Uruguay: el general destituido no se arrepiente

El general insistió en su idea de "combatir" a la izquierda.

Montevideo (Télam-SNI).- El destituído jefe del Estado Mayor Conjunto de Uruguay, general Manuel Fernández, dijo ayer que no se sentía culpable por advertir que los militares deberán librar una nueva guerra interna contra la izquierda.

«Yo no le tengo miedo a nadie, ni admito a mi edad ni con el grado de general que nadie me esté «marcando» o culpando de cosas de las que creo no soy culpable; ni yo ni la institución», enfatizó el general en declaraciones publicadas por el diario El País de Montevideo.

En tanto, la izquierda celebró la rápida decisión del presidente Jorge Batlle de relevar a Fernández del más alto cargo militar y de imponerle sanciones.

El secretario del Partido Socialista, Reinaldo Gargano declaró: «Celebro y respaldo la decisión del presidente Batlle, que destituyó a un jefe militar que vaticinó tiempos de violencia para el país y evitó así una situación caótica».

Gargano agregó que las declaraciones de Fernández «fueron contra el poder constituido», y valoró positivamente que, a 15 años del fin de la dictadura, «la sociedad uruguaya rechace por completo los tiempos de violencia». La izquierda uruguaya se agrupa en el Frente Amplio (FA), y en él conviven socialistas, comunistas, independientes y ex guerrilleros Tupamaros.

Fernández fue sancionado por decisión de Batlle de acuerdo con el ministro de Defensa y los comandantes del ejército, la fuerza aérea y la armada por sus declaraciones al semanario Búsqueda, que fueron ratificadas a la emisora Septiembre FM.

El general relevado había dicho que «a la larga o a la corta habrá que pelear de vuelta» contra la izquierda política, y se había referido al «enemigo interno» que «sigue la vieja doctrina marxista-leninista y continúa su lucha».

«Aquí no se firmó un pacto de cese de hostilidades entre las partes en pugna», insistió, y agregó que «el enemigo no va a cejar en su empeño de revanchismo».

«Va a llegar un momento en que van a aflorar esas ansias y los que estén en servicio militar en esos momentos van a tener que afrontar la responsabilidad», resaltó Fernández antes de ser destituído.

«No voy a entrar en la noria de los castrados mentales», enfatizó el general poco después de recibir el anuncio de las sanciones impuestas de arresto domiciliario por 15 días y del cese en el cargo.

El ministro de Defensa, Luiz Brezzo, explicó ayer que la medida tomada consistía en «un relevo, un cambio de destino y una sanción que lo dejará sin mando ni influencia en la estructura militar».

En reemplazo de Fernández el gobierno designó al general Raúl Villar, que mantendrá su cargo al frente de la División I del ejército.

El ex jefe de las fuerzas armadas confirmó haber recibido en las últimas horas «la solidaridad de una cantidad impresionante de gente».

Desde las elecciones de octubre pasado el Frente Amplio es la minoría parlamentaria más importante y su líder, Tabaré Vázquez, aunque derrotado en la segunda vuelta por el colorado Batlle, fue el más votado en la primera vuelta.


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