Uruguay y Argentina controlarán juntos impacto ambiental
Avances antes de la reunión Kirchner-Tabaré Vázquez.
Los gobiernos de la Argentina y Uruguay avanzaron ayer en el acuerdo para implementar un «monitoreo conjunto» del impacto ambiental que provocará la instalación de dos plantas de celulosa en Fray Bentos, entre múltiples detalles del entendimiento que procurarán sellar mañana los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez.
Al «gesto» de la empresa finlandesa Botnia de suspender por 90 días las obras se sumará oficialmente en las próximas horas la decisión en la misma dirección de la española ENCE, confirmaron fuentes oficiales.
La previa al encuentro Kirchner-Vázquez fue protagonizada ayer por el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, y el secretario de la Presidencia del Uruguay, Gonzalo Fernández, en un almuerzo que compartieron en la Embajada uruguaya.
Los funcionarios se detuvieron en «aspectos prácticos» de la problemática binacional en una cita que originalmente estaba prevista en la Casa Rosada y terminó concretándose en la sede diplomática uruguaya por «razones de agenda» del funcionario visitante.
Los funcionarios, encargados de pilotear el diferendo, recorrieron una agenda que incluyó el escenario de las empresas que construyen las plantas, Botnia y Ence, la situación de los trabaja
dores y los «tiempos» en que afrontarán el «monitoreo conjunto».
Así fue informado por fuentes oficiales, que consideraron «muy positiva» la tarea que cumplieron ayer Alberto Fernández y Gonzalo Fernández.
Al abordar las cuestiones del «monitoreo», los funcionarios sostuvieron la conveniencia de que sea realizado por «expertos» de ambos países, sin la necesidad de que se recurra a técnicos extranjeros, según las fuentes.
Kirchner y Vázquez se reunirán el próximo miércoles por la mañana en la residencia presidencial de Anchorena, a 20 kilómetros de Colonia, en un contexto de acentuada expectativa para que se vislumbre una salida al conflicto que rodeó de tensión a la relación bilateral.
La reunión es el fruto del levantamiento de los cortes de rutas en Gualeguaychú y Colón, en Entre Ríos, y de que Botnia y Ence aceptaron detener las obras, en ambos casos como respuesta a una exhortación hecha por los mandatarios en Chile.
La cita que tuvieron ayer los negociadores de ambos países coincidió con la difusión de la auditoría final de la ombudsman del Banco Mundial, Meg Taylor, quien determinó que fueron «incompletos» los estudios de impacto ambiental realizados por la Corporación Financiera Internacional (CFI) sobre las papeleras en cuestión.
Las conclusiones de la auditoría fueron entregadas el fin de semana al gobierno de Entr Ríos, que a su vez las remitió en las últimas horas al presidente Néstor Kirchner, para que forme parte del temario por desarrollar.
En Entre Ríos, mientras tanto, vecinos y ambientalistas de Gualeguaychú aseguraron que esperan que, después de estos 90 días de tregua, «Botnia y Ence no estén más frente al Río Uruguay».
Anunciaron para hoy la realización de un apagón y un cacerolazo a las 18 para «mantener vivo el estado de movilización». (Télam y DyN)
¿Qué hacer con 1.900 obreros?
¿Qué hacer con los 1.900 obreros durante los 90 días de suspensión de las obras?. Ese interrogante es crucial para la papelera Botnia. Por eso, convocaron a los gremialistas de la construcción del Uruguay y a los contratistas con los que están vinculados para la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos a una reunión «de trabajo» que se realizará mañana en Montevideo.
La empresa construye en Fray Bentos una pastera de grandes dimensiones, superior a la que la española Ence prevé desarrollar en la misma ciudad uruguaya, que es la cabecera del departamento de Río Negro.
Antes de la convocatoria de Botnia, el ministro de Trabajo de Uruguay, Eduardo Bonomi, afirmó que los trabajadores de Botnia «no perderán sus jornales» por la paralización de las obras en la planta de celulosa, esmerándose por dar un mensaje de tranquilidad.
Tras la reunión del Consejo de Ministros realizado en esta ciudad, Bonomi indicó que «en los próximos días» el gobierno de su país verá «cómo se solventa esto» (el pago de los jornales).
En la obra de la empresa Botnia en Fray Bentos, a 309 kilómetros de Montevideo, son aproximadamente 1.900 los trabajadores contratados en forma directa.
La suspensión de las obras tanto en Botnia como en la española Ence fue la condición que impuso el gobierno argentino para concretar una cumbre entre el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez y el de Argentina, Néstor Kirchner, para destrabar el conflicto que mantienen ambos países por la construcción de los emprendimientos. (Télam)
La parte financiera tiene rol primordial
BUENOS AIRES (ABA).- A horas de la primera cumbre presidencial, prevista para mañana, en Colonia, el conflicto argentino-uruguayo por la construcción de dos plantas papeleras sobre el río Uruguay, frente a Gualeguaychú, sigue siendo un tema de difícil resolución.
La construcción de las plantas en Fray Bentos, ha avanzado mucho. En ambas orillas del Río de la Plata, especulan con la designación de estudiosos de universidades de los dos países.
Y se preguntan con alarma qué pasaría si las conclusiones siguen siendo las mismas que hoy, con razones parciales que se anulan entre sí.
Por eso, la idea es buscar expertos internacionales que a priori estén al margen de la disputa y que alumbren una conclusión lo más objetiva posible.
Hay una cuestión para nada insignificante: la financiera. ¿Si Uruguay aceptase trasladar las fábricas a otro lugar, Argentina debería colaborar con fondos? ¿Y si fuera necesario desviar los efluentes hacia el Río Negro, en el interior del vecino país, no debería haber aportes argentinos?
Estos dilemas serán esenciales en el diálogo. Habrá espacio, luego, para las facturas internas.
Culpan a Bielsa
El embajador argentino en Montevideo está en la cuerda floja. «(Rafael) Bielsa ya se fue, pero sigue siendo en gran medida parte del problema», confió a «Río Negro» una fuente fidedigna de la Cancillería.
También se mira con recelo al gobernador entrerriano Jorge Busti porque «la situación política se le fue de las manos.
Si no hay acuerdo -se advirtió – las pagará caro él y el gobierno nacional».
En la Rosada saben que no puede mantenerse la enemistad con Uruguay, en momentos en que como nunca la región está marchando unida en tópicos estratégicos.
«Con (Michelle) Bachelet la relación es excelente. Con Lula, a quien van a reelegir, la cosa también está bien. Con Evo Morales el vínculo es normal, igual que con (Hugo) Chávez. Hasta Humalla ha venido a pedir consejos a Kirchner.
Es decir, en este cuadro de relativa armonía, justo salta la perdiz por el lado uruguayo», apuntó anoche la fuente gubernamental.
Si bien Kirchner siempre apoyó la legada al poder de Tabaré Vázquez, hoy se siente un tanto desilusionado por la forma de conducir su colega del Frente Amplio. Pero esto no lo dirá en público. Se agotarán todas las instancias de diálogo y los Fernández (Alberto, por Argentina y Gonzalo, por Uruguay), tienen en sus manos la misión de «desempiojar» las cabezas.
Los gobiernos de la Argentina y Uruguay avanzaron ayer en el acuerdo para implementar un "monitoreo conjunto" del impacto ambiental que provocará la instalación de dos plantas de celulosa en Fray Bentos, entre múltiples detalles del entendimiento que procurarán sellar mañana los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez.
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