Verani defendió la autopista por la ruta 22

Más de 500 roquenses dejaron sus actividades cotidianas para recibir al gobernador en el aeropuerto de la ciudad. Pese a la recomendación de no tomar frío, el mandatario saludó uno por uno a quienes aguardaban tras el vallado y luego, a paso de hombre, un auto lo llevó a su casa. Fue taxativo primero y moderado después, pero su opinión sobre la traza de la autopista quedó clara: "se hace en la ruta 22 o no se hace". Viarse estaría a cargo de la obra.

ROCA (AR).- Enérgico por la mañana y más moderado después, el gobernador Pablo Verani sumó ayer su opinión al debate por la construcción de la autopista sobre la ruta 22. Lo hizo en el marco de su regreso a Roca, donde no estaba desde hace más de dos meses.

En declaraciones a una radio, el mandatario señaló primero que «la obra se hace en la ruta 22 o no se hace». Luego del mediodía y ya sobre suelo roquense, indicó que respetaba la postura de la comuna cipoleña, pero a juicio suyo «se están equivocando».

«Creo que todos tienen derecho a manifestar libremente su opinión, pero Cipolletti es la única que opina diferente a la gran mayoría de las ciudades del Alto Valle», sostuvo Verani en el aeropuerto roquense.

El gobernador fijó su postura en igual sentido que la de los concejales aliancistas de Roca, que en las últimas horas emitieron un duro comunicado en el que acusaron a sus pares de Cipolletti de «egoístas» por defender sólo a su ciudad y no el proyecto de desarrollo regional.

Con respecto a la construcción de la autopista, indicó que la mejor manera sería a cargo de Viarse, que llevaría adelante el proyecto a través de la conformación de distintas UTE (unión transitoria de empresas), priorizando mano de obra provincial.

Las declaraciones de Verani a la prensa sólo pudieron ser posibles pasadas las 13.30, después de que más de 500 personas concluyeran con las demostraciones de afecto en el aeropuerto «Arturo Illia». Familias enteras abandonaron sus actividades cotidianas y se trasladaron hacia el lugar donde Verani regresó a Roca tras 60 días de ausencia.

Banderas, cornetas, papelitos y hasta un conjunto musical entonando una canción dedicada a él, marcaron el arribo del gobernador a la ciudad. Cuando las puertas del avión se abrieron y el brazo derecho del mandatario se extendió para saludar, los seguidores comenzaron a aplaudir con más fuerza entre cánticos y palabras de aliento.

De la misma manera que en su llegada a Viedma el sábado pasado, Verani se quitó por un instante la gorra de su cabeza y al tiempo que la agitaba dejó a la vista su calvicie. Luego bajó y contradiciendo las intenciones de los que querían subirlo al auto para que no tome frío, inició el camino hacia el vallado que lo separaba de la gente.

La columna se extendía por algo más de cincuenta metros, pero Verani tardó casi 20 minutos en recorrerla. Retribuyendo el afecto que le demostraban, repartió besos y apretones de manos a la gran mayoría. Luego llegó el turno para los que habían podido acceder a la pista y esperaron para abrazar al mandatario.

Los encargados de la organización no quisieron dejar nada librado al azar y además de las pancartas, globos y pasacalles, colocaron un micrófono para que Verani se dirigiera a los presentes. Brevemente, agradeció a los que llegaron desde los barrios más lejanos y no ocultó su emoción por volver «a casa». «Si bien nuestra casa es la provincia, nuestra residencia habitual y nuestro entendimiento está aquí. Y… Roca es Roca», sintetizó.

Luego atendió a los periodistas y se subió al auto que, a paso de hombre, lo llevó a su casa. La caravana fue ruidosa. Recorrió Rosario de Santa Fe hasta Gelonch y allí a Mendoza, para llegar a Villegas.

Al bajar del auto, saludó a los que lo habían seguido y a unos pocos que prefirieron esperarlo allí. Después se cerraron las puertas, para que el gobernador vuelva a la tranquilidad recomendada por los médicos.

Aplausos, abrazos y sorpresas

ROCA (AR).- «Voy a hacerle alguna «gambeta» a los médicos. Vuelvo a trabajar», señaló el gobernador minutos después de pisar tierra roquense. Más allá de este detalle, antes y durante el arribo se produjeron hechos curiosos que merecían ser mencionados.

Uno de ellos tuvo que ver con la connotación comercial que significó la vuelta de Verani a Roca. A 4 pesos la corneta y 1 ó 2 pesos las banderas, hubo quienes aprovecharon e instalaron su «puestito». Sin embargo, comentaron que la venta no anduvo bien.

Otro de los hechos destacados fue la gran presencia de mujeres en el aeropuerto y al costado de las calles. Entre las más fervientes pudo observarse a la encargada de la delegación provincial de Acción Social en Roca, Susana García y a la concejal Cinthya Hernández, que llegaron acompañadas de un numeroso grupo de «chicas». No pararon de aplaudir la vuelta del gobernador en ningún momento.

La sorpresa se la dio su ex socio y actual diputado nacional, Carlos Soria, que se mezcló entre todos los radicales y se estrechó en un abrazo con Verani.

El director de Medios de Comunicación de la provincia, Carlos Zárraga, que por unos minutos se sacó el traje de funcionario para ponerse el de animador del arribo de Verani. En todo momento, y elevando el tono de voz al máximo, instó a la gente a aplaudir al gobernador por su recuperación y por el retorno a la ciudad.


ROCA (AR).- Enérgico por la mañana y más moderado después, el gobernador Pablo Verani sumó ayer su opinión al debate por la construcción de la autopista sobre la ruta 22. Lo hizo en el marco de su regreso a Roca, donde no estaba desde hace más de dos meses.

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