Vacunas para adultos contra la hepatitis B

Están disponibles en los hospitales rionegrinos

VIEDMA (AV).- Las vacunas para prevenir enfermedades no es sólo cosa de niños. Los adultos también tienen la posibilidad de convertirse en inmunes de por vida, por ejemplo, de la hepatitis B. Las dosis que son colocadas en los brazos están a disposición en forma gratuita en los centros de salud y los hospitales rionegrinos para los interesados a partir de los 20 años. En octubre del año pasado esta vacuna ingresó al calendario nacional y se puede colocar en cualquier momento. La demanda es escasa y, en realidad, el personal de los vacunatorios son los encargados de captar e informar sobre esta posibilidad a los adultos cuando llevan a sus hijos. Esto sucede en el hospital Zatti de Viedma. No hay adulto que se resista ante la alternativa de prevenir una enfermedad. La jefa de Inmunizaciones del ministerio de Salud de la provincia, Marcela González, destacó la importancia de la difusión de esta vacuna para que los adultos accedan. Hace unos años –desde 1993– era colocada exclusivamente al personal de salud por estar más expuesto a las posibilidades de contagio, según lo estableció una Ley que obligaba al Estado a esa protección. Desde el año pasado se universalizó a toda la comunidad adulta del país. La funcionaria explicó que son tres dosis que no requieren de indicación médica y subrayó la importancia de completar el esquema que otorga una inmunidad para el resto de la vida. La hepatitis B se contagia de la misma manera que el VIH: por transfusiones de sangre, de madre a hijo en el momento de la gestación y por las vías de transmisión sexual. Esta enfermedad tiene una alta tasa de mortalidad en los adultos al provocar una deficiencia hepática muy grave. González destacó que este tipo de hepatitis se puede prevenir con vacunas y que detectada a tiempo existen tratamientos que permiten superar la dolencia pero igual modifican la calidad de vida de las personas. Admitió que en el adulto existe conciencia de la vacunación de niños y adolescentes pero “no se terminó para ellos la posibilidad de prevenir porque, justamente, es una patología que tanto en la adolescencia como en la adultez surge con frecuencia por estar relacionada con los hábitos, con el tipo de relaciones sexuales, igual que el VIH”.


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