“Vendo a mi madre”

El provocador artista italiano Max Papeschi la ofrecerá al mejor postor.

Al principio Giovanna Papeschi no estaba muy convencida. Es que, la verdad, a cualquier madre le costaría aceptar la idea de que su hijo haya decidido venderla al mejor postor. Pero al final la posibilidad de “entrar en la historia del arte” la hizo cambiar de parecer, según cuenta por teléfono el artista gráfico Max Papeschi. Así, el 9 de abril, en la inauguración de la exposición de su hijo “Oops I did it again” en la galería Renacimiento Contemporáneo de Génova (Italia), la mujer se sentará en una silla sobre un pedestal con un cartelito que llevará, como si fuera una obra cualquiera, sus dimensiones y los materiales de los que está hecha. ¿El precio? “Será una negociación reservada”, dice Papeschi. “Firmamos un contrato y es tuya, te la llevas donde quieras, a condición de que la trates bien. Y me dejes verla cada dos semanas”, cuenta el artista. El paquete incluye también una especie de kit de supervivencia para que la señora se acostumbre más fácilmente a su nuevo entorno: fotos de familia, mantas, sus libros y su comida favoritos. Papeschi es conocido por la provocación. Sus primeras obras fueron collages fotográficos polémicos en los que Mickey Mouse llevaba una esvástica gigante o el Papa lucía la cabeza de Bart Simpson. Era la visión de Papeschi de un mundo “globalizado en el que las decisiones las toman las multinacionales”. Pero ahora está dispuesto a jugarse por el todo. “Estaría dispuesto a vender incluso a su madre con tal de tener éxito, ganar dinero o lo que sea’. Es una frase que todos hemos oído centenares de veces. Sólo he decidido hacerlo de verdad”, asegura serio el artista italiano. (Fuente: “El País”)

La señora llevará un cartel con sus medidas y el material con que está hecha.


Al principio Giovanna Papeschi no estaba muy convencida. Es que, la verdad, a cualquier madre le costaría aceptar la idea de que su hijo haya decidido venderla al mejor postor. Pero al final la posibilidad de “entrar en la historia del arte” la hizo cambiar de parecer, según cuenta por teléfono el artista gráfico Max Papeschi. Así, el 9 de abril, en la inauguración de la exposición de su hijo “Oops I did it again” en la galería Renacimiento Contemporáneo de Génova (Italia), la mujer se sentará en una silla sobre un pedestal con un cartelito que llevará, como si fuera una obra cualquiera, sus dimensiones y los materiales de los que está hecha. ¿El precio? “Será una negociación reservada”, dice Papeschi. “Firmamos un contrato y es tuya, te la llevas donde quieras, a condición de que la trates bien. Y me dejes verla cada dos semanas”, cuenta el artista. El paquete incluye también una especie de kit de supervivencia para que la señora se acostumbre más fácilmente a su nuevo entorno: fotos de familia, mantas, sus libros y su comida favoritos. Papeschi es conocido por la provocación. Sus primeras obras fueron collages fotográficos polémicos en los que Mickey Mouse llevaba una esvástica gigante o el Papa lucía la cabeza de Bart Simpson. Era la visión de Papeschi de un mundo “globalizado en el que las decisiones las toman las multinacionales”. Pero ahora está dispuesto a jugarse por el todo. “Estaría dispuesto a vender incluso a su madre con tal de tener éxito, ganar dinero o lo que sea’. Es una frase que todos hemos oído centenares de veces. Sólo he decidido hacerlo de verdad”, asegura serio el artista italiano. (Fuente: “El País”)

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