Vacío de poder, luchas por el poder 12-4-03

Acuerdos para controlar los saqueos y la violencia que se extendían en Irak

La repentina caída del gobierno de Saddam Hussein ha dejado un vacío de poder en Irak, una lucha de poderes en Washington y otra tirantez entre ambos lados del Atlántico. Ya comenzó la carrera entre las facciones iraquíes para llenar el vacío político y la inclinación del Departamento de Estado por su exiliado favorito, Ahmad Chalabi, del Congreso Nacional Iraquí (CNI), le da ventaja sobre otros contendientes. Ante la necesidad inminente de poner fin a la anarquía, frenar los actos de venganza, restaurar los servicios públicos y mantener la unión entre las diversas etnias de la población, EE.UU. y Gran Bretaña están dispuestos a encontrar iraquíes que compartan la responsabilidad. Sin embargo, los divididos grupos políticos iraquíes se están tratando entre sí con intensa desconfianza, mientras cada uno trata de hacer avances en el terreno en este período crucial. El CNI ha logrado establecerse en el centro de Irak, los combatientes kurdos tienen Kirkuk, mientras que el mayor movimiento chiíta, el Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Irak, con sede en Teherán, se ha distanciado de la ocupación. Chalabi dijo ayer que los dirigentes de la oposición en Irak y el exterior se reunirían con funcionarios de Estados Unidos en Nassiriyah hoy para preparar un gobierno interino. Horas después de que el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, confirmara esa reunión, su oficina se retractó, diciendo que tendría lugar más adelante «cuando la seguridad lo permita». Los gobiernos europeos insisten en que las Naciones Unidas desempeñen una función central en la tarea de establecer un gobierno iraquí (Ver pág 8), pero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dejó en claro que Washington no tiene intenciones de dar al organismo mundial una participación política. La función de la ONU será principalmente humanitaria. La batalla de Washington se centra en la función de Chalabi, un antiguo banquero chiíta y los exiliados, contra los dirigentes comunitarios locales y religiosos. El Pentágono trasladó el sábado a Chalabi y 700 partidarios a Nassiriyah con fuerzas especiales estadounidenses, dos periodistas y una cámara de video, para establecer una base y una presencia de la prensa en Irak. El miércoles, Chalabi molestaba a sus patrocinadores con quejas de que la población iraquí no estaba recibiendo a tiempo alimentos, agua y medicinas, lo que propició una reacción de Washington. El Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia cuestionaron la aptitud de Chalabi y su apoyo popular después de más de 40 años en el exilio y un fracasado intento de derrocar a Saddam Hussein en 1996. Chalabi fue condenado en 1989 de malversación y enfrenta cuestionamientos sobre el uso de millones de dólares de fondos otorgados por Estados Unidos bajo una Ley de Liberación de Iraq de 1997. Powell dijo que la tarea importante es identificar a los líderes locales que tengan credibilidad entre los iraquíes. «¿A quién mira la gente? A los dirigentes tribales, a los dirigentes religiosos. Uno tiene que empezar de ahí», dijo. Estados Unidos planea gobernar a Irak por 6 meses a través del general Tommy Franks. Un gobierno civil encabezado por el general retirado Jay Garner le rendirá cuentas, ayudado por una autoridad interina iraquí. Pero los exiliados iraquíes le restan importancia a la función de la Oficina para la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria de Garner (ORAH) y dice que será subordinada a los iraquíes. La tarea de asegurar un balance étnico y sectario será inmensa en un país que es alrededor de 55% chiíta, 20% árabe sunita y 25%, con minorías más pequeñas de asirios y turcomanos. Los árabes sunitas han dominado el país desde que fue creado por los administradores coloniales británicos en 1917. Los analistas del Oriente Medio dicen que un poderío chiíta en Iraq alarmará a Arabia Saudita y Bahrein, que tienen volátiles minorías chiítas. Turquía dejó en claro que no tolerará una independencia kurda en el norte de Irak ni un control kurdo de las ciudades petroleras de Kirkuk y Mosul con sus riquezas petroleras. Cualquiera que sea el resultado de las luchas de poder en Irak y Washington, hallar un gobierno estable será una tarea enorme.

Acuerdos para controlar los saqueos y la violencia que se extendían en Irak


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