«Vivir acá es una lección de vida»
Pierre Debes es francés y optó por Neuquén hace cuatro años. Alejandro Fornasa, es argentino, ingeniero agrónomo recién recibido y se instaló en la zona sur rionegrina. Para los dos, la vida no es fácil en Argentina, pero ninguno piensa en emigrar, como alternativa.
NEUQUEN (AN).- Cuando Pierre Debes aterrizó en Buenos Aires por primera vez, en 1993, se sorprendió de la similitud que tenía la capital argentina con Europa. Sintió una sensación de alivio y desencanto al mismo tiempo. Alivio porque llegaba a un país con pinceladas de su ciudad natal, Estrasburgo, ubicada en el noreste de Francia. Pero desencanto porque temía encontrarse con una sociedad al estilo europea de la que estaba harto. Hoy, vive en la capital neuquina y lleva cuatro años radicado en el país del que no quiere irse porque «sería un traidor», afirma.
«No me puedo ir ahora porque tengo amigos fantásticos -dijo convencido-. Sería como un cobarde que huye cuando se hunde el barco».
Pierre es ingeniero en térmica, pero también un trotamundos. Tiene 51 años y en su acento hay una mezcla de francés, italiano y español básico, que le quedaron de su paso por distintos países de Europa.
Está enamorado de la Patagonia. «Me fascina el viento, el desierto, la soledad y belleza del paisaje que en Europa no tenemos -destaca-. Como la amabilidad y sinceridad de la gente».
Pierre pisó suelo neuquino en 1993 para invertir en una pequeña empresa que cayó de la mano de la economía del país. Aún así, se estableció en Neuquén, en 1999, empujado por una separación matrimonial y con la tranquilidad de que no tenía hijos.
Retomó la iniciativa y puso un portal en Internet para promocionar en cuatro idiomas la provincia de Neuquén, que también quedó trunco, pero que piensa reimpulsar.
Sus ingresos provienen de sus clases de francés que dos veces por semana dicta en la central hidroeléctrica de Piedra del Aguila, pero además es fotógrafo y colaborador del periódico «Les Dernieres Nouvelles D»Alsace», que se publica en su provincia de origen, Alsacia, que limita con Alemania. Allí envía todos los meses sus impresiones de la Patagonia, un lugar donde ya no se siente un extranjero.
Pierre colaboró, además, con un equipo del canal francés La Cinquiäme que viajó hasta la provincia de Neuquén para realizar un documental sobre la región y que fue premiado como el mejor en su género el año pasado. «En Europa tenemos una idea muy vaga de la Argentina -admite- Para nosotros Argentina es Sudamérica y la identificamos con países subdesarrollados. Los europeos piensan que la Patagonia es un país».
Regresó hace una semana de Francia adonde viajó para visitar a su familia y establecer contactos con operadores turísticos interesados en comercializar la plaza argentina entre los europeos.
Sin embargo, la convulsionada situación social del país y los coletazos de diciembre pasado aún están frescos en la retina de los europeos. «Los medios siempre hablan de lo peor, de las muertes los saqueos, piensan que todos los argentinos son violentos», comentó con cierto fastidio. «Me cuesta explicarle a la gente en Europa por qué Argentina está así -continúa-. Y menos pueden creer lo del corralito. A ningún político francés se le habría ocurrido esta idea».
Por eso asegura que «me duele ver a la Argentina triste y a la gente muy deprimida y ver a mis amigos pensando en irse a Europa y que está todo lindo allá»
Lamenta el crecimiento de la pobreza en el país y se cuestiona por «haberse acostumbrado a verla como si fuera algo natural».
Como contrapartida valora «la calidez de la gente, el sentido de la amistad y la sinceridad que en Europa hemos perdido».
Por lo pronto, trabaja en un proyecto junto a un amigo, Antonio Domene, para gestionar el viaje a Neuquén de una comitiva de la Federación Francesa de Panadería para que dicten cursos en esta capital.
Con todo, admite que su visión sobre la Argentina es diferente tiene respaldo económico que asegura su bienestar. Pero no piensa en regresar por el momento a su Estrasburgo natal. «Me quedo porque es un placer vivir en la Patagonia, tengo 51 años y vivir acá es una lección de vida para mí».
«En la balanza pesa lo que queda por hacer»
NGENIERO JACOBACCI (AJ).- «Respeto a los se van, pero no comparto la idea de que lo mejor es irse. Además creo que en este país hay muchas cosas por hacer todavía». Así el ingeniero agrónomo Alejandro Fornasa resume por qué decidió quedarse en Argentina a pesar de la crítica situación económica y social. A los 29 años, soltero y con el título de ingeniero obtenido hace poco, Fornasa tiene todas las posibilidades de emigrar. Su padre es italiano y parte de su familia vive en Italia. Por cuestiones comerciales un hermano mayor viaja periódicamente a Europa y en numerosa ocasiones ambos le han sugerido que vaya se probar suerte al viejo continente. En cada conversación familiar siempre sale la situación del país a lo largo de los años donde si bien, cíclicamente se fueron dando momentos buenos, en ningún momento el país creció. En todo caso las cosas empeoraron. Sin embargo y a pesar de haber iniciado los trámites para obtener la doble nacionalidad, prefirió quedarse.
«Cuando surge la idea de irse del país, uno pone en la balanza muchas cosas. Yo pongo mi familia, mis amigos, mi cultura, buena o mala, y las cosas que todavía quedan por hacer. Además nadie te asegura que vas a estar mejor. Y de ser así, creo que hay cosas más importantes que un crecimiento económico rápido. Yo no quisiera empezar de nuevo y adaptarme a otra cultura», sostiene.
¿Por qué cree que muchos jóvenes deciden irse a probar suerte a otro país?.
Además de la situación del país, creo que otra cosas que te lleva a irte a otro lado es la famosa globalización. Por allí el ritmo de vida que estamos llevando nos hace creer que tenemos cada vez más necesidades. Entonces tenemos que tener el mejor auto, la mejor computadora, la mejor casa. Y por allí te ponés a pensar que durante muchos años vivimos sin estas necesidades.
¿A que atribuye la situación de la Argentina?.
Lo complicado de este país es el poder político.
¿Por qué?
No se da cuenta del capital humano que tiene el país y del recurso que tiene para que ese capital humano lo pueda poner en marcha. Creo que no se va a dar cuenta nunca. De eso estoy convencido. Pero si ese capital humano, joven, emprendedor, eficiente, sin vicios, se hace cargo de ese poder político, esto va a ir para adelante. Pero tiene que haber una renovación.
foto 1: Pierre Debes de 51 años, sentiría que es un cobarde si se va del país ahora.
foto 2: Alejandro Fornasa es ingeniero agrónomo. Obtuvo la doble ciudadanía pero prefirió quedarse.
NEUQUEN (AN).- Cuando Pierre Debes aterrizó en Buenos Aires por primera vez, en 1993, se sorprendió de la similitud que tenía la capital argentina con Europa. Sintió una sensación de alivio y desencanto al mismo tiempo. Alivio porque llegaba a un país con pinceladas de su ciudad natal, Estrasburgo, ubicada en el noreste de Francia. Pero desencanto porque temía encontrarse con una sociedad al estilo europea de la que estaba harto. Hoy, vive en la capital neuquina y lleva cuatro años radicado en el país del que no quiere irse porque "sería un traidor", afirma.
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