Chateau Vieux 2006, un soldado de López

Una de las bodegas emblemas de Argentina ha distribuido durante muchos años vinos por todo el país. El encuentro con uno de sus íconos en una rotisería de casualidad.

Pasado.

Mis tardes en Cruz De Piedra, Mendoza, están signadas por la nostalgia y la amistad, quizá lo primero se vea reflejado como resultado de lo segundo. Tengo varios amigos en esa zona, me ha servido de refugio en época de batallas y el sol de Maipú ha logrado acelerar mi cambio de piel. La nostalgia de echar de menos a mis amigos, a Damián y Anita, las tardes de verano, de invierno, nuestras charlas, las comidas, l@s nin@s jugando. Un pedazo de filmografía tallada en mi cabeza, Cruz De Piedra es uno de mis sitios preferidos de Mendoza y no me es extraño que el vino en cuestión del cual les voy a hablar salga de ahí.

Presente.

Una noche en Neuquén fui a mi rotisería preferida a buscar empanadas. No hay como las de ahí. Es un sitio que siempre esta a tope porque cocinan muy rico y trabajan muy bien. Cuando me estaba por ir, detecté entre las botellas de vino, una etiqueta amarilla con una tipografía característica que me llamaba telepáticamente. Algo hizo que yo girara y la viera, estaba cubierta por otras botellas, no era fácil encontrarla.

Cuando me acerqué y vi que era un Chateau Vieux de Bodegas López, pedí que la saquen y observé el año de cosecha. 2006; mentalmente me fui a ese año, es un ejercicio que hago con los vinos y rápidamente pregunte el precio. Más que conveniente. Un vino 2006 puede estar roto, mas allá del potencial de guarda de los vinos López, estar en una rotisería, con el calor del ambiente, no es lo más aconsejable, pero ahí estaba ese Chateau, en una heladera que tampoco es lo mejor, pero es mas recomendable que de la otra forma. Venga dije. Acto seguido, lo descorchamos y todo lo bueno sucedió.

El viñedo de este caldo proviene de Cruz De Piedra y de Lunlunta, otra zona que me despierta suspiros, cerca del brazo seco del rio, donde los atardeceres se tocan con la mano.

En verano es un micro clima seco, mucha amplitud térmica, mucha sanidad y muchos taninos a futuro. La cosecha ha sido manual, de mucha plantación y poco rendimiento por planta, privilegiando concentración y calidad.

Este vino fue añejado en toneles de roble francés de 22 mil litros de capacidad durante 8 años! la escuela López, baby!, luego en botella un par de años y a la vida!

Rojo rubí intenso, con dejos de una teja vieja. Muy equilibrado en aromas y acidez.

Con carnes de todo tipo es un vino aventurero, con pastas rellenas podría ser un excelente compañero.

Bodegas López es un viaje de ida. Sus vinos atraviesan lo largo y ancho de un país. Desde las carreteras hasta los hoteles de ciudad y desde las cantinas de puerto a los puestos de montañas, la tradición de López nos ha inyectado litros de cultura enológica en nuestra identidad formada de mil pedazos.

Si lo encuentra no lo dude, estos chateau son cosa seria.


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