«UPCN hizo un negocio redondo con los pagarés»

Furfaro, ex secretario de Finanzas del sindicato, dijo que al comprar pagarés a municipios el gremio canceló con 10 millones una deudas por 20 mantenida con el Estado provincial. "La que perdió fue la provincia", sostiene. "Pagamos el 40 y el

ROCA (AR).- El ex titular de Finanzas de UPCN confirmó que el gremio hizo un excelente negocio al comprar pagarés a una decena de municipios rionegrinos, porque el anterior gobierno provincial se los aceptó un valores que rondaban el 85 por ciento de la cifra nominal cuando el sindicato los pagó apenas en un 40 por ciento.

De esta manera, las operaciones permitieron a la organización licuar su pasivo con el Estado, ya que usaron unos 10 millones de pesos para cancelar compromisos por casi 20 millones.

Las revelaciones las hizo ayer Jorge Furfaro, quien además sostuvo que las comunas que vendieron los documentos fueron más de una decena, y no sólo Roca y Bariloche, los dos casos que salieron a la luz en los últimos días.

«Por una resolución del gobierno provincial se autorizó a UPCN a pagar parte de su deuda con el Banco Residual entregando los documentos adquiridos a los municipios», indicó Furfaro, quien aseguró además que los valores eran comprados en un 40 ó 50 por ciento de su valor, para después entregarlos a la provincia por un 80 ó un 85 por ciento.

«Para UPCN fue un negocio redondo y dentro de la legalidad. Nosotros no les preguntábamos a los intendentes si cumplían con los pasos administrativos, eso era cuestión de ellos», agregó en relación a la autorización para realizar la operación que, como en el caso de Roca, debe otorgar el Poder Legislativo.

Las operaciones con los municipios posibilitaron a UPCN pagar una deuda de unos 20 millones de pesos con algo más de 10. El «negocio redondo» del que habla el ex titular de Hacienda del sindicato consistió en, por ejemplo, comprar un pagaré de 600 mil pesos en 300 mil, y luego entregarlo a la provincia por 500 mil. Asegurada la recepción a partir del visto bueno del gobierno, no existía riesgo de pérdidas.

«El negocio lo hizo el gremio y lo hicieron los municipios. Eran documentos al 2011 y venderlos al 50 por ciento de su valor era recomendable. Entonces, la que perdió fue la provincia», analizó Furfaro. Justamente, según explicó quien firmó los endosos de los cheques para pagar los valores a las comunas, la provincia habría sido el principal motor de las operaciones (ver aparte).

Roca, Bariloche, Choele Choel, San Antonio Oeste, Allen, Catriel, Bariloche, El Bolsón y muchas localidade de la Línea Sur son sólo algunas de las comunas que descontaron los documentos con el gremio. «Son las que me acuerdo -aclaró Furfaro- pero la mayoría de las municipalidades vinieron a vender los pagarés. Cipolletti y Río Colorado fueron las únicas que no participaron».

Inmediatamente acotó:

«Se pagaba entre el 40 y el 50 por ciento del valor total, dependiendo del poderío de la municipalidad. A las más chicas se les pagaba más», añadió.

Las operaciones que se realizaron a fines de 2001 y principios de 2002 y que vinculan a UPCN, al gobierno de Pablo Verani y a los distintos municipios de Río Negro, tomaron estado público a partir de una investigación del Tribunal de Cuentas de Roca. En ese caso, el contralor detectó la venta de un pagaré de 700 mil pesos al gremio, por algo más de 300 mil.

La investigación motivó una de

nuncia penal para determinar si las operaciones atentaron contra los intereses de los municipios y la provincia.

Posteriormente, un caso similar fue detectado en la municipalidad de Bariloche y, según afirmó Furfaro, los descuentos de pagarés no fueron hechos aislados, sino operaciones que se repitieron en la mayoría de las localidades de Río Negro.

Verani, esencial

ROCA (AR).- El gobierno provincial del radical Pablo Verani tuvo un papel fundamental en las operaciones entre los municipios y UPCN. Esto se desprende de las declaraciones del propio Jorge Furfaro, quien sostuvo que «la provincia mandaba a los municipios a ofrecer los pagarés», y que la posibilidad de realizar las transacciones surgió partir del visto bueno del gobierno para aceptar los documentos para reducir la deuda del Banco Residual.

La investigación de la Justicia Penal intentará determinar si, a partir de las operaciones, el erario provincial se vio perjudicado. Otra de las preguntas a responder es por qué, documentos que serían pagados en más de 10 años, fueron tomados en parte de pago de deuda a valores tan elevados.

Furfaro sostuvo que «la provincia nos mandó a los municipios y, por resolución del gobierno, nos aseguraron que los documentos se aceptarían al 85 por ciento». Eso indicaría la predisposición del Estado Provincial en recobrar los documentos e incentivar las operaciones.

La actividad de UPCN no está relacionada, en sus orígenes, al descuento de documentos. Un negocio circunstancial permitió reducir sus obligaciones con el Estado provincial, mientras que a los municipios les abrió las puertas para encontrarse con dinero en efectivo en vez de esperar 12 o 13 años para poder cobrar.

Una historia en común

Juan Carlos Scalesi y Jorge Furfaro se cruzan hoy rayos y centellas.

Y así corroboran la vigencia de una constante en las sociedades forjadas para ejercer poder y reproducirlo sin generarse mayores tensiones éticas: cuando se fracturan, desde algunos de los polos se ventila lo que por años se cayó. Ya sea objetable o no lo que se silenció.

Y fue por años precisamente que este tándem manejó UPCN con sólo mirarse. Ambos se entendieron de mil maravillas para acentuar mecanismos de conducción del gremio no ajenos a estilos burocráticos.

Así, hicieron de la negociación permanente con la administración Verani un método a aplicarse más allá de la voluntad de los afiliados. Desde esa perspectiva se movieron alentados por la consigna de salvar el gremio de toda eventual política de ajuste que terminara con gente en la calle.

Verani cumplió: la racionalización fue un terciopelo.

Pero aun en el marco de la decadencia de las finanzas del Estado provincial, el tándem Scalesi-Furfaro se las rebuscó para reproducir su poder hacia dentro y fuera de UPCN.

Forjaron ese camino desde ciertas convicciones «modernistas». Estuvieron destinadas a enlazar Estado-sindicato-empresa, toda una madeja de intereses que en los hechos se hizo virtualmente cargo de la vida de los agentes públicos. Así, mutual y créditos otorgados por el gremio generaron vínculos de dependencia sublimados en la hora más dura de la crisis financiera que sacudía la provincia. Y en ese plano también se inscribe la creación de una empresa de servicios que contiene a los porteros de escuelas de Viedma.

Un día la sociedad Scalesi-Furfaro se fracturó. Habían crecido mucho juntos.

Entonces, Furfaro se largó en procura de la conducción del gremio.

Pero con la memoria intacta, cuenta cosas.


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