Viedma: luces y sombras sobre el saneamiento del río Negro

Hasta los muertos estarían de acuerdo en que el saneamiento de un río como el Negro, se cuide. Y por consiguiente, se hará una fuerte contribución con el ambiente cada vez más vapuleado en el planeta.

Días atrás, tomó estado público un informe oficial acerca del avance total del Plan Director de Desagües Cloacales de Viedma que alcanza al 72%, en el marco del paquete denominado Plan Castello.

La obra es considerada como una de los más grandes de la provincia en su rubro, no sólo por su monto que es de $358.823.266, sino por su envergadura, ya que es la planta de tratamiento de líquidos cloacales más grande que se construye con unas 300 hectáreas.

Se indica que permitirá mejorar la calidad de vida de miles de familias viedmenses dado de que cubrirá el 100% del servicio cloacal por los próximos 20 años.

La glosa, en términos técnicos, hace referencia a preparativos de conducciones subterráneas e instalación de estaciones elevadoras por la ciudad,

En la Planta de Tratamiento que se construye a unos 15 kilómetros del ejido urbano –en dirección al mar- se realiza el relleno y compactación de terraplenes y fondo de lagunas impermeables, el corte y perfilado de taludes. Asimismo, se colocó la membrana de polietileno en taludes para impermeabilización de lagunas facultativas.

Esta iniciativa es considerada fundamental ya que a partir de su puesta en funcionamiento permitirá trasladar los residuos cloacales hacia las nuevas lagunas, en lugar de volcarlas en el río Negro. Se estima que la primera laguna podría entrar en prueba para julio próximo.

En este marco, se dará una nueva oportunidad en el uso de esas aguas grises, que serán tratadas y se comenzarán a reutilizar en el riego de diversos emprendimientos productivos. Premisa que no se cumplió con la obsoleta y actual planta, que emana fuertes olores en el trayecto de la ruta provincial N° 1, a la altura del Parque Industrial.

Hay un punto crítico que no se debe relativizar. Cuando en 2018 se hizo una audiencia pública por su emplazamiento, los representantes de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) objetaron el lugar de emplazamiento de las lagunas. Una vez en operación, se llenarán de aves, en pleno revoloteo.

Es que su construcción presente, las lagunas están muy próximas a lo que es la cabecera del cuadrante Este de la pista del aeropuerto Gobernador Castello. Y en futuros aterrizajes de los aviones que provienen de Buenos Aires, y que deben optar por esa cabecera ante la acción de los vientos, podrían confluir la evolución de las aves con el descenso de la aeronave. Y habría cierto riesgo para las turbinas.

Hay un antecedente público en el mundo, y que hasta algunos neófitos en la aeronavegación lo recuerdan, gracias al cine.

El vuelo 1549 de US Airways despegó del aeropuerto de Nueva York el 15 de enero de 2009 con destino a Carolina del Norte. A dos minutos del ascenso sobre el río Hudson, una turbina se tragó una bandada de gansos. Dejó sin propulsión a la aeronave, y en una excelente maniobra, el comandante Chesley Sullenberger, amerizó sobre el curso del agua salvando a todos los pasajeros. El caso es más que conocido. Tom Hanks, asumió el rol del comandante en “Sully”, una recomendable película estadounidense dirigida por Clint Eastwood.

El planteo de la ANAC en 2018 no tuvo demasiadas respuestas en su momento, y la decisión de construir las plantas allí, fue un hecho consumado.

La lógica indica que tanto la planta y sus futuras aves –cuando entre en régimen total- tendrán que convivir.

Soluciones a la vista hay. La obra tuvo adicionales. El sentido común indica que las modificaciones pueden surgir de la imaginación de los proyectistas. Y así evitar riesgo, principalmente para la aeronavegación.