Vergonzoso
Si correspondiera darle una calificación, ésta sería la ideal para la asamblea de la Cooperativa de Electricidad y Anexos de Río Colorado convocada para renovar parcialmente su conducción, que comenzó el 17 de diciembre de 2004, y hoy, a tres meses, no hay una definición en cuanto a quiénes son los legítimos directivos del Consejo de Administración.
Dos grupos bien identificados políticamente llevaron a cabo una puja sin límites por el poder de esa entidad, superando las barreras de conductas que hacen a una convivencia natural en una sociedad que aspira a vivir en un marco de tranquilidad.
Algo más de dos centenares de asociados participaron en la asamblea repartiendo su apoyo a cada sector, mientras que el grueso de los usuarios del servicio de electricidad que supera los cinco mil, optaron por mantener una actitud pasiva quedándose en su casa.
La mayoría de ellos se pregunta por qué tanto interés en estar al frente de esta entidad sin percibir remuneración alguna. En contrapartida, a entidades deportivas e intermedias con otros fines les cuesta conformar la comisión directiva por la marcada renuencia de los vecinos a participar y colaborar.
Mientras tanto la cooperativa arrastra un déficit de unos 200.000 pesos desde hace mucho tiempo y no puede salir de esa situación, a pesar de que los asociados vienen abonando una cuota adicional de capitalización para cubrir este bache económico.
Hace días culminó la polémica asamblea iniciada en el mes de diciembre del año pasado con resultados inciertos y difusos.
Eric Ferroni, titular de la entidad y postulante de la nueva lista, consideró que la suya fue la única presentada y por lo tanto, en la continuación de la asamblea, procedió a proclamarla con el apoyo de una parte de los presentes. Después dio por finalizada la reunión y abandonó el recinto.
Sin embargo, el otro sector que tiene como cabeza visible al actual intendente radical Juan Villalba y el diputado provincial Oscar Machado, manifestaron que la asamblea es soberana y por lo tanto mocionaron para que el Consejo de Administración fuera removido en pleno, recibiendo el apoyo de las personas que habían quedado en el local.
Luego se leyó una lista de personas en reemplazo de los removidos que también fue avalada por los presentes.
Una asamblea, dos conducciones.
Hasta aquí, la situación lejos de aclararse, creció en confusión, aún con la presencia de veedores a nivel provincial y nacional que, dado lo limitado de su función, nada aportaron para dilucidar el panorama planteado.
Otra vez las aguas quedaron divididas en esta comunidad. El grueso de los asociados escucha los argumentos de las dos partes y, claro está, no tiene la hermenéutica de los procesos, estatutos y normas específicas de este tipo de asambleas cooperativistas.
Tal como están las cosas, es evidente que la solución debe venir desde los organismos de aplicación competentes, aunque hasta el momento su participación no ha sido lo suficientemente clara y precisa.
Se espera que esto se revierta en forma inmediata para saber quien conduce los destinos de la Cearc.
Alberto Tanos
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