Ya suena la campana de largada electoral paraBlumberg

Desde su entorno ya aseguran que se lanza antes de que culmine el año. El respaldo crece en sectores populares del conurbano. Preparan acto en Villa Fiorito.

BUENOS AIRES (ABA) . – «Blumberg se decidió», soltó hace horas en la mesa de un café una de las pocas personas que actualmente comparte estrategia política con el padre de Axel.

Hijo de inmigrantes alemanes, extremadamente desconfiado fuera de su círculo privado, Juan Carlos Blumberg en pocas oportunidades desliza comentarios respecto de su futuro político.

Por supuesto que por el momento seguirá en silencio ya que su voluntad será expresada una vez que concluyan las instancias del juicio por el crimen de su hijo.

Lo novedoso de la noticia aportada por el informante, es que no solo se lo ve convencido a Blumberg del paso trascendente en su vida pública, sino que además se animaría a competir por el principal premio:»¿porqué no a presidente?», les dijo a dos de sus laderos principales.

Hasta ahora solo se especulaba con su eventual candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires apoyado por el PRO de Mauricio Macri , espacio en el que lo observan con alguna distancia.

El ingeniero Blumberg analizó con satisfacción una encuesta sobre su imagen en la provincia de Buenos Aires que le acercó el encuestador Julio Aurelio con un dato azucarado que rompe el mito de que solo simpatizarían con él sectores medios altos y de orientación ideológica de centroderecha.

El sondeo reciente que le da una imagen positiva de más del 70% alcanza índices increíbles de popularidad en sectores pobres del conurbano bonaerense, siempre tipificados como votantes peronistas cautivos.

El miércoles que viene Blumberg tendrá una tribuna diferente , tras su paso victorioso por la última marcha a Plaza de Mayo. Irá de la mano del piquetero Raúl Castells a uno de los sitios más marginales del territorio bonaerense , como es Villa Fiorito.

Castells se alejó de la posible candidatura de Blumberg y sostuvo para este diario que desde su movimiento «acompañan solo las acciones contra la inseguridad».

«No hay nadie en la Argentina continuó Castells- que tenga el poder de convocatoria de Blumberg, como quedó demostrado con las más de 80 mil personas que marcharon el 31 de agosto pasado a Plaza de Mayo.

Al mismo tiempo, el barbado dirigente social expresó no estar convencido de que ya como candidato Blumberg arrastre tantos apoyos como si lo hace en sus reclamos de agenda por mas seguridad.

Para esa conclusión pudo haber tenido en cuenta algunos fenómenos políticos no tan lejanos. Como señaló en una reciente entrevista el analista Rosendo Fraga, el éxito en una de las demandas no se traduce inmediatamente al terreno político y mencionó la experiencia de los piqueteros quienes cada vez que se presentaron a una elección se encontraron con la dura respuesta de las urnas.

La Fundación Blumberg sigue recibiendo cientos de denuncias a diario de personas que no creen en las instituciones para resolver sus dramáticas adversidades. Esto de todas maneras no inhibe la distancia real que existe siempre entre una buena imagen y la verdadera intención de voto.

Hay un temor en el gobierno sobre lo representa este fenómeno de emergente social que va tomando características de alternativa electoral. El Poder Ejecutivo no le ha encontrado la vuelta a los reclamos de seguridad, y sobre todo se encuentra obstruido en sus posibles soluciones de esta tema , debido a la franca ideologización que el presidente hace del mismo al momento de abordarlo.

A modo de ejemplo dicen que el primer mandatario reaccionó con ira al ver el domingo la tapa de «La Nación» hablando de un posible impulso del E jecutivo en bajar a 16 la imputabilidad de los delitos. El contenido del reportaje al ministro de justicia no decía lo mismo. «Mano dura no», siguen repitiendo.

Sin duda, cerca de la Rosada sienten una especie de «acoso» por la figura del ingeniero, sobre todo cuando lanza frases como la reciente: «Si no quieren que sea candidato hagan algo por la seguridad».

En tanto, -de acuerdo a las últimas mediciones- si se pone la lupa en el arco opositor, el efecto Lavagna no termina de levantar. Las últimas encuestas indican que bajó tres puntos, ubicándose con una intención de voto del 7 %. Crece la impaciencia en filas peronistas y radicales sobre la poca respuesta del ex ministro ante el desafío, ya que no termina de convertirse en candidato y lo que es peor, no tiene definiciones políticas tajantes que lo muestren como una clara alternativa. Los días que sigan al encuentro de Mar del Plata (ver recuadro) tal vez arrojen una respuesta acerca de hasta dónde puede llegar.

 

HORACIO CARIDE


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