Viedma sólo cobra 1.500 pesos por concesiones
El municipio hace un mal negocio con los sectores atendidos por privados en la costanera y otros lugares públicos de la capital rionegrina. Sólo algunos pagan, otros compensan deudas y el resto está en mora. Todavía existen varios servicios turísticos sin concesionarios. El caso más llamativo es el del catamarán "Currú Leuvú II", que lleva casi 18 meses sin navegar.
VIEDMA- El municipio capitalino sólo cobra 1.500 pesos mensuales por concesiones. Algunas acumulan deudas, otras compensan con diarios y revistas, y las menos cancelan regularmente su canon.
Los concesionarios de la Costanera deben afrontar un canon y el pago de un fondo de guardavidas, el mantenimiento del sector, la habilitación de las playas, la iluminación y el adecuado uso del espacio público.
El secretario de Turismo y de Producción, Alberto Brussa reconoció que «existe un debate legal por el fondo de guardavidas y, por eso, se pidió un dictamen al asesor Maximiliano Faroux. Debe aclararse porque sino lo que lo pagan, están en desventaja», comentó .
Los requisitos de los kioscos públicos se orientan al mantenimiento del sector y la obligación de un horario amplio. Mientras tanto, los espacios vinculados al turismo afrontan dispares realidades (ver recuadro).
El ingreso mensual por concesiones ronda los 1.500 pesos. El director de Rentas, José Fraccascia no quiso aportar datos de la deuda total aunque reconoció que el kiosco del Centro Cultural «no paga». El funcionario justificó su negativa en que debía preservar el monto y el nombre del deudor, incluso aludió a una norma municipal.
Actualmente, hay dos espacios concesionados en la Costanera capitalina: la Zona D -entre Belgrano y Colón- y la F -entre Moreno y Ayacucho-. La primera aporta mensualmente un canon de 360 pesos y 559 pesos destinados al fondo de guardavidas. La segunda concesión posee cinco años de gracia y recién en octubre comenzará con el pago del canon, pero en la actualidad no cancela el pago destinado al fondo de guardavidas (ver recuadro).
En el Zona D (restaurante La Balza), Gabriel Kaminszczik posee la concesión por 10 años (vence en noviembre) pero recibió una prorroga hasta el 2002. La Zona F (Complejo El Barco) está concesionada a Elio Calvo hasta el 2005. Hasta octubre próximo no existe canon pero el adjudicatario deberá afrontar el pago del equivalente a la suma total de los salarios correspondientes a un guardavida durante la temporada de verano. Ese aporte es prorrateado en doce cuotas mensuales y su pago se encuentra en discusión.
La Zona C ubicada en la costanera entre Colón y Guido se encuentra cerrada, aunque la comuna evalúa la posibilidad de ceder el espacio al Consejo Asesor Indígena para la instalación de un local de exposición y venta de productos regionales y artesanales de la provincia.
Por otra parte, para la confitería ubicada en el Centro Municipal de Cultura se prevé un próximo llamado a licitación para su concesión.
Los kioscos no aportan demasiados ingresos a las arcas municipales. Así, el asentamiento de Plaza Alsina compensa su concesión mensual con diarios y revistas mientras que el otro kiosco, instalado en la esquina del Centro Municipal de Cultura, no pagaría el canon desde hace casi 10 años. Esa concesión fue otorgada a Miguel Angel Ezcurra, quien debería pagar 200 pesos mensuales.
Según la administración municipal anterior, ese concesionario adeudaba en 1998 cerca de 26 mil pesos. Fraccascia también se negó a aportar esos datos aunque reconoció que «no paga». Asimismo, el kiosco del muelle de lanchas posee un permiso provisorio a la espera del llamado a licitación y afronta un canon de 200 pesos mensuales.
La deuda es de casi 70.000 pesos
VIEDMA- Las deudas por concesiones rondarían los 70 mil pesos, monto que equivale a 50 de los pagos mensuales que percibe actualmente.
El municipio cobra unos 1.500 pesos aunque el número efectivo alcanzaría los 1.100 pesos porque la recaudación de la Terminal de Omnibus se destina a un fondo interno para su funcionamiento.
La deuda se deduce básicamente de dos concesiones: el complejo El Barco y el kiosco del Centro Municipal de Cultura.
En la primer concesión se mantiene un debate legal entre el municipio y el privado por la obligatoriedad del pago mensual de 559 pesos para el fondo de guardavidas, que desde 1995 sumaría un pasivo de casi 40 mil pesos y además acumularía deudas por tasas municipales.
Asimismo, aquel kiosco de Costanera y Urquiza adeudaría unos 30 mil pesos. En 1998, la gestión municipal anterior informó que el concesionario registraba una deuda de 26 mil pesos desde 1991, mientras que los funcionarios actuales negaron la información de las obligaciones impagas pero reconocieron que el propietario se encuentra en mora.
El catamarán no navega desde hace un año y medio
VIEDMA- El catamarán está varado desde hace 18 meses en la Subprefectura de Patagones.
El panorama es dispar en las concesiones del Balneario El Cóndor.
El complejo El Faro fue concesionado por un plazo de 15 años a Carlos Steding, quien comprometió obras de mejoras en el sector. El contrato establece cinco años de gracia para el concesionario y después el canon será el equivalente a la suma total del salario de un guardavidas durante un año.
El restaurante Sotavento esta en manos de la Junta Vecinal y se convocará a una licitación para su reapertura en la próxima temporada de verano, según indicó el delegado municipal en el balneario, Roberto Vargas. Los baños públicos y el kiosco de la rotonda de acceso a «La Boca» están en manos de un privado, por un plazo de 2 años pero se evalúa prolongar ese permiso a 4 años. Mientras que el restaurante y confitería ubicados en la playa intermedia también están concesionados a un privado.
Si bien El Cóndor cuenta con dos hoteles, sólo uno permanece abierto durante todo el año, al igual que un restaurante ubicado en proximidades de la costanera y la calle 69.
Otra concesión relacionada con el turismo es el catamarán Currú Leuvú II que está varado en la Subprefectura de Carmen de Patagones a la espera de una reparación.
La nave se encuentra en un dique seco desde hace un año y medio, cuando el anterior concesionario renunció a su mantenimiento después de compensar el canon con las reformas realizadas. La dimisión coincidió con el momento cuando debía comenzar a pagar un «alquiler» de 500 pesos mensuales.
La comuna analiza distintas propuestas para su puesta en funcionamiento.
Por otra parte la confitería y restaurante de la terminal de ómnibus esta concesionada a Guillermo Alonso por 4 años, plazo que vence este año. El contrato establece un horario de atención al público de 22 horas diarias durante los siete días de la semana, debiendo afrontar un canon mensual de 400 pesos.
VIEDMA- El municipio capitalino sólo cobra 1.500 pesos mensuales por concesiones. Algunas acumulan deudas, otras compensan con diarios y revistas, y las menos cancelan regularmente su canon.
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