Ipross: el plus médico no tiene solución en Viedma

Los afiliados siguen como rehenes del sistema. Algunos médicos cobran 500 pesos la consulta sin recibir el bono, mientras que otros exigen 200 pesos adicionales.

Los médicos de la zona Atlántica cobran plus a los afiliados al Ipross tanto en la clínica Viedma como en el Sanatorio Austral, según pudo comprobar DeViedma en una recorrida por esos nosocomios. No se descarta que en otros consultorios ocurra lo mismo.

La medida tendría vinculación con la modificación de los convenios con los profesionales y las instituciones que impulsa la obra social, con cierta demora, ya que a la fecha se encuentran vencidos.

La semana pasada la Cámara que agrupa a los establecimientos privados cortó sus servicios al Ipross, pero el viernes al mediodía, tras la cancelación de la deuda que la obra social mantenía con esos prestadores la medida se levantó.

El presidente de Ipross, Claudio Di Tella dijo que además del pago a Capresa se efectivizó el pago al Colegio Médico. Con ambos, la provincia habría quedado casi al día, con algunos remanentes que el funcionario consideró poco significativos.

Sin embargo, las restricciones para los afiliados se mantienen. Algunos médicos cobran 500 pesos la consulta sin recibir el bono de Ipross, mientras que otros sí lo reciben y exigen otros 200 pesos adicionales a manera de plus.

“Si los afiliados se encuentran con estas irregularidades deben denunciarlo”, expresó Di Tella a DeViedma. Sin embargo el cobro es flagrante y compulsivo, sin que nadie en las recepciones de la clínica ni del Sanatorio intente ocultarlo. La obra social no parece tener demasiada respuesta.

Su presidente asegura que las deudas están canceladas y sólo sugiere que podría haber diferencias entre los prestadores y el Ipross en relación a la puesta en vigencia de un nuevo convenio prestacional.

Hasta el momento, el Ipross paga por cápita y pretende comenzar a abonar por prestación, a lo que se agrega la intención de implementar un sistema de auditoría que ya fue licitado para el control de los servicios que efectivamente se prestan.

Todo este debate, que se está dando con relativa demora, genera que los afiliados a la obra social queden rehenes de una discusión ajena que poco tiene que ver con lo sanitario y en lo que solamente prima lo económico. Mientras tanto, el hospital público se sobrecarga en la atención ante el incremento de la demanda por parte de trabajadores que obran social que no cuentan con recursos para afrontar el costo de las consultas en el sector privado.


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