Violento motín entre bandas narco deja 60 muertos en una cárcel de Brasil

Al menos 60 personas murieron en una violenta batalla entre miembros de organizaciones criminales en una prisión de Manaos, en la Amazonía brasileña, según informaron ayer las autoridades.

La “confrontación de extrema violencia” se debió a una reyerta que empezó en la tarde del domingo y duró unas 15 horas, explicó el secretario de Seguridad Pública del estado de Amazonas, Sérgio Fontes, en una conferencia de prensa.

La situación en el Complejo Penitenciário Anisio Jobim (COMPAJ), ubicado en una zona rural de Manaos, pudo ser controlada sólo alrededor de las nueve de la mañana de ayer (11:00 GMT), agregó el funcionario. Las autoridades negociaron con los amotinados para poner fin a la revuelta.

Unos 87 presos consiguieron huir del penal. Los reclusos tomaron también como rehenes a 12 agentes de una empresa de seguridad externa, que fueron liberados tras las negociaciones.

Fontes habló de sangrientas batallas entre los presos. Los amotinados tiraron incluso seis cadáveres decapitados a la calle por encima de los muros de la cárcel, según las autoridades. Un juez que participó en la negociación, Luis Carlos Valois, contó al canal Globo News que vio varios cuerpos mutilados y sin cabezas dentro de la prisión.

“Lo que ocurrió en el COMPAJ es un capítulo más de la guerra que el narcotráfico impone en este país y que demuestra que ese problema no tiene cómo ser enfrentado por los estados”, reclamó Fontes.

“No se trata de un problema sólo del sistema penitenciario ni de un caso aislado en el país, sino de algo mucho mayor, ya que la disputa dentro de los presidios es una extensión de la guerra que ocurre también fuera”, advirtió.

Decenas de familiares se agolparon desde la mañana delante de la cárcel en Manaos para informarse sobre sus parientes encarcelados.

La cárcel estaba superpoblada a más del 170 por ciento de su capacidad. Globo News señaló que en la cárcel, con capacidad para unas 450 personas, estaban registrados 1.224 presos.

Según Fontes, la masacre se debió a que miembros de la organización criminal conocida como Familia del Norte (FDN), que controla el narcotráfico en gran parte de la región amazónica en Brasil, atacaron a integrantes del poderoso grupo Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo, que tiene presencia en todo el país.

“Lo que querían era eliminar a miembros de la facción rival”, dijo Fontes.

Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, China y Rusia. A finales de 2014, la población carcelaria del país más grande de América Latina ascendía a los más de 622.000 presos.

Brasil es criticado desde hace tiempo

por las condiciones

de hacinamiento

y descontrol

interno en sus prisiones.

“La disputa dentro de los presidios es una extensión de la guerra que ocurre también fuera”.

Sérgio Fontes, secretario de Seguridad Pública del estado de Amazonas