«¡Vergüenza!»

La Cámara Criminal Nº 2 de Neuquén capital, en un fallo unánime de sus miembros, dictó sentencia en una causa muy sensible para la ciudadanía: el caso Javier Galar. Quisiera reflexionar al respecto.

Como ser humano, como vecino y como docente que trabaja en esta ciudad hace más de veinte años, siento en estos momentos una gran vergüenza por lo ocurrido, agravado por el hecho de conocer las instituciones y a algunos de los involucrados.

Siento vergüenza porque durante años intenté demostrar en las clases de Derecho, de las cuales soy docente, que la justicia existe y que es un derecho de los ciudadanos acceder a ella. Por consiguiente, participé en innumerables audiencias en compañía de grupos de alumnos de distintas escuelas medias de la ciudad, inculcando el respeto a la institución, más allá de que durante las audiencias mis alumnos descubrieran a algunos jueces o a los fiscales «durmiendo», que los magistrados se mofaran de la cultura de algunos testigos o se escucharan fallos injustos como el que nos toca hoy. Muy a pesar de la ética personal, uno vio cómo algunos de aquellos jueces luego accedieron al máximo tribunal de Justicia de la provincia, seguramente por disposición del partido provincial.

Siento vergüenza porque, a pesar de que sólo conozco a uno de los miembros de la familia Galar, aquel solo hecho me demuestra que se trata de una familia común, de gente trabajadora y decente y deseosa del porvenir de sus hijos, y lamento no haber podido hacer nada para que recibieran justicia de los tribunales y pudieran hacer el debido duelo por el hijo perdido.

Pero además siento vergüenza porque algunos de los imputados en la causa fueron alumnos que pasaron por mis aulas y demostraban aptitudes democráticas, de participación comunitaria, de respeto a sus conciudadanos y, aunque hoy pueda razonar que podría tratarse de una pantalla, también siento que la sociedad argentina está inmersa en una violencia irracional y que desde todos los sectores de la sociedad debiera hacerse más para desalojar los flagelos que maximizan la violencia: las drogas, el alcohol, el lucro desmesurado, el excesivo permisivismo para acceder a lugares no permitidos, y orientar más a las personas a ganarse las cosas con esfuerzo, sacrificio y humildad.

Ángel Horacio Villegas

DNI 16.199.810

Neuquén


La Cámara Criminal Nº 2 de Neuquén capital, en un fallo unánime de sus miembros, dictó sentencia en una causa muy sensible para la ciudadanía: el caso Javier Galar. Quisiera reflexionar al respecto.

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