Visitar a los presos neuquinos es una odisea para losparientes 

Se pierde mucho tiempo en ingresar. Las requisas son muy rigurosas.Todo esto irrita y enrarece el clima.

NEUQUEN (AN) – Bajo el sol implacable de la siesta una larga fila de mujeres, hombres y niños de todas las edades se extiende en el playón de ingreso a la cárcel de Parque Industrial. Algunos llevan más de una hora de espera sobre el asfalto que hierve a sus pies.

Para llegar debieron caminar, cargando bolsos y niños en brazos, los dos kilómetros que separan el barrio Jaime De Nevares de la prisión. Unos desandaron el tramo por la banquina de la multitrocha, otros cortaron camino por el campo virgen de la meseta. No hay servicio de colectivos para llegar a la Unidad 11 y un viaje en taxi o en remís cuesta ocho pesos.

Saben que no son los únicos obstáculos que deben soportar para poder visitar a sus familiares o amigos alojados en el penal. Les espera una serie de controles que según sea el ánimo del guardiacárcel que los atienda, puede resultar tanto o más denigrante que el viaje o la espera para entrar.

La escena de la gente agolpada frente a la cárcel se repite al menos cuatro veces a la semana, martes y viernes o miércoles y sábado, según el calendario de visitas asignado a los cinco pabellones de la unidad.

«Uno no puede dejar de venir porque sabe que lo están esperando. En mi caso tengo preso a mi hijo y soy la única que lo visita. Imagínese, hago lo imposible para visitarlo por lo menos una vez por semana», dijo María, una sexagenaria que para venir desde Plottier debe tomar dos colectivos, que le demandan más de dos horas entre viajes y esperas y alrededor de siete pesos en pasajes.

Rosario de quejas

Los familiares de los internos se quejan de las autoridades de la cárcel «porque no les importa un comino que uno tenga que estar a pleno sol esperando que lo dejen entrar», dijo José al salir de la visita. «¿Tanto cuesta destinar una sala para que uno se resguarde? Yo me la aguanto, porque estoy curtido de estas injusticias, pero no es justo el sacrificio que le hacen hacer a esas mujeres mayores o las que vienen con sus niños a cuesta. No hay derecho para que traten tan mal a la gente».

En invierno están igualmente expuestos a soportar en la intemperie las inclemencias del tiempo: temperaturas bajo cero, la lluvia o el viento que los castiga sin piedad en medio del descampado. No hay baño y ni siquiera bancos para descansar.

La Unidad 11, con más de un centenar de internos, es la de mayor capacidad de la provincia y por ende la que refleja con más dramatismo las dificultades que afectan a diario a las visitas. Pero en muchos puntos el panorama es similar en las restantes cárceles de la provincia, según aclaran.

«Con los traslados, que dicho sea de paso los deciden cuando quieren y porque se les antoja, una va conociendo las unidades una por una y en todas te tratan mal. Te insultan y si una les dice algo te amenazan con no dejarte entrar. Son todos iguales», dijo Alicia, que visita a su hijo.

Las visitas se permiten en el horario de 14 a 17 pero en la práctica el tiempo para compartir con los internos es sensiblemente menor, porque el trámite de registros de nombres y documentos a la entrada y de la requisa posterior, demanda más de media hora.

«Encima ahora han dispuesto que no puede haber más de cuatro personas visitando a un interno. Yo apenas estuve veinte minutos y tuve que salir para dejar entrar a otra persona», se quejó airadamente Juan Carlos, que fue a visitar a un amigo.

Se enojó aún más cuando una mujer que lo escuchaba le dijo que esa medida no era para todos igual. A algunos internos les imponen más exigencias y limitaciones que a otros.

«Hacen lo que quieren con la visita y con los presos. Desde que uno llega lo están provocando, primero te tienen de plantón a pleno sol, luego te hacen sacar hasta los zapatos para la requisa y después te hacen salir en medio de la visita», añadió.

El padre de un detenido opinó que «tienen que poner más guardias para que la requisa sea más rápida, se pasa más tiempo en los pasillos, haciendo cola, diciendo los datos, que con la persona que uno va a ver».

Requisas a mujeres

Las mujeres reclaman porque las someten a requisas que violan su intimidad. «A mi sólo me obligaron sacarme el corpiño, pero a otra chica la desvistieron completamente. Es cierto que lo hace una milica, pero es un trato injusto», señaló una joven de 20 años que fue a ver a un hermano.

Otro motivo de quejas es el ingreso de alimentos. «Te destrozan la comida. Abren los paquetes, desparraman la yerba, el azúcar o lo que sea. Si traés pan o tortas fritas de las parten por el medio; no podés traer ravioles ni albóndigas y las únicas gaseosas que permiten son las naranjas y las colas», protestó una mujer. 

«Los familiares tienen razón», admitió el jefe de la cárcel

NEUQUEN (AN) – «Los familiares de los internos tienen razón en la mayoría de los planteos que hacen y entiendo a los internos que reclaman soluciones, pero si bien no hay posibilidades materiales de satisfacer las demandas de inmediato, todo está planificado para terminar con los requerimientos de unos y otros en poco tiempo», dijo el comisario inspector Hugo Rosas, director de Unidades de Detención de la provincia.

Adelantándose a las preguntas el oficial señaló que «reconocemos que no es justo que madres o esposas de los internos tengan que caminar dos kilómetros con las bolsas cargadas o niños en brazos, que estén al rayo del sol en esta época y en invierno aguantando el frío o el viento, pero hasta que no se habiliten las nuevas obras, que están construidas en un altísimo porcentaje, no tenemos la solución».

Destacó que brindarle comodidades a los visitantes es uno de los principales objetivos que impulsan, «porque para contener a los internos es imprescindible el contacto con su familia o sus amigos. El nexo con el mundo exterior ayuda al detenido a afrontar la etapa de encierro, le permite sobrellevar el momento y planificar el futuro. Le atribuimos un enorme valor y por eso nos preocupa sobremanera protegerlo».

Rosas, quien está al frente de las prisiones provinciales desde que se puso en marcha el plan penitenciario provincial, hace cuatro años, dijo que desde el inicio requirieron a las autoridades policiales y de gobierno los medios para satisfacer las necesidades de los visitantes. Particularmente en la Unidad 11.

Las obras se incluyeron el plan de ampliación del penal y según afirmó días atrás el ministro de Gobierno, Jorge Gorosito, se habilitarán próximamente.

«Para los visitantes se construyó un salón para cien personas, con baños para damas y caballeros, ventilación y equipos de calefacción, anafes para que las madres preparen alimentos para los bebés y con otros elementos como para satisfacer las necesidades más elementales. Una vez que se habiliten neutralizaremos todos los reclamos», aseguró Rosas.

Sobre las requisas que demoraron demasiado tiempo y restan tiempo a la visita, otro de los cuestionamientos que hace la gente, sostuvo que se han construido las salas, con mobiliario, y se destinará la cantidad de personal que permitirá agilizar el trámite.

«El rigor de los sistemas es relativo, es imprescindible hacer los controles pero se trata de respetar al máximo la intimidad de las personas», comentó el oficial.

De la rigidez de los horarios sostuvo que son los visitantes quienes llegan con mucha anticipación o tarde. Respecto de la falta de trasporte público en la U-11 argumentó que reiteradamente han planteado el tema a las empresas de trasporte, sin mayor éxito.

Restricciones para los organismos de derechos humanos

NEUQUEN (AN) – Desde hace un par de meses los defensores penales oficiales y los dirigentes de la organización de los Derechos Humanos Zainuco tienen limitado su ingreso a la Unidad 11 para asistir a los internos.

La polémica prohibición sobrevino después de que los dirigentes humanistas denunciaran en las fiscalías de turno que en ese penal los internos eran víctimas de apremios ilegales, malos tratos y discriminación sistemática.

La acusación se fundamentó en hechos concretos, con el respaldo de testimonios contundentes.

A los funcionarios judiciales se le impidió ingresar a la cárcel bajo el pretexto de medidas de seguridad, pero cuando los defensores insistieron en su intención de visitar a los presos para dialogar con ellos en los pabellones y así verificar las condiciones de detención, se les propuso que las entrevistas las mantuvieran en otras dependencias.

«La defensa de los Derechos Humanos es nuestra razón de ser, de manera que no podemos ceder ante una actitud semejante y vamos a plantear este tema donde sea necesario, porque las trabas que nos oponen no tienen fundamentos jurídicos sino políticos», dijo en esa ocasión Gladys Rodríguez, presidenta de la organización Zainuco.

Las limitaciones a los dirigentes y funcionarios tuvieron por finalidad, según denunciaron entonces, frenar las denuncias que se venían haciendo por las irregularidades detectadas.

Los directivos del penal habían fijado fechas y horarios para que los dirigentes de Zainuco se entrevistaran con los detenidos en los pabellones.

«Pero con la excusa de la seguridad interna nos prohíben los encuentros grupales y quienes que entrevistemos individualmente a los presos. De esa manera los presionan para que no denuncien los apremios que sufren ahí adentro», denunció Rodríguez.

Los dirigentes plantearon la situación al gobierno y ahora esperan una respuesta que «regrese las cosas a como estaban cuando empezamos a desplegar nuestro trabajo», sostuvieron.


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