VERANO 2007: La magia del circo se despide este fin de semana de Las Grutas

Fue una de las actividades que más turistas atrajo. La ternura de los payasos y todo el lujo en el cierre.

LAS GRUTAS (ASA)- «Ya dieron puerta», avisa el mago y responsable del trato con la prensa entre los artistas, Fernando Ianik. La gente está entrando y ya no se puede salir al escenario. Entre bambalinas, mientras muchos de los integrantes del circo Español de los Hermanos Tejedor corren terminando de resolver los últimos detalles previos a la función, el ilusionista, hombre clave en el espectáculo, habla con «Río Negro». Daniel Peña, el locutor y relaciones públicas de esta empresa que recorre el país y ha transitado por todo el continente fue el encargado de la bienvenida. Y él fue quien informó que este circo es uno de los más importantes de la Argentina y que desde su nacimiento a fines del siglo XIX ha debido adaptarse para seguir convocando al público, aunque sin perder su esencia. Desde aquel primer show que realizaba el matrimonio de españoles que creó este circo, desarrollado básicamente con caballos que hacían demostraciones frente a la gente, se cambió a uno más actuado, con nuevos números y a mediados del siglo pasado se incorporaron las especies exóticas que durante décadas caracterizaron al género.

«Esta nueva generación de dueños fue la impulsora de finalizar con el espectáculo de exposición de animales. El público manda y empezó a notarse en todo el país que ya no se quería ver a los animales en cautiverio, a pesar de que aquí siempre se los trató bien y hasta se colaboró con la conservación de algunas especies exóticas, como los tigres de Bengala que sólo se los encontraba en los circos», afirma Daniel, mientras Fernando se suma a la charla. El locutor parte a terminar de prepararse y es el mago quien muestra el backstage.

En la última década, el circo se aggiornó sumando números aportados por artistas de distintas partes del mundo. «Ahora a los chicos hay que sorprenderlos con mayores recursos, ya no puede resolverse todo sacando una paloma del sombrero. Ahora los trucos hay que concretarlos en el marco de una historia, sumando efectos sonoros y visuales. Porque con todo lo que ven cotidianamente, si no nos acomodamos a los tiempos preferirían internet o la televisión antes que venir al circo», dice Fernando.

Los espectadores siguen ingresando hasta colmar la sala. Un anfiteatro en desnivel, con 200 butacas demuestra que este circo no se anda con chiquitas a la hora de invertir. Más de 100 personas integran el plantel, desde operarios hasta vestuaristas. Treinta de ellos, la parte gerencial y algunos de los artistas, residen en hoteles mientras el resto se traslada en casillas y motorhomes que instalan junto a la enorme carpa.

«Gracias a una ley que impulsó la madre de los actuales dueños del circo, que era abogada, los chicos nuestros pueden incorporarse a las escuelas en cada pueblo al que vamos. Es la ley de Educación en Tránsito, que también existe en otros países de América», afirma Fernando.

La voz de Daniel resuena del otro lado del telón donde se palpita la ansiedad del público. Atrás hay vértigo, todos se acomodan para empezar. «Este es nuestro espectáculo», se escucha. Y con Mambo N°5, un grupo de diez bailarinas salen a escena.

Los payasos esperan entre bambalinas y los encargados de seguridad alistan los elementos que se usarán en estas dos horas de función. Donde cada detalle está cuidado y todo está preparado para sorprender, en estos nuevos tiempos, donde la realidad a veces supera la fantasía y cada vez es más difícil provocar una exclamación.


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