“Ustedes, argentinos, a ver si se la bancan ahora…”

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“Lo concreto es que nosotros fuimos las víctimas en toda esta situación”, jura Molinos.

El bochorno en el que terminó la final de la Copa Sudamericana en el estadio Morumbí continúa en boca de todos. Ahora el que reveló detalles de la locura que se vivió esa noche en el partido contra São Paulo fue el presidente de Tigre, Rodrigo Molinos. El titular del club de Victoria habló de amenazas de “12 tipos” y recalcó que exigirá ante la Conmebol la “impugnación del partido y sanciones al São Paulo”. En Tigre, desde ya, sientan mucho impotencia y bronca. Lo hicieron saber cada uno de los protagonistas del plantel, el entrenador Néstor Gorosito y ayer fue el turno de la cabeza de la institución. “Vamos a pedir la impugnación del partido y sanciones al São Paulo”, tiró Molinos. Y agregó: “Pedimos que se le dé por perdido el partido al club local, que generó los incidentes. Sabemos que es difícil pero lo vamos a manifestar porque fue gravísimo”. El dirigente todavía no comprende cómo se desató la batalla: “Que haya patovicas en la puerta del vestuario para pegarle a los jugadores no se ha visto en ningún lado”. Y contó cómo vivió la situación desde la cancha y luego en la zona de vestuarios. “En el entretiempo vinieron 12 tipos con palos y unos armados, y nos dijeron ‘ustedes argentinos a ver si se la banca ahora’”. También resaltó en el estado que se encontraban los futbolistas luego del ataque. “Los jugadores no estaban en condiciones físicas ni psíquicas de continuar el partido”, cerró. Eso fue lo que sucedió. Tigre no salió a la cancha para el segundo tiempo, alegando que no estaban dadas las condiciones mínimas de seguridad, y por ese motivo la final se suspendió. Es más, según Molinos “el gerente general de São Paulo, Carlos Do Santos, fue con otras personas a la zona de vestuarios durante el entretiempo y con un palo golpeó a los jugadores de Tigre”. “Después que terminó todo me lo encontré a Do Santos en la sede judicial donde fuimos a efectuar la denuncia y no podía ni mirarme a la cara”, precisó.