3 excursiones para fanas de la pesca con mosca

1. Embarcado o desde la costa, el Limay Medio ofrece una oportunidad inigualable de terminar la temporada de pesca deportiva –que cierra el 31 de mayo– con la mayor captura. Por estos días las truchas marrones están en 3 y 5 kg y las arcoíris entre 1,5 y 2 kg.

Cuenta el guía Matías Fernández Carro que es la mejor época para ir a pesca a la zona de la desembocadura del río en el lago Ramos Mexía, porque “están subiendo las arcoíris en lote a comer y generan una pesca muy interesante, muy agresiva. Es una trucha que va a cazar, entonces es peleadora”. Y agrega: “El río ahora está con buen nivel de agua, que nos asegura un cierre de temporada bueno y una reproducción efectiva de las truchas”.

Las excursiones en esta zona, al igual que en los ríos Chimehuin y Nahueve, suelen incluir transfer, flotada, un almuerzo liviano, refrigerios y un asado por la noche en el campamento, a la orilla del río. Todo con base en Picún Leufú o en el campamento que arman los guías.

Desde el campamento una lancha va recorriendo lugares no tan pisados por el hombre, islotes y brazos quietos, y ahí se puede pescar embarcados o vadeando el río.

“En las salidas salen un mínimo de siete truchas por cabeza y, si agarramos un buen lote, pueden llegar a veinte”, dice Matías.

Precaución: por la subida del agua cuando eroga la presa Pichi Picún Leufú, aumenta el caudal muy fuerte, por lo que se recomienda no meterse más que hasta la rodilla.

2. En el Chimehuin, el río por excelencia para la pesca con mosca, las lluvias tempranas activaron la eclosión de insectos, por lo que las truchas se empezaron a mover antes que otros años.

“Este otoño viene frío y con mucha agua, así que el río está buenísimo. Hay truchas subiendo la mayor parte del día”, explica el guía Andrés Fontanazza.

Esto también favoreció las excursiones de pesca Chimehuin abajo, más allá de Junín de los Andes. Generalmente en esta época la falta de agua obliga a hacer noche en un campamento a la orilla, porque “no hay cómo sacar el bote hasta la desembocadura. Como el río creció como un metro, esos 35 km que antes los hacías en dos días ahora lo podés hacer en uno y eso es un golazo”, se entusiasma Andrés.

Así, a lo largo del recorrido la pesca se va dando variada, desde el bote y vadeando. “Vamos viendo en el camino en qué lugares vale la pena bajar”, concluye el guía.

3. Con base en Chos Malal, el norte neuquino ofrece paisajes hermosos con muy buena pesca. Uno de ellos es el río Nahueve.

“El río viene clarito, con linda cantidad de agua. Con la lluvia se retomaron los niveles medios de estos ríos de cordillera”, cuenta el guía Oscar Chandia, y explica que en temporada otoñal la salida de pesca es de 10 de la mañana a 5 de la tarde, porque el frío es bastante intenso.

El río tiene buenos ejemplares. Hay marrones, arcoíris y percas, y la salida de pesca también es como una clase.

Los guías enseñan a leer el río, distinguir cuáles son los lugares de pesca, donde son los comederos habituales de la trucha, aprender a observar el ambiente. “Es como una clase intensiva de pesca con mosca. Hablamos de todo: entomología, lectura del agua, configuración de los equipos, elecciones de las moscas de acuerdo a los insectos que estamos viendo y cómo aplicar las técnicas desde el agua”, remata Oscar.

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