La cervecería de esta roquense ya tiene la primera plantación de lúpulo en La Pampa

La roquense Mariana Benítez es una emprendedora neta. Es ese tipo de persona que no la amilana nada. Entusiasta y muy pum para arriba siempre pero básicamente es laburadora. Se arremanga cuando hay que arremangarse y le da. Cantante, periodista y ahora maestra cervecera en 25 de Mayo, La Pampa, donde ha formado su familia, sorprende con la movida cervecera inédita que han generado en esta parte del país.

Con su marido, Juan Guillermo Cirer, pampeano él, Mariana supo armar también una sociedad de negocio. Los ahorros que ambos tenían para hacerse su propia casa lo desviaron en una inversión. Levantar una cervecería. La dinámica del emprendimiento los llevó a pensar en tener su propio cultivo de lúpulo. Y ahí nomás arremetieron ante esta necesidad. Hoy, con este empuje se han transformado en unos verdaderos pioneros productivos en La Pampa, tanto es así que el gobierno de esa provincia los identifica y registra con esa clasificación, la de pioneros.

“Río Negro” habló con la roquense, quien aprovechó también el momento para invitar a todos los cerveceros de Neuquén y Río Negro que quieran este viernes 9 de marzo acercarse a 25 de Mayo a cosechar su propio lúpulo y de paso celebrar el espíritu que caracteriza a quienes andan en esta movida.

– Mariana, han sabido levantar la primera y única plantación de lúpulo en La Pampa. ¿Cómo surgió todo?

– La plantación de lúpulo comienza en realidad después de la decisión de armar una microcervecería, decisión que tomamos en octubre de 2016. Fue en ese momento en el que decidimos invertir los materiales y ahorros que teníamos para construir nuestra casa, y usar el terreno en el que íbamos a levantarla, para hacer nuestro propio emprendimiento. Como todo fue por “esfuerzo propio”, nos tomó un año levantar el edificio y comprar el equipamiento necesario hasta que pudimos inaugurar el 21 de noviembre de 2017, hace hoy tres meses aunque parecieran muchísimos más.

En ese camino estábamos cuando mi marido, socio y etcéteras, apasionado por las tareas de cultivo, me propuso plantar lúpulo. Este es uno de los ingredientes principales de la cerveza, que aporta carácter y amargor y es por eso que nos pareció importante tener lúpulo con características propias del desierto pampeano en el que vivimos y poder trasladarlas a nuestro producto. Investigamos mucho y conocimos sobre experiencias en el Alto Valle rionegrino, algunas actuales y otras más antiguas lo que nos alentó aún más dadas las similitudes en cuanto a clima y suelo que tenemos con esa región.

Y nos volvimos a tirar a la pileta. Pudimos sacar un crédito, comprar el terreno de al lado de la fábrica y rizomas certificados en una de las empresas productoras de lúpulo más importante de Argentina. Todo esto que se lee rápido fue casi así de rápido. En julio compramos el terreno, en agosto plantamos 1.000 rizomas, 500 de la variedad Cascade y 500 de Nugget, en septiembre aparecieron los brotes y en diciembre las plantas ya rondaban los 5 metros de altura con un crecimiento de 11 cm por día.

Sin darnos cuenta creamos el primer ensayo de lúpulo de la provincia de La Pampa lo que hoy nos ha dado muchísimas satisfacciones y nos ha hecho visibles para toda nuestra provincia.

Estamos en cosecha en este momento con una floración de casi el 70%. Aprendimos todo haciendo, y con la invaluable ayuda de mi suegro “Don Juan”, chacarero de toda la vida, que dedica mañanas y tardes a este cultivo. La cosecha nos proveerá de lúpulo por todo el año y podremos vender una pequeña cantidad a pequeños cerveceros de la región.

Muchos creyeron que no se iba a dar en esta zona. Nosotros creemos que sí, incluso soñamos con contagiar a más productores y que nuestra localidad, hoy casi exclusivamente petrolera, pueda encontrar en el lúpulo una alternativa económica.

– Antes venían con “Desértica”, la cerveza que fabricaban…

– Todo comenzó con Desértica que como casi todas las cervecerías artesanales comienza con ollas de 20 litros en la cocina de casa, y luego un equipo de 100 litros con mecheros en el patio. El que empezó a cocinar fue Guillermo por intriga propia hace cinco años y realizando cursos en Buenos Aires. Cuando nos decidimos a encarar el emprendimiento me tocó el turno de capacitarme para acompañarlo en todas las instancias de las tareas.

Hoy Desértica tiene un equipo de 500 litros donde los dos, a veces juntos y a veces de a uno, cocinamos siete variedades: Kolsch, Golden Ale, IPA, APA, Scottish, Imperial Stout y Porter.

Las recetas son propias y la apuesta contempla tener la mejor calidad posible para poder competir en un mercado en constante crecimiento. Usamos las mejores maltas del mercado, buenos lúpulos, y desde hace unas semanas lúpulo fresco recién sacado de la planta. Respetamos los tiempos propios del proceso de producción. También seguimos capacitándonos continuamente en variedades y técnicas nuevas.

Esta buena calidad hace que reciban nuestra cerveza en locales de 25 de Mayo, Catriel, Neuquén y General Roca, y ya estamos organizando la logística para llegar a otras ciudades, sobre todo de La Pampa.

Además, hoy el predio de Desértica tiene, además del edificio de la fabrica y el lupular, un patio cervecero donde probar todas las variedades.

– ¿Por qué “Desértica”? Parece obvio pero bueno… genial escucharlo de vos.

– El nombre Desértica nace del amor de Guille, veinticinqueño acérrimo, por su provincia, ciudad y región. Veinticinco es hoy una zona bajo riego pero está enclavada en medio del desierto pampeano. Y eso lo quisimos representar con el nombre y con el logo, con letras desérticas y una luna brillante como la que vemos en el campo.

– También organizaron un evento de cosecha de lúpulo para este 9 de marzo.

– Sí, este viernes 9 de marzo (2018) tendremos un evento más que importante para nosotros que denominamos 1ª Fiesta de la Cosecha del Lúpulo Pampeano.

La propuesta es convocar a cerveceros de toda la región a conocer el lupular y participar de las tareas de cosecha a la vez que abrir las puertas del emprendimiento a toda la comunidad de 25 de Mayo.

Por la tarde, llegarán artesanos de la ciudad, pondremos un inflable para los niños y tocarán dos bandas: La Bagliani de General Roca y Vintage de Catriel.

Lo armamos esencialmente porque estamos re orgullosos de nuestro lúpulo, que nos ha dado mucho trabajo, y queremos celebrarlo con todos. Es como celebrar un cumpleaños, para nosotros esta cosecha es una meta cumplida, con errores, aprendizajes y aciertos, y con mucha felicidad.

– El desafío, de ahora en más…

– Es crecer como emprendimiento sin perder la calidad, aprovechar la cercanía de 25 de Mayo con cuatro provincias para desde aquí llegar con nuestro producto a distintas localidades, aumentar para el próximo año nuestra producción de lúpulo y, tal vez, ganar alguna medalla en algún concurso cervecero.

Tenemos ya en mente un nuevo producto que elaboraríamos en la misma fábrica y que también revaloriza los cultivos locales, hoy casi abandonados.

Son anhelos, casi sueños, pero hemos hecho tanto con sólo esperanzas y mucho trabajo que no dejamos de creer que podemos hacer más.

“Este presente nos encuentra como familia con mucho trabajo, la cabeza repartida en todas las aristas de un emprendimiento propio, que son muchas, pero felices de poder hacer esto juntos. Y a mí como mujer, satisfecha de poder insertarme en un mundo casi exclusivamente “de hombres” con buenos resultados…. ¡Chocha!”, comenta Mariana al final de la entrevista.