“Ya no se pueden justificar las formas autoritarias”
La presidenta mencionó el libro “Sarmiento periodista” por cadena nacional para recordar que el ilustre sanjuanino cerró un diario durante su mandato. Su autor, Diego Valenzuela, señaló a “Río Negro” que las épocas no tienen punto de comparación y que en todo caso Cristina y el forjador de la escuela pública se parecen en su pasión por la polémica permanente.
DyN
El historiador Diego Valenzuela tuvo una extraña sensación: la repentina popularidad de que su libro, de reciente salida, “Sarmiento periodista” fuera mencionado por la presidenta Cristina Kirchner, en su cadena nacional número 18. La publicación se agotó y ahora Sudamericana sacará 7.000 ejemplares más con el argumento de venta de que “es el libro que leyó la presidenta”. La primera mandataria se soslayó con el dato sobre que Sarmiento, como presidente, cerró el diario “La Nación”. Valenzuela explica lo complejo que es extrapolar datos de otra época a la actual relación poder-periodismo. –¿Cómo recibió la mención del libro, por parte de la Presidente, en cadena nacional? –Fue una grata sorpresa, ya que trabaje más de un año en este libro. Que te nombre la Presidente, habla de la amplia repercusión y bienvenida la discusión política sobre el mismo. Que cada uno después tenga su interpretación. Sarmiento fue un militante de su causa. Militó contra Rosas, lo hizo por el orden y la educación nacional, esto no tienen nada que ver con lo que se discute en la actualidad. Hay una diferencia de época insoslayable. –Pareciera que no fue inocente la intervención comparativa del cierre de diarios en la presidencia de Sarmiento… –Nunca nada es inocente cuando uno se expresa desde la política. Ella lo puso en función de lo que se discute, en el presente, con el rol de la prensa. Lo puso en sintonía con sus fines políticos, tal cual lo está viendo el Frente para la Victoria. Remite a Sarmiento cerrando diarios. No veo que se pueda trazar paralelismos. No es lo mismo cerrar un diario hoy, que haberlo hecho en el siglo XIX. En aquella época los periódicos eran puestos de combate en plena revoluciones. Actualmente la sociedad es plural, hay pesos y contra pesos. Cerrar una publicación hoy sería cercenar la libertad. –¿No hay algo parecido en las personalidades de Sarmiento y Cristina en cuanto a la avidez por polemizar? –Recoge algo del espíritu de la época de Sarmiento. Se trata de hegemonizar el discurso y el debate público. Existe una apelación a esto para validar algunas acciones del presente kirchnerista. Los detractores a Sarmiento lo vivían cargando a Sarmiento, que fue un hombre de la polémica permanente. En el exilio polemizó con los chilenos que le dieron refugio, con Alberdi, con Rozas, con Urquiza. Sus detractores lo llamaron “Dominga la solterona”. La historia hay que abordarla sin prejuicios siguiendo sus contradicciones. No sirve ver a estos personajes como blanco o negro. –¿Se puede proyectar al presente lo que haría Sarmiento? –Me parece difícil imaginar qué pensaría en este presente. Sarmiento, ídolo del mundo liberal, también cerró diarios. Son situaciones políticas diferentes. Antes las cosas se resolvían con sangre. Debemos ponernos en los zapatos de la época. Sarmiento estaba obsesionado por el orden. No existía el concepto de periodismo profesional sino que los políticos utilizaban los diarios como tribuna doctrinaria. En tanto, buena parte del autoritarismo, que se le adjudica al peronismo del 45, tuvo que ver con las dificultades para ejecutar transformaciones en tiempos democráticos. –¿Esta situación, en el “relato oficial”, no se puede equiparar con sus luchas con las corporaciones? –Ahora estamos en una sociedad abierta y existen herramientas desde el estado para equiparar oportunidades. El viejo peronismo no las tenía. Hoy están menos justificadas las formas autoritarias de poder.
Horacio Caride Agencia Buenos Aires
ENTREVISTA: Diego valenzuela, historiador
DyN
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