Un restaurante para disfrutar de los ahumados

Un lugar para degustar preparaciones con antiguas recetas, sin aditivos ni conservantes.

Un restaurante para disfrutar de los ahumados

Uno de los pocos sitios en la provincia donde se ahúma con madera Lenga y su charcutería está basada en antiguas recetas que no tienen ni aditivos ni conservantes.

Humos Del Bayo es un ahumadero artesanal que me inquieta. No solo por lo delicioso de su producción y su anexo restaurante que tiene una de las vistas más bellas de la villa y una carta muy positiva, sino porque es un proyecto maravilloso desde el punto de vista producto y percepción de lo que se quiere por sobre llenarse solamente de dinero los bolsillos. Cosa que para muchos actores del mundo gastro ocasiona nublado de vista recurrente y choque inevitable contra la realidad en varios casos.

Mediodía, es un día hermosamente soleado en Villa La Angostura. Subimos los escalones de madera que nos llevan desde la entrada hasta el restaurante pasando deck-terrazas y la vista del lago se vuelve cada vez más increíble.

Juampi Criminesi (derecha), arquitecto, cocinero y productor de ahumados.

Arriba esta Juampi Criminesi, arquitecto, cocinero, productor de ahumados.

Un tipo al que conozco hace varios años por los vericuetos cipoleños de fin de milenio y siempre, pero siempre, su sonrisa es protagonista.

Esto podría ser una simple crónica de recomendación de un restaurante con ahumadero, pero mi intención es que no sea eso.

Juampi siempre supo que iba a vivir en la villa, pese a vivir en otro lado. Tampoco tenia una relación demasiado habitual por el lugar pero algunas vacaciones de pequeño, más la llegada de algún familiar directo y volantazos de la vida lo llevaron cabalgando su deseo hasta la montaña.

Fue uno de los que apostó a quedarse en la villa luego que las cenizas del volcán Puyehue decidieran aterrizar por una larga estadía a la par de que comenzaban éxodos de habitantes hacia otros lugares. En ese momento Juampi y Victoria, su hermana, socia y pieza clave de ese universo le ponían play al proyecto del restaurante, demostrando que las adversidades muchas veces terminan transformándose en cosas increíbles.

Una vista única que se puede apreciar mientras se come.

El corazón de todo es el ahumadero, si bien el restaurante es una pieza importante y hermosa, solo labura de temporada, entiéndase enero, febrero, algo de marzo y julio. Luego closed y pasa toda la energía a esa máquina de humo maravillosa que además provee al restaurante permitiendo que en esas fechas puedas probar in situ la cocina con su sello puntual.

Este lugar es uno de los pocos ahumaderos que utilizan recetas antiguas de charcutería y no utilizan sales de cura, ni aditivos y conservantes. Interesante tradición que los hermanos Criminesi sostienen solos, sin ninguna ayuda del Estado que quizá podría acercarse a proyectos como éste para poder traccionar más la cadena de producción y las economías regionales.

La madera que usan para ahumar es 100% lenga, los ahumados son de jabalí, trucha, ciervo, cordero, hongos y queso.

Un corazón de fuego recibe la madera y unos caños desde el fondo del sitio ramifican esa máquina de humo frío que luego impregnará las piezas seleccionadas, laboratorio mediante en el ahumadero. Una configuración levantada a mano por Juampi en el medio de la montaña donde se realiza esta alquimia increíble.

Algunos de los ahumados son jabalí, ciervo y trucha.

El restaurante es la gloria. Un sitio para sentarse a morfar los ahumados, con una cerveza tirada mientras los ojos gritan de la panorámica. Sus terracitas dan un toque cuento oriental, jardín japonés, ambientes colgantes. Uno de los lugares más deliciosos desde la carta y bellos desde la ubicación.

Buena atención y precios acordes. En el sitio se pueden comprar los productos ahumados y las conservas de escabeches además de charlar con Juampi que siempre está haciendo algo.

Las tablas son increíbles así también como las empanadas de cordero y jengibre y el paté de ciervo.

Buen plan familiar, en pareja, solo o con amigos. Uno de los imperdibles de la villa.

A pasitos del Correntoso (aquí imagine audio de altoparlante de barrio). Avenida Siete Lagos 3314, teléfono 0294 482-6056, Villa La Angostura.


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