Millones de plantas florecieron del vivero provincial en estos 50 años

El Vivero Forestal es parte de una historia casi oculta en el territorio rionegrino, y aún muchos desconocen su actividad de 50 años. En ese medio siglo un silencioso equipo de trabajo dedicó gran parte de sus esfuerzos a producir millones de plantas. Su distribución favoreció, a precio de fomento, la provisión a diversos municipios del país.

Este ejemplo de contribución con el medio ambiente está ubicado a las afueras de esta capital, en un predio de 30 hectáreas. Cuenta con una producción anual de entre 60.000 y 90.000 especies, entre las que se encuentran eucaliptos, fresnos, ciruelos de jardín, sóforas, olmos, álamos, thuyas, cipreses, pinos, y las ornamentales buxus y retamas.

Comenzó a funcionar el 21 de setiembre de 1968 como primer vivero público en la Patagonia. Desde entonces se ocupa de la producción, promoción y venta de variedades forestales con bajos valores para sectores urbanos y la protección en zonas áridas y regadío.

Ya crecidas, algunas especies, se pueden ver en avenidas y calles de esta capital, Puerto Madryn, Pico Truncado, Comodoro Rivadavia, localidades de la Línea Sur rionegrina y Lobos, provincia de Buenos Aires.

“El Vivero ha hecho sus primeros pasos como para que cualquiera lo pueda seguir”, destacó en un balance que trazó su actual encargado, Edgardo Sandoval. Éste, lleva 37 años trabajando en el predio.

Asimismo, señaló que se trata de una tarea que lleva su cuota de paciencia porque las plantas requieren de un desarrollo de dos y tres años, ya que “partimos del cultivo de la semilla, cuidando que no haya hongos, hasta que se logra la estaca” con lo “forestar es la parte linda, pero requiere de tiempo”.

Con motivo del medio siglo, se concretó en sus instalaciones un acto protocolar en cuyo transcurso quedó inaugurado un laboratorio que se dedicará en forma exclusiva a la micropropagación por cultivo “in vitro” y aclimatación en vivero, de plantas nativas y exóticas con el propósito de realizar un aporte a la restauración y protección del ambiente.

Su tarea será básicamente multiplicar, a partir de semillas o material vegetal, especies nativas leñosas de ambientes áridos como el chañar, piquillín, larreas o jarillas, entre otros, para producir plantas con el fin de repoblar zonas afectadas por desmontes, desertificación o incendios.

La puesta en funcionamiento del Laboratorio fue destacada por el vicegobernador Pedro Pesatti y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alberto Diomedi, durante el acto que contó con la participación de gran cantidad de empleados actuales y jubilados, vinculados a este espacio.

El vicegobernador felicitó el gran trabajo que se realiza en el Vivero luego de recordar la historia de los pioneros y su vinculación con las primeras actividades de plantación de sauce criollo.

El ministro Diomedi recordó que el de Viedma fue “el primer vivero de la Patagonia, por lo que cuenta con una rica historia en materia de promoción de la forestación”.

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Un nuevo laboratorio para acelerar procesos