Uno menos en la cancha

El encendido discurso de Kirchner en la Asamblea Legislativa se inscribe en la ya lanzada dura campaña electoral. Macri salió de la lid nacional y se concentró en la ciudad de Buenos Aires. K, molesto; Lavagna agradecido. ¿Habrá dos polos en octubre? Este mes se sabrá si la UCR se encolumna orgánicamente con el ex ministro.

Redacción

Por Redacción

s comprobable: dominador de la escena nacional, el presidente Néstor Kirchner se aprovecha con descaro y pragmatismo del mosaico político variopinto existente hoy, para sacar varios cuerpos de distancia a sus competidores, a ocho meses de las elecciones generales.

Algo, sin embargo, contrarió su forzado simplismo de hacerse cabeza de un polo de centro izquierda, para enfrentar utópicamente a otro de centro derecha. Es que Mauricio Macri, en su criterio representante cabal de la «farándula» liberal que destruyó el país en la década del '90 , esquivó al bulto y con una estudiada escenificación en un basural, acompañado de una humilde niña eso sí, sin pisar el barro, comunicó que irá de nuevo, el 3 de junio, por la jefatura de la ciudad de Buenos Aires.

Pateado el tablero, el terreno se limpió de algunas malezas para que Roberto Lavagna se arrogase la prerrogativa de afirmar que la disputa tiene ahora dos contendores excluyentes, él mismo y el patagónico, al que supo servir como ministro de Economía.

Uno menos en la cancha, comentó resignado un churrigueresco operador K, tras la salida de Macri y el fortalecimiento, aún no mensurable, de Lavagna, al que por ahora se prefiere ignorar como rival de fuste. En la Rosada lamentaron la deserción del empresario que dirige Boca, pero siguen a todo vapor construyendo a dos puntas: por un lado la concertación plural (con los gobernadores e intendentes radicales como aliados principales) y por el otro, la solidificación del Frente para la Victoria. «Nosotros somos los que más peronistas tenemos y en lo de Macri hay muchos más que con Lavagna», contabilizó el dirigente que deambula por todas las provincias con su valija a cuestas.

En Río Negro dice con ojos que brillan con picardía apoyamos al Frente de (Miguel) Pichetto y (Julio) Arriaga, pero el presidente no irá a hacer campaña contra (el gobernador radical Miguel) Saiz. En Neuquén prosigue la cosa es más clara: vamos con (Horacio) Quiroga y (Hugo) Panessi, claro que (el candidato emenepista Jorge), Sapag es mucho más amistoso que (Jorge) Sobisch. La lista sigue: en Catamarca se respalda al radical Eduardo Brizuela del Moral, un K que por esas ironías criollas también prefiere la conducción nacional anti K de la UCR, para no caer en las manos del «bandido» gastronómico Luis Barrionuevo. ¿Más pruebas del oportunismo? En Córdoba, K relegará a Luis Juez, fiel representante del nonato transversalismo, para sostener a Juan Schiaretti, el hombre que propuso José Manuel De la Sota, otro barón del conservadurismo pejotista. El basquetbolista Héctor «Pichi» Campana, fue alentado por Kirchner ir por la intendencia, igual que hacía Carlos Menem en su esplendor, con figuras como Carlos Reutemann, Palito Ortega o Daniel Scioli. Este último abandonó la Capital Federal y recorre la provincia de Buenos Aires, levantando el emblema pingüino.

El partido radical está en problemas por su divorcio del poder. Busca a Lavagna como tabla de salvación. Hacia adentro trata de contener a todos menos al mandatario de Mendoza, Julio Cobos, un «irrecuperable», según Adolfo Stubrin, titular de la Convención que sesionará en Córdoba el 23 y 24 de este mes.

Además de ratificar la intervención al distrito de Mendoza, la UCR va lanza en mano contra la jueza federal María Servini de Cubría, por «responder a las estrictas órdenes de (Carlos) Kunkel», según denunció a este diario el presidente de la agrupación, Gerardo Morales.

El jujeño Morales, de excelentes vínculos con Pablo Verani, visitará la convención nacional del radicalismo rionegrino, que tendrá lugar el 17 de este mes. Discrepa con Saiz, pero estará a su lado en la pelea contra Pichetto.

«La coalición con Lavagna camina lenta, pero camina», asegura Morales convencido, tras las paces selladas con Raúl Alfonsín, que la ciudadanía tendrá una alternativa seria al gobierno de Kirchner.

Lavagna se queja del «impresionante control» que el gobierno ejerce sobre la prensa a través de las pautas publicitarias. Alejandro Rodríguez, el experto que tiene a su lado, sugiere ver la evolución del candidato. «Hace 8 meses mostraban su foto como un hombre indeciso abocado a dar conferencias en el exterior, que jamás se iba a decidir a ser candidato a presidente», recuerda.

«Hoy la imagen es otra se ufana ha construido mucho». Menciona sus recorridos por 11 provincias y su trabajo en el árido territorio de la provincia de Buenos Aires, donde la mayoría de los «punteros» se fueron pasando al kirchnerismo.

En la Rosada, no obstante, se respira un aire veraniego de suficiencia. «No se nos escapa detalle. Tenemos todo arreglado», se aseguró.

ARNALDO PAGANETTI

arnaldopaganetti@rionegro.com.ar


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