Volatilidad, escenario abierto e incertidumbre

MI BOLSILLO

La semana que culminó se presentaba como clave: vencía el plazo para pagar el vencimiento del 30 de junio a los bonistas reestructurados de la deuda argentina. Dicho pago se encuentra bloqueado por el juez Griesa en Nueva York, hasta tanto Argentina cumpla la sentencia que la obliga a pagar el 100% de sus acreencias a los fondos buitre. Se esperaba que la solución llegara antes del jueves, pero ello finalmente no sucedió. En el transcurso, los mercados financieros tuvieron efímeros momentos de euforia y de pesimismo. Los activos argentinos, acciones de las principales empresas, y bonos del Estado nacional subieron de precio ante el optimismo de que un arreglo con los “buitres” era posible y se derrumbaron ante la certeza de que el vencimiento llegaría sin acuerdo. Cuando el mercado de activos vive momentos de tanta volatilidad, los únicos que ganan son los grandes inversores, que cuentan con información calificada por la cual pagan fortunas. Ello les permite comprar barato y vender caro, amasando incontables ganancias. Naturalmente no se trata de un escenario propio para el inversor conservador y poco amigo del riesgo. El precio del dólar oficial se mantuvo imperturbable, demostrando una vez más la determinación oficial respecto del valor de la divisa. El blue en cambio tuvo una semana de constantes subas y bajas. Lo que se denomina una tendencia de “serrucho”. Llegó a $ 12,80 el martes, bajó a $ 12,30 el miércoles cuando todo indicaba que se evitaba el default, tocó los $ 13 el jueves, previo a la conferencia de Kicillof, y volvió a bajar el viernes estacionándose en $ 12,75. Todo indica que la semana entrante no debiera ser tan volátil como la que acaba de terminar. Pero está claro que lo que viene es una economía aún más ajustada, con mayor dificultad para generar producción y empleo y con alta inflación. Está claro que si hay ahorros, la peor opción es quedarse en pesos billete. Cualquier opción que sostenga, al menos en parte, el valor de los fondos es más viable que guardar la plata debajo del colchón. Un plazo fijo paga hoy 22% y es quizá la opción más conservadora, pero tal vez la más segura. Los ladrillos son una apuesta a mediano plazo y otra opción segura en el tiempo pero, hoy, de escaso retorno.


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