Ricardo Galante, enólogo del fin del mundo

Como mendocino nativo que es, no pudo sustraerse a la cultura vinícola que lleva en la sangre. Antes de asentarse en el “terroir” patagónico, pasó por bodegas en Napa (EE.UU.) y Francia.

Un mano a mano con Ricardo Galante, enólogo de Bodegas Del Fin Del Mundo y Malma. Mendocino, egresado del Don Bosco y con vendimias en tierras cuyanas, patagónicas y también en el exterior. Un ping pong con uno de los miembros de la generación mendocina en el sur.

P. ¿Por qué elegiste ser enólogo?

R. Es muy raro haberte criado en Mendoza y no tener contacto de alguna forma con la vitivinicultura, y mi familia no es una excepción. Mi abuelo Juan (paterno) tenía viñedos, por los que recuerdo correr y jugar con mis hermanas cuando éramos niños; y mi abuelo Lucas, trabajó toda la vida para una bodega muy importante en Mendoza: Bodega Greco. Mi mamá siempre me cuenta de los recuerdos y sensaciones que le genera entrar a una bodega, los aromas del vino en las piletas, el tiempo de la vendimia, y hasta se acuerda de cómo hacía vino su propio abuelo en casa, en una piletita de cemento que todavía está en pie aunque la casa ya no existe. Siempre tuve la inquietud por descubrir el mundo de la enología, de cómo de una simple baya de uva se puede lograr, con el trabajo y esfuerzo de tanta gente, en una copa de vino para compartir en una mesa. ¡Siento que haberme criado con todo esto, es lo que hizo que amar a esta profesión!

P. ¿Qué cosas extrañás de Mendoza?

R. ¡La Familia! Sin dudas es lo que más tira, y lo que más pesa del otro lado de la balanza, hace siete años que vivimos en Neuquén, con mi señora y nuestra hijita de dos años Julia, y gracias a Dios tenemos la posibilidad de viajar bastante seguido para estar con la familia. Sin embargo, soy un enamorado de la Patagonia. Es un lugar que elegía para vacacionar antes de vivir acá. Me gusta todo: el clima es lo que más disfruto porque no se sufre el calor, los ríos, lagos, la cordillera, el mar.

Se extrañan los amigos también, aunque siempre hay un huequito para organizar un asado y juntarnos a charlar largo y tendido. La Patagonia también me regaló grandes amigos con los que compartimos mucho.

P. ¿Hacia dónde creés que va la vitivinicultura patagónica?

R Volviendo a alabar un poco la Patagonia, tenemos todo lo que se necesita para lograr gran calidad de uvas. El clima es óptimo, con una brisa constante que mantiene secos los racimos para evitar enfermedades, noches frescas que permiten llegar a la madurez correcta sin perder acidez, disponibilidad de agua para riego, muchas horas luz, etc, etc… Todo esto hace que la región esté cada vez más afianzada como zona ideal para el cultivo de la vid.

Posiblemente el crecimiento de la industria no sea explosivo, pero ya hay varias empresas con algún proyecto o al menos interesados en poner un pie en la región.

P. ¿Si tuvieras que elegir una cepa de todas las que elaborás, con cuál te quedás y por qué?

R. Es entretenido vinificar todas las variedades. Cada una tiene lo suyo. Sin dudas el Malbec es la más versátil y la que te da la posibilidad de generar mayor cantidad de productos diferentes, desde un tinto joven fresco y frutado, a un gran vino de guarda para disfrutar en algunos años. En la Patagonia terminé de conocer al Pinot Noir, que es la (variedad) que más de cerca hay que seguir y te tiene con los pelos de punta durante la vendimia… jajaja. ¡Luego disfruto mucho de este vino! Merlot y Cabernet Franc también son dos variedades que cada vez me gustan más…

P. ¿Qué diferencias hay entre los vinos que elaboraban en un principio y los de ahora en la bodega?

R. Tenemos una estiba de vino histórico en la bodega, donde guardamos algunas poquitas botellas de cada año, desde el comienzo de la bodega. Es increíble hacer una vertical de Special Blend desde el año 2003 hasta la cosecha 2015 (que es la actual en el mercado), y notar como se mantiene el estilo del vino, tendiendo en las últimas añadas a la fruta, amabilidad y elegancia. San Patricio del Chañar es una región vitivinícola moderna y los viñedos tienen alrededor de 16 años. Al principio los viñedos se fueron equilibrando y desde entonces podemos lograr vinos amigables a cualquier paladar, que invitan a tomar más de una copa.

P. ¿Cuál o cuáles han sido excelentes añadas y por qué?

R. Si bien en Argentina no hay tanta variabilidad entre añadas como en otros países, hay años que se destacan. Desde que estoy en Patagonia resalto las cosechas 2011, 2013, 2016 y 2017… siendo esta última la mejor para mí. Fueron años donde el clima acompañó hasta el final de la vendimia, sin muchas lluvias ni heladas tempranas.

P. ¿Podrías recomendar un vino y una comida (maridaje)?

R. Me animo a recomendar “vino” para la comida. Maridajes los de libro: Blanco con pescado, Pinot Noir con pasta, Malbec con carnes rojas, Cabernet con cordero, etc. ¡Lo importante es comer compartiendo un vino! Nada Mejor.

Ricardo junto a Michel Rolland.

P. ¿A qué enólogo admirás y por qué?

R. Se me cruzan muchos nombres por la cabeza. Amigos a los que admiro profesionalmente, ex compañeros de trabajo, compañeros… pero si tuviera que nombrar te diría: Michel Rolland: hace algo de 8 años que trabajo con él y te sorprende cada vez más. Su trayectoria, su experiencia y la sensibilidad que tiene con el vino es increíble. Mariano Di Paola y Pepe Galante: Dos personas que han dedicado su carrera a mejorar constantemente. Siempre tienen algo nuevo, algo que descubrieron, algo que después de mucho probar dieron en la tecla de lo que querían… Si bien no es mucho lo que he compartido con ellos, es un placer charlar un ratito con una copa en la mano. Y al gran equipo de enología que me recibió en la Patagonia: Marcelo Miras, Lucas Quiroga y Sergio Pomar; que me ayudaron a descubrir este maravilloso terroir.

P. ¿Donde estudiaste y en qué bodegas trabajaste anteriormente?

R. Estudié en el Colegio Don Bosco, y cuando me egresé comencé a trabajar en la Bodega Trivento. Estaba nuevito y prácticamente sin nada de experiencia. Pasé casi cinco años ahí, y es una bodega que cada tanto visito, ya que me quedaron lindos recuerdos y varios amigos. Hice un par de vendimias afuera: primero estuve en California, Napa, en una bodega de Harlan durante seis meses (The Napa Valley Reserve se llama la bodega – Preciosa), y al año siguiente me fui a Francia a una bodega de Michel: Le Bon Pasteur. ¡Hermosas experiencias!

Datos

P. ¿Podrías recomendar un vino y una comida (maridaje)?
R. Me animo a recomendar “vino” para la comida. Maridajes los de libro: Blanco con pescado, Pinot Noir con pasta, Malbec con carnes rojas, Cabernet con cordero, etc. ¡Lo importante es comer compartiendo un vino! Nada Mejor.

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