Escapada a las sierras de Córdoba

Santa Rosa de Calamuchita combina naturaleza, caminatas y buenas opciones gastronómicas. ¿Vamos a recorrerla?

Córdoba tiene algo. Será su aire de sierras, sus rutas sube y baja o sus pueblitos y ciudades que encantan. No lo sabemos. Pero a medida que la vamos recorriendo, nos es inevitable sumar itinerarios a nuestro listado de lugares para recomendar. Y el valle de Santa Rosa de Calamuchita es uno de ellos.

Empezamos la recorrida por la Cascada del Águila. Para llegar hay que tomar la Ruta Provincial 5 y desviarse solo 700 metros por un camino de tierra que llega al mirador del Águila. Ahí arranca el sendero autoguiado.

Una huella de tierra empieza a adentrarse en las sierras. Los espinillos y los acacios negros convierten este camino en un pasadizo que se abre y se cierra según lo que la Pacha quiera. Calamuchita viene de Talamuchita, que quiere decir “lugar de talas y molles”. Y sí: a simple vista parece un lugar áspero por las espinas de los árboles y la aridez del camino, pero a medida que vamos avanzando, el bosque y el arroyo Loyola suavizan todo lo que vemos.

Saltamos piedras, subimos a un mirador y nos quedamos ahí un largo rato contemplando las sierras. Volvemos al sendero y a los pocos minutos llegamos a la cascada. Hay un gran piletón de agua, ideal para sumergir los pies y nadar un rato. El mejor momento del día para hacer este camino es horas antes de la puesta de sol. El atardecer es el broche final de este gran paseo.

Exquisiteces

Tanta caminata da hambre. Y la Cantina de Montaña está justo en la entrada al sendero de la cascada, desde donde se puede tener una vista panorámica de toda la ciudad de Santa Rosa. El balcón es ideal para tomar unas ricas cervezas artesanales o un té con medialunas. La carta tiene platos que prometen mucho. Pero no se puede ir a Santa Rosa de Calamuchita sin pasar por el restaurante familiar La Vaquita. Sergio es el responsable de crear obras de arte gastronómicas. Comida casera y que desborda del plato, a lo bodegón. Además su hijo es sommelier y te recomienda qué vino tomar. Completito.

Otro imperdible del rubro es La Pulpería de los Ferreyra. Entrás y da la sensación de que estás viajando en el tiempo. Ladrillos a la vista, rejas, madera, un patio y galerías. La tradición argentina hecha restaurante: folclore, cocina criolla, asado, mozos vestidos a lo gaucho y un templo del vino listo para ser degustado. La parrilla, un lujo. Y el flan casero con dulce de leche es el manjar de la casa.

Más paseos

Sigamos la recorrida: el turno del cerro Vía Crucis, sobre la Ruta Provincial 5 y con sendero autoguiado. Se sube hasta los 800 metros por un camino de piedras, árboles y espinillos hasta llegar a una cruz enorme de madera que corona el pico. Lindo punto panorámico para tomar unos mates.

Una parada obligada es la costanera del río Santa Rosa. Tiene nueve balnearios con parrillas y mesas para un asado espontáneo a la vera del río. Y ni hablar de los espacios verdes para unos mates al sol. Otro de sus atractivos son los puentes. El de hierro que fue traído de Europa en 1914 y que formaba parte del camino real y el colgante con una historia de más de 50 años.

Otros dos imperdibles: el calicanto jesuítico (un puente acueducto que atraviesa el arroyo Seco y que era utilizado para regar las estancias jesuíticas) y el paseo del Remanso, una playa popular de los 80 que se reacondicionó para que sea el punto de encuentro y organización de eventos culturales.

Cabalgata campo adentro para conocer los paisajes cordobeses.

Está ubicada a unos

100 kilómetros de Córdoba capital, cerca de otros destinos turísticos como Villa General Belgrano y La Cumbrecita.

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Datos

Está ubicada a unos
100 kilómetros de Córdoba capital, cerca de otros destinos turísticos como Villa General Belgrano y La Cumbrecita.

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