Villa La Angostura, mucho más que nieve y esquí

Sin dudas los deportes de invierno son los grandes atractivos en estas vacaciones. Pero también hay caminatas con raquetas, canopy, circuitos guiados, cabalgatas y paseos en barco.

Llegaron las vacaciones y el interrogante familiar es adónde ir. La consigna: elegir un lugar con alternativas variadas y actividades para todos los gustos.

Eso es Villa La Angostura. Si se quiere hacer honor al invierno, Cerro Bayo ofrece, en sus 14 km de pistas esquiables, circuitos especiales para principiantes, pistas para intermedios y fuera de pista para expertos, además de zonas diferenciadas para la práctica de freestyle con cajones, barandas y hasta un big air.

Pero no todo es esquí. En el centro invernal también hay juegos en la nieve para los más chiquitos, snow tubing para toda la familia, caminatas con raquetas con distintos niveles de dificultad y un vertiginoso canopy para deslizarse entre los árboles.

En medio de tanta belleza natural, la villa también tiene mucho para ofrecer, tanto en paseos como en gastronomía de montaña. En los mercados del puerto, los artesanos muestran la producción local y distintos prestadores brindan paseos embarcados. También ofrecen circuitos históricos por la ciudad, para recorrer lugares emblemáticos como el istmo de Quetrihue, El Mesidor, la capilla de la Asunción, el puente peatonal sobre el río Correntoso, los miradores de las bahías Mansa y Brava, entre otros.

Y, si de recorrer al aire libre se trata, hay alquiler de bicicletas, cuatriciclos y cabalgatas. En excursiones guiadas nos llevan, atravesando paisajes soñados, a recorrer los bosques andinos, la desembocadura del río Bonito, las costas del Nahuel Huapi y el Correntoso.

Pequeñas embarcaciones con turistas recorren el Nahuel Huapi.

El precio

Paseos lacustres: una buena opción

Datos

$ 600
por persona cuesta la excursión embarcada, de tres horas, al Bosque de Arrayanes. Aventuras en Barco Viento Blanco ofrece 20% de descuento para los socios del Club Río Negro.
Desde el lago cambia la perspectiva y el mismo paisaje que vemos desde la costa se transforma en otro. Variedad de propuestas parten desde el puerto de Bahía Mansa, en el casco histórico de la villa.
El clásico, sin dudas, es el viaje al Bosque de Arrayanes, que se puede hacer en alguno de los dos catamaranes o en pequeños barcos que realizan visitas al bosque en grupos reducidos y personalizados. Muchos incluyen refrigerio a bordo y se pueden agregar otros recorridos, como un paseo por las bahías. Es importante tener en cuenta que, para ir al Bosque de Arrayanes embarcado, se debe abonar antes el acceso al Parque (residentes nacionales $ 140 y provinciales $ 60).

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