Valle Verde, un lugar detenido en el tiempo

A pocos kilómetros de Catriel, la falta de servicios hace aún más difícil la vida allí. Se destaca el centro de salud, cuyo único enfermero no abandona el sitio un solo día.

CATRIEL (ACA).- El tiempo parece haberse detenido. Pero no para conservar momentos bellos sino para magnificar carencias. Valle Verde es una comunidad conformada por chacareros y por vecinos de bajos recursos, en su mayoría trabajadores rurales, que han formado un pequeño paraje. Allí, la mayoría de las casas fueron facilitadas por el gobierno provincial, según coinciden en decir los vecinos y aceptar la presidente de la comisión de Fomento Olga Pedroza.

 

De servicios, ni hablar

 

En este paraje no hay agua corriente ni perforaciones. Tampoco hay alumbrado público ni teléfono domiciliario. Sólo un teléfono público que funciona en horario de oficina y en días hábiles.

Si bien el personal del hospital de Catriel viene una vez por semana, para ir al hospital cuando son derivados les sacan turnos desde el centro periférico a través de un celular. Pero para viajar tienen que «hacer dedo». Como ejemplo se puede mencionar a una mujer que el jueves pasado estuvo desde las 8 esperando pues tenía turno a las 12 y no pudo llegar a horario porque no pasó nadie en toda la mañana.

La ruta es otro granito de arena que ayuda al aislamiento. Hasta hace poco la misma era de asfalto con pozos. Hoy son grandes pozos con algo de asfalto. Transitar por ella es lo más parecido a una tortura, y la manera más práctica de romper el vehículo.

 

El trabajo de un enfermero

 

El centro periférico está dotado de dos consultorios, uno con una camilla y el otro con un sillón odontológico. Cuando van desde Catriel los profesionales de salud, llevan una estufa eléctrica de cuarzo pues el frío es insoportable en esta época. De todos modos la cobertura de salud es lo mejor que tiene la zona. Se dispone de un enfermero, Néstor Papa, quien dijo a «Río Negro» que se ha avanzado mucho con la nueva gestión de la directora Ivana García. «Ahora viene hasta una ginecóloga. Aquí hacen las consultas y ellos mismos les sacan el turno para ir al Alto Valle por ejemplo para hacerse papanicolau o mamografía. Medicamentos no nos faltan y estoy acá todos los días del año. A veces voy a cobrar cada dos meses, para no dejar sola la sala. Es que uno piensa que tal vez uno sale y se produzca una urgencia y no hay nadie», expresa Papa.

 

No terminan tres casas

 

En el barrio ubicado en cercanías de la comisión de fomento y en el otro sector donde está el puesto policial se construyen en total tres viviendas. Pero hace tres años que no las pueden terminar. Si bien en este caso tampoco han tenido que pagar nada, no habían continuado con la construcción hasta ahora, pues no les enviaban el dinero para pagar a un albañil, hecho que marca una clara cultura asistencialista.

Según Pedroza, desde el gobierno provincial, las nuevas autoridades les han prometido un plan de viviendas para el sector, aunque las épocas de las casa gratis -según la comisionada- ya se terminó.


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