Viajó solo en micro y se presentó en la cárcel a cumplir la pena
CIPOLLETTI (AC) – Ángel Arturo Sandoval escuchó el martes pasado la sentencia de un juez de Cipolletti que lo condenaba a tres años de prisión, desistió de cualquier apelación y, con un bolso con su ropa y un puñado de efectos personales, esperó a que saliera el primer ómnibus para Viedma, donde se presentó, al día siguiente, para cumplir su pena. “Vengo para cumplir la pena, me traje mis cosas”, dijo. A través de un proceso abreviado, Sandoval fue juzgado por un hurto. El camarista Guillermo Baquero Lazcano lo condenó por ese delito y el hombre hubiera podido salir en libertad si no fuera porque acumulaba otras dos condenas en suspenso y gozaba de la suspensión de juicio a prueba (probation). El magistrado unificó las penas y dispuso que pasara tres años en prisión. Sandoval fue a la Cámara Criminal Segunda de Cipolletti el día que el juez dictó la sentencia. “Yo vengo al tribunal para cumplir la pena; me traje mis cosas y por eso renuncio al plazo para recurrir la sentencia”, dijo, según confiaron fuentes judiciales. “Inmediatamente el juez dispuso que se practicara el cómputo de pena y que se coordinara entre el Poder Judicial, la Policía y el Servicio Penitenciario para que el condenado se hiciera presente en la cárcel de Viedma para cumplir la condena”, explicó la fuente judicial, que no precisó la razón por la cual se dispuso su traslado a la cárcel de la capital provincial. Al día siguiente, el condenado tomó el ómnibus en la Terminal de Cipolletti y llegó, solo, a Viedma, donde policías de la Comisaría Primera lo llevaron a la cárcel. “Su actitud de presentarse voluntariamente a la cárcel le permitirá avanzar en el régimen de progresividad que establece el Servicio Penitenciario, y según el cómputo de pena, Sandoval estaría en condiciones de obtener la libertad condicional en ocho meses”, dijo el vocero judicial.
CIPOLLETTI (AC) - Ángel Arturo Sandoval escuchó el martes pasado la sentencia de un juez de Cipolletti que lo condenaba a tres años de prisión, desistió de cualquier apelación y, con un bolso con su ropa y un puñado de efectos personales, esperó a que saliera el primer ómnibus para Viedma, donde se presentó, al día siguiente, para cumplir su pena. “Vengo para cumplir la pena, me traje mis cosas”, dijo. A través de un proceso abreviado, Sandoval fue juzgado por un hurto. El camarista Guillermo Baquero Lazcano lo condenó por ese delito y el hombre hubiera podido salir en libertad si no fuera porque acumulaba otras dos condenas en suspenso y gozaba de la suspensión de juicio a prueba (probation). El magistrado unificó las penas y dispuso que pasara tres años en prisión. Sandoval fue a la Cámara Criminal Segunda de Cipolletti el día que el juez dictó la sentencia. “Yo vengo al tribunal para cumplir la pena; me traje mis cosas y por eso renuncio al plazo para recurrir la sentencia”, dijo, según confiaron fuentes judiciales. “Inmediatamente el juez dispuso que se practicara el cómputo de pena y que se coordinara entre el Poder Judicial, la Policía y el Servicio Penitenciario para que el condenado se hiciera presente en la cárcel de Viedma para cumplir la condena”, explicó la fuente judicial, que no precisó la razón por la cual se dispuso su traslado a la cárcel de la capital provincial. Al día siguiente, el condenado tomó el ómnibus en la Terminal de Cipolletti y llegó, solo, a Viedma, donde policías de la Comisaría Primera lo llevaron a la cárcel. “Su actitud de presentarse voluntariamente a la cárcel le permitirá avanzar en el régimen de progresividad que establece el Servicio Penitenciario, y según el cómputo de pena, Sandoval estaría en condiciones de obtener la libertad condicional en ocho meses”, dijo el vocero judicial.
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