Vergonzosa

Ayala llegó de la mano de Cogorno. Ya no es más el manager de Racing.

Quince meses. Eso es lo que le resta aún al mandato de Gastón Cogorno, el presidente de Racing que mantiene una lucha intestina nada menos que con su vice, Rodolfo Molina. Los dos se encuentran sumidos en una vergonzosa disputa por el poder que hoy por hoy tiene final abierto.

En un puñado de meses la historia se tornó realmente turbia en Racing. Es que de ser uno de los candidatos al título y de renovarle a Luis Zubeldía, los malos resultados provocaron fuertes cimbronazos y el despido del entrenador. A esa altura, si bien no estaba lo suficientemente a la vista, la guerra dentro de la comisión directiva ya se libraba. Y explotó el miércoles por la noche, cuando Molina y sus aliados consiguieron que el manager Roberto Ayala diera un paso al costado. Justamente el Ratón era uno de los protegidos de Cogorno.

Y el presidente perdió a su segundo hombre unas horas después cuando renunció, y acusó a Molina de “intentar un golpe de estado” en el club, el secretario Leandro Rodríguez Hevia.

Molina, el primer presidente tras el gerenciamiento y la intervención, fogoneó a Cogorno como candidato a sucederlo pero con el tiempo se formó una interna que este año dejó huellas, como la renuncia del sacerdote Juan Gabriel Arias, y del titular de la sede de Viola del Parque, Rubén Guevara, donde este año fue hallado muerto el periodista Nicolás Pacheco.

El primero no jugó la interna sino que buscó limar las asperezas, el segundo fue sostenido por Cogorno hasta que no pudo más y ahora se quedó sin Ayala y la renuncia de Rodríguez Hevia. Molina acusa a Cogorno por “su gestión personalista” y ganó espacio. Cómo terminará todo es un misterio, pero nadie se salvará de la gran vergüenza.

Cogorno y Molina no se pueden ni ver y estalló la interna académica.