Verbitsky con Víctor Hugo, para defenderse
El periodista que defiende las políticas de gobierno del kirchnerismo desde que llegaron al poder, Horacio Verbitsky, se defendió ayer de las acusaciones que lo vinculan a algunos sectores militares de la dictadura y señaló que todo se trata de una estrategia “reciclada” de los sectores de poder que se vieron molestos luego de que diera a conocer el entramado que ligaba a Jorge Bergoglio, ahora Francisco, con el secuestro de dos curas durante el último golpe de Estado. “Hay un fusilamiento mediático de periodistas que inquietan a los poderosos”, sostuvo ayer durante una entrevista radial por radio Continental que le hizo el periodista Víctor Hugo Morales, enfrentado con el grupo Clarín desde hace largos años. Verbitsky dialogó ayer con el relator de fútbol volcado ahora al periodismo político y enérgico defensor de las gestiones de los Kirchner: “Desde hace 20 años, cada vez que publico algo que molesta más de lo habitual a alguien con mucho poder es la misma historia”, le dijo el columnista del diario de tendencia oficialista, Página 12. “Han inventado una presunta relación mía con la Fuerza Aérea de la dictadura y se recicla eso cada vez que publico alguna cosa que sale de lo común”, agregó el periodista. A su vez, Verbitsky indicó: “Tanto (el director de la Biblioteca Nacional) Horacio González como yo hemos fijado posiciones muy claras respecto de la designación de Bergoglio como Papa. En mi caso con datos concretos sobre su desempeño durante la dictadura. En el caso de González con opiniones respecto de lo que se puede esperar de él como papa en relación con el gobierno de Cristina Fernández”. “Y tanto González como yo hemos sido objeto de una avalancha de diatribas, de insultos y de objeciones de todo tipo. Muy curiosas, porque la verdad es que en el caso de González son opiniones y en el mío son informaciones. Bastaba con decir: ‘No, yo pienso distinto’”, concluyó el periodista. En 2005, tras la consagración de Ratzinger como papa, Verbitsky escribió en Página 12 que el Papa alemán era “lo segundo peor”. Lo primero peor hubiera sido, decía, la consagración de Jorge Bergoglio. Ya en ese momento se sabía que el argentino había recibido mucho apoyo en el Cónclave de aquel año. “Sólo la elección de Bergoglio hubiera producido un cuadro más complicado – explicaba anticipatoriamente el columnista.
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