que reconoció como el mismo que había visto antes estacionado frente a la gestoría.

Aunque no distinguió las caras, vio que viajaban al menos tres personas, a alta velocidad y con maniobras temerarias. Los investigadores creen que eran dos de los evadidos y Acuña como rehén, o tres delincuentes que llevaban a Acuña escondida en el asiento trasero.

Existen coincidencias en los horarios

NEUQUEN (ACC y AN)- El fiscal Santiago Terán dijo ayer que la fuga de presidiarios fue detectada al mediodía, pero pudo producirse hasta tres horas antes «y en forma concomitante» con el horario en que Noema Acuña salió de su casa.

«La evasión pudo producirse entre las 8.20 y el mediodía» del viernes pasado, dijo Terán, quien tiene a su cargo la investigación de la fuga de cinco reclusos y de la desaparición de Noema Acuña.

Esa franja horaria es contemporánea con la salida de Noema Acuña de su casa, entre 9 y 9.30 de la mañana. «No sabemos qué hizo después, pudo cumplir algunos trámites, ver a otras personas. Eso lo estamos investigando», agregó.

El fiscal se cuidó de aclarar que «no hay un solo testigo que me haya afirmado que esta mujer fue tomada como rehén. Al contrario, hay quienes declaran que la vieron sola en su automóvil».

De inmediato agregó: «claro, podría haber alguien oculto en el asiento de atrás».

Por otra parte, Terán indicó que tampoco puede establecer, al menos en esta instancia de la investigación, si los cinco delincuentes lograron burlar todos a la vez la seguridad de la comisaría 14.

«No se puede verificar esa circunstancia. Sí tengo que decir que no existe la posibilidad de una evasión parcializada», agregó.

El viernes pasado, mientras Cutral Co festejaba su aniversario, se fugaron Wálter Troncoso (21), Carlos Sosa (18), Esteban Navarrete (32), Jorge Sampoñia (21) y Roberto Valdebenito (28).

Los tres primeros fueron recapturados entre el sábado y el martes. Hasta anoche no había rastros de los otros dos.


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