“Van a tener que aguantar…”

El viernes 30 de junio tomé el ómnibus Vía Bariloche en El Bolsón, con destino a Bariloche, a las 8 de la mañana. El tramo es de 126 km y en invierno se demora en recorrerlo dos horas como mínimo por la habitual presencia de hielo y nieve. A poco de partir, sentí un frío extremo en el interior del micro, por lo cual le pregunté al chofer si funcionaba la calefacción y me respondió que demoraba en calentar. Pasaba el tiempo y los demás pasajeros también comenzaron a inquietarse y a solicitar que la subieran. El conductor detuvo la marcha del vehículo y lo estacionó al costado de la ruta, bajó, revisó y subió con la noticia de que la calefacción no funcionaba, así que nos dijo: “Van a tener que aguantar hasta Bariloche…”. Aguantar: los argentinos estamos cansados de este verbo y de hecho no es eso lo que uno pretende con un boleto de $ 50 en una empresa que ha acaparado a otras que antes existían y se ha convertido en monopolio. Por ese importe deberían darnos la mínima comodidad de una buena calefacción en época invernal e incluso un café o té calientes. La temperatura rondaba 0 grado tanto afuera como adentro del colectivo; viajábamos arropados con gorros y bufandas, pero al estar sentados llegamos a Bariloche petrificados de frío. Cualquier empresa seria debería revisar el funcionamiento del colectivo antes de la partida y sobre todo la calefacción en invierno, un servicio imprescindible que debe funcionar como el motor, los frenos, el limpiaparabrisas, etcétera. Y más cuando es la única que realiza este trayecto. Espero que las autoridades a cargo del control del transporte de pasajeros tomen cartas en el asunto para que estas cosas no vuelvan a ocurrir. Vicky Klasmer, DNI 10.108.348 – El Bolsón


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