Declaran culpable a un hombre por abuso sexual

El hecho ocurrió en agosto de 2017 en Sierra Grande. Sólo resta el juicio de cesura para aplicar la pena.

Un hombre de 26 años fue declarado culpable del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de convivencia preexistente” del que resultó víctima una nena de nueve años. El Tribunal integrado por los jueces Carlos Mussi, Ignacio Gandolfi y Fabio Corvalán declaró culpable al hombre a quien ahora en un juicio de cesura las partes fundamentarán el monto de la pena que finalmente le será impuesta por los jueces en la escala penal fijada en el Código Penal entre ocho y 20 años de prisión.

El hecho ocurrió en agosto de 2017 en Sierra Grande. El imputado detenido en el penal de Viedma era la pareja de la madre de la niña y no es mencionado en esta nota para evitar la identificación de la criatura.

Los jueces coincidieron con lo planteado por el fiscal Juan Pedro Puntel en relación a la autoría del imputado y su responsabilidad penal. El Tribunal destacó como “contundente y claro” el testimonio de la víctima brindado en Cámara Gesell y reproducido en el debate realizado, así como los testimonios escuchados que sostuvieron los dichos de la víctima, aportando “solidez a la postura incriminante”.

Puntel acusó al padrastro de la niña de haber abusado de ella en la madrugada del seis de agosto de 2017 en la vivienda de Sierra Grande en la que vivían la nena víctima, un hermanito, su mamá y la pareja de la mujer.

Detalló que luego de compartir un asado familiar el imputado y su esposa regresaron a la casa, bajaron los niños dormidos e hicieron lo propio. Agregó que luego la nena se despertó cuando su padrastro estaba encima suyo y le había bajado bombacha para accederla sexualmente.

Al día siguiente, en otro encuentro familiar donde se festejaba el Día del Niño, la nena confió a una prima dolores en la vagina, comentario que no tardó en llegar a su abuela paterna, al padre biológico y a la Policía.

Por su parte la defensora oficial, Graciela Carriqueo, no coincidió con la acusación del fiscal al indicar que su defendido vivía con la mamá de la víctima y se encargaba del cuidado de los chicos, trabajaba y atendía a la familia. Sostuvo que si bien en este tipo de hechos no hay testigos “no por ello se debe condenar sin más que los dichos de la víctima”.

Agregó que aquella madrugada después de llevar a los niños a la cama -en la misma habitación en la que dormía la pareja-, el imputado se dio una ducha y mantuvo relaciones sexuales con su mujer primero en la cama y luego en el comedor. “Lo más probable es que la niña no fue abusada sino que vio como su madre mantenía relaciones con su padrastro. Tal vez quiso llamar la atención y produjo un mal no querido”. Además destacó que la prueba científica no se condice con los dichos, sobre todo la pericia sobre el cuerpo de la niña. Aseguró que su defendido no abusó sexualmente de la niña.


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