Y Fito Páez tocó para los porteños…
Esta noche, el músico vuelve a presentarse ante un teatro Gran Rex repleto.
Llegó la noche. Fito Páez llenó el teatro Gran Rex de Buenos Aires en su primer show tras la polémica que generó por la primera vuelta de las elecciones a jefe de Gobierno porteño, con aquel “me da asco la mitad de Buenos Aires”. La primera presentación de “Fito al piano”, que estuvo la semana pasada en Neuquén, fue junto a amigos invitados, como los Onda Vaga, Lisandro Aristimuño, Fabi Cantilo, el Chaqueño Palavecino y Leo Sujatovich. Pero, entre todos, fue Charly García el que se encargó de ironizar sobre la polémica. En una de las apariciones de García sobre el escenario, el griterío ensordecedor del público movió Charly a despacharse con un “Son un asco”. Fito tocó sus históricos hits, las canciones de su último disco “Confiá”, que ya presentó en abril de este año en GEBA, además de algunos temas de su próximo material. Páez aprovechó además para hacer desfilar por el escenario a diferentes músicos invitados Fito no se anduvo con vueltas y desde el primer golpe de tecla de su piano sacudió a las más de 3.000 personas que colmaron el Gran Rex, en la que era su primera presentación oficial después de la polémica carta en la que, indignado por el triunfo electoral del macrismo, escribió aquello de que le daba “asco” la mitad de los porteños que permitieron la continuidad de Macri en la Ejecutivo comunal. El artista abrió el juego con “Desarma y sangra”, acompañado por una voz familiar pero que la gente no terminaba de identificar hasta que un reflector develó el misterio y dejó al descubierto a Charly García, quien por momentos le arrebató el protagonismo en el piano al dueño de casa e introdujo a la gente: “Con ustedes, Fito Páez”. La presentación dio paso al popurrí de “Dale alegría a mi corazón”, “She’s mine”, “Tema de Piluso” y “El amor después del amor” ante la ovación del público, que no despertaba del asombro de poder tener a dos grandes del rock argentino compartiendo el escenario. Mientras salía del escena, Charly le cedió su lugar a Fabiana Cantilo, una de las “chicas Páez”, que le puso su voz a “Cable a tierra” y acompañó al anfitrión con un estreno que, dijo, escribió “cuando las tropas gringas invadieron Panamá”. Fito tuvo su primer momento a solas con la gente y allí, en una versión más íntima y relajada, también brilló de la mano de “11 y 6”, “Dos días en la vida”, “Ámbar violeta”, en una magistral versión jazzera junto al rionegrino Lisandro Aristimuño, e “Instantáneas”. “A mí me gusta la gente viva, no me gustan los muertos, me gusta la gente que esta acá, por eso, como Charly está acá, vamos a cantarle a él algunas canciones y si quiere venir que venga”, lanzó desafiante Páez, arengando a la gente que empezó a aclamar al creador del bigote bicolor. “Confesiones de invierno” fue el anzuelo perfecto para que Charly regresara al escenario ante el griterío ensordecedor del público que siguió gozando de este encuentro de gigantes. Luego, en medio de aplausos interminables y coros disfónicos a los que Charly respondió, filoso e irónico, diciendo “son un asco”, siguieron “Estaciones”, “Tuve tu amor”, “Promesas sobre el bidet”, “No soy un extraño”, “Canción del 2×3” y “El fantasma de Canterville”, para cerrar con “Los dinosaurios”. El premio extra La gente estaba en éxtasis, tenía claro que había empezado por la frutilla del postre y que lo que faltaba del show era un premio extra que se completó con “El breve espacio en que no estás”, de Pablo Milanés, junto a Leo Sujatovich, con quien está grabando el disco “Canciones para aliens” en la que juntos versionarán temas de Ryuichi Sakamoto, Joan Manuel Serrat, Queen y Prince, entre otros. “Tumbas de la gloria”, “Un vestido y un amor”, “Balderrama” (junto al Chaqueño Palavecino) “Al lado del camino”, “Ciudad de pobres corazones”, una asombrosa versión a capella de “Yo vengo a ofrecer mi corazón” fueron los eslabones que empezaron a marcar el camino hacia el final de una noche mágica. Demostrando su amplitud genérica, Páez incluyó en su noche de amigos “Mambeando”, “Sisi, Sasha y el circulo de Baba” y “Dar es dar”, junto al grupo argentino-uruguayo Onda Vaga, para cerrar bien arriba con “Mariposa technicolor”. Pero después de una noche de sorpresas y muchas emociones, la gente quería más, por esa razón, se subió a las butacas y comenzó a entonar como un himno “Dale alegría a mi corazón”, lo que obligó a Fito a regresar a escena para cantar “A rodar mi vida” y así sí ponerle broche a una velada soñada. (Télam)
Fito abrió su show con una compañía de lujo, Charly García, que se animó a repetir la polémica frase de Páez.
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