Lucas Quiroga, de Mendoza al Fin del Mundo

Se desempeña como enólogo en una de las bodegas más grandes del sur argentino. Infancia, varietales, viñedos y añadas en un mano a mano con Yo Como.

Lucas Quiroga, de Mendoza al Fin del Mundo

Se desempeña como enólogo en una de las bodegas más grandes del sur argentino. Infancia, varietales, viñedos y añadas en un mano a mano con Yo Como.

Lucas Quiroga, de Mendoza al Fin del Mundo

Se desempeña como enólogo en una de las bodegas más grandes del sur argentino. Infancia, varietales, viñedos y añadas en un mano a mano con Yo Como.

– ¿Por qué elegiste ser enólogo?

– Desde chico fui apasionado por la vitivinicultura, vivía rodeado de viñedos de moscatel y al lado de una bodega en Villa Nueva, Mendoza. El ver hacer vinos era un folclore natural en mi niñez, estaba en la cosecha, espiaba en la bodega y recuerdo que elaboraban un llamativo vino solera. Estas cosas cotidianas, más el pasado viñatero de mi padre, que me enseñó el respeto y el amor por el vino, me hicieron introducirme en esta apasionante industria.

– ¿Qué cosas extrañás de Mendoza?

– Ya hace 14 años que estoy viviendo en la Patagonia, estoy totalmente adaptado a la región por lo que el desarraigo ya no pesa como en los primeros años. Hoy lo que me hace volver a Mendoza solo es mi familia…mis viejos, hermanos y sobrinos…pero al estar allá me siento que estoy de visita…me tira mucho el aire fresco del sur…

– ¿Hacia dónde crees que va la vitivinicultura patagónica?

– La vitivinicultura patagónica tuvo un gran pasado, mucha historia pesa por el valle. Hay varios viñedos añosos y nuevos como en San Patricio del Chañar…y todo es muy bueno. Esta base hace que la región tenga un gran antecedente y permita generar nuevos descubrimientos o terroirs…Es una región muy versátil, acá podes elaborar grandes espumantes, vinos jóvenes muy frutados y vinos de guarda concentrados que no pierden la frescura natural y no caen en la pesadez.

Te nombro las siguientes virtudes que puede enamorar y atraer a cualquier hacedor de vinos: Suelos muy heterogéneos y vírgenes, gran calidad y cantidad de agua, escasas precipitaciones ( 250 mm promedio, buena amplitud térmica en primavera – verano; constante brisa que evita enfermedades en la uva, mayor hora -luz al día que otras regiones del país…por esto y muchas cosas más estoy convencido que la Patagonia es y será la gran región vitivinícola argentina del futuro.

– ¿ Con cuál cepa de todas las que elaborás te quedás y por qué?

– Es muy difícil elegir una, hay variedades para cada momento de tu día o de tu vida…si tengo que solo elegir una, me quedo con el malbec. Es la variedad más maleable de todas, puede ir desde la fruta fresca a la concentración según su elaboración y con los taninos presentes en cada etapa sin que sean protagonista…aunque no lo niego, envidio la delicadeza del pinot noir, la complejidad del cabernet franc, la elegancia del merlot…si le caen una pizca al malbec también vienen bien….jajaja, acá empiezan los cortes y la magia…

– ¿Cuántos litros elaboran anualmente las bodegas?

– En Bodega Del Fin del Mundo estamos elaborando entre 7 y 8 millones de litros anualmente y en Bodega Malma elaboramos cerca de 1,2 millones de litros. Estos datos pueden variar según el año y nuestro socio natural (heladas tardías), pero siempre estamos cerca de estas cantidades…

Ahhh, y me olvidaba de los 2000 litros que elaboramos con mi familia -mi esposa Silvana y mis hijas Victoria y Ana Paula-. Es un malbec orgánico que lo tomamos en pingüino en la mesa familiar…un caño !

-¿Qué diferencia hay entre los vinos que elaboraban en un principio y los de ahora en la bodega?

– La región de San Patricio del Chañar es relativamente nueva, nuestros viñedos son 1000 hectáreas y tienen 16 años promedio. Esto hizo que año tras año desde aquel lejano 2003 haya sido un constante aprendizaje en diferentes vinificaciones y saber interpretar cada una de ellas. Fueron muchos años de estudio y hoy ya tenemos conclusiones un poco más certeras de que otorga cada tipo de suelo en cada variedad. Los viñedos han logrado el equilibrio natural y lo mismo pasa con los vinos.

En el camino nos acompañaron varios técnicos que hicieron aportes invalorables en el proyecto, puedo mencionar al Ingeniero José Barría, a los enólogos Marcelo Miras y Sergio Pomar, que entre todos logramos diseñar cada estilo de vino en cada segmento. Ahora, actualmente junto a el enólogo Ricardo Galante, el Ingeniero Sergio Arto y bajo el asesoramiento de Michel Rolland y un gran equipo técnico continuamos trabajando en el legado de obtener la mayor expresión de cada porción de nuestro bendito terruño.

– ¿ Cuáles han sido las mejores añadas y por qué?

– Ya son varias vendimias que vengo elaborando vinos en la región y puedo asegurar que ningún año es parecido a otro. Tengo en mi memoria la cosecha 2005, 2013, 2016 y la actual 2017 como más sobresalientes. Como datos de relevancia de cada una de ellas, es que fueron años de amplitudes térmicas superiores a la media de la región. Esto nos ayudo a obtener vinos con gran concentración de color, buena y equilibrada acidez y por ende bajos pH.

– ¿Te animás a recomendar un vino y una comida?

– Si algún día tenes que tener una charla profunda con alguien donde hay que sacar todo lo de adentro sea bueno o malo, recomiendo un malbec joven, bien frutado y rica acidez que invita a terminar la botella…y en el medio una picada variada de fiambres y frutas secas….te aseguro que este maridaje va cumplir con todos los objetivos. La Poderosa malbec puede ser un buen exponente para este momento. Algo diferente es una juntada de amigos o familiares, donde no hay que hablar de nada importante, solo disfrutar el buen momento y el cordero al asador, elegiría un FIN Malbec o un Primogénito Merlot de mi amigo Navío.

– ¿A qué enólogo admirás y por qué?

– A lo largo de mi carrera he trabajado con varios enólogos y puedo asegurar que de cada uno he podido obtener experiencias que me han nutrido en mi profesión. He tenido la suerte de poder vinificar en otros países y en cada lugar aprendí algo de todos los técnicos que me cruce no solo de su “savoir faire” de hacer vinos si no también de sus experiencias de vida.

Pero si hay alguien de quien me tengo que sacar el sombrero es de aquellos “invisibles” de la industria, los operarios de viña que con viento, lluvia, calor o frío están manualmente realizando el trabajo digno del manejo del viñedo como así también los operarios de bodega que soportan nuestras locuras…ambos oficios merecen todos mis respetos…

– ¿Dónde estudiaste y en qué bodegas trabajaste anteriormente?

– Comencé mis estudios enológicos en la Escuela Secundaria Miguel Pouget , donde obtuve el título de Técnico en Enología y luego fui por la Licenciatura en la Facultad Don Bosco con un leve paso por la Universidad Juan Agustín Mazza.

Para poder costear la carrera, trabajaba con enólogo junior en Bodega Nieto Senetiner, hasta que un día me llamó mi gran amigo Horacio Bibiloni (enólogo de Bodega Canale) y me comentó que necesitaban un enólogo joven para Bodega Del Fin del Mundo en San Patricio del Chañar – Neuquén, fue así que presenté mi CV…..a los pocos días recibí la llamada que había sido seleccionado…hoy hace 30 kilos que trabajo acá…También tuve algunas experiencias en Vale dos Vinhedos en Brasil (Bodega Valduga y Miolo), Pomerol en Francia (Le Bon Pasteur) y en Toro, España (Campo Eliseo).


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